La versión de “Zeus” que desmiente a “Martín Sombra” sobre la masacre de Mapiripán
Este diario accedió a la versión reservada dada a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) por el exmayor del Ejército, condenado por narcotráfico, Juan Carlos Rodríguez, o “Zeus” y la de cuatro comandantes paramilitares más. En estas reafirman la tesis y dan detalles desconocidos de que los paramilitares perpetraron varias masacres del conflicto armado en los años 90, incluida la de Mapiripán, Meta, con apoyo y conocimiento de integrantes activos de la Fuerza Pública para esa época.
Natalia Herrera Durán
Una sorpresiva declaración dio la semana pasada el exguerrillero de las FARC Elí Mejía Mendoza, conocido en la guerra como Martín Sombra, en una diligencia reservada de versión voluntaria de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), sobre “reclutamiento y utilización de niños y niñas en el conflicto armado”, que fue filtrada poco después a la prensa.
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Una sorpresiva declaración dio la semana pasada el exguerrillero de las FARC Elí Mejía Mendoza, conocido en la guerra como Martín Sombra, en una diligencia reservada de versión voluntaria de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), sobre “reclutamiento y utilización de niños y niñas en el conflicto armado”, que fue filtrada poco después a la prensa.
El 13 de julio, Mejía Mendoza se refirió a la masacre de Mapiripán, Meta, ocurrida en julio de 1997, a pesar de que el episodio no tenía ninguna relación con el asunto que ocupaba al tribunal en ese macrocaso. Sostuvo que esta masacre, en donde fueron asesinadas 49 personas, fue cometida por hombres bajo su mando en el frente Aureliano Buendía de las FARC y que en ese entonces “acostumbraban a responsabilizar a otros por sus acciones”.
La versión del exguerrillero causó indignación en las víctimas de estos crímenes, que en diferentes comunicados públicos manifestaron su desconcierto porque puso una sombra de duda sobre estos hechos probados en la justicia nacional e internacional, a lo largo de 26 años, como las sentencias en contra de 24 paramilitares y seis agentes de Estado. Providencias que refieren que la masacre en Mapiripán, y otras en los Llanos a finales de los 90, fueron perpetradas por paramilitares, con el apoyo de agentes estatales.
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Pero, además, la versión de Martín Sombra en la JEP contradice las dadas en ese mismo tribunal hace más de un año, bajo reserva y llenas de detalles desconocidos, por varios comandantes paramilitares, en búsqueda de aportar mayor verdad a la conocida en la justicia ordinaria o Justicia y Paz, sobre cómo sucedieron esos atroces hechos, para acceder a este tribunal y sus beneficios jurídicos.
Según estos testimonios, conocidos por este diario, las masacres de finales de los 90, como las de Mapiripán, Caño Jabón, El Planchón, La Picota, Puerto Gaitán, Caño Blanco y San Carlos de Guaroa, en el departamento de Meta, se hicieron por la incursión paramilitar, en un principio de 90 hombres, que ordenó el comandante paramilitar Vicente Castaño desde la región de Urabá, en los que estuvo el comandante paramilitar extraditado a Estados Unidos en mayo de 2022, Dairo Antonio Úsuga, u Otoniel, y otros exintegrantes de la entonces desmovilizada guerrilla del Ejército Popular de Liberación (EPL). Viajaron en dos aeronaves privadas, una para la tropa y otra para las armas, desde el aeropuerto El Cedro, en Necoclí, Antioquia, hasta el aeropuerto de San José del Guaviare, donde habrían sido recibidos por integrantes de la Fuerza Pública y embarcados en camiones al departamento del Meta.
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Aquí apartes de la versión voluntaria sobre estos hechos dada por Juan Carlos Rodríguez Agudelo, conocido en el mundo del crimen como Zeus, un mayor del Ejército condenado por narcotráfico que se alió con los paramilitares desde que fue teniente adscrito al Batallón Junín, en Montería, Córdoba, a mediados de los 90. Allí fue contactado por los paramilitares de la Casa Castaño para ser parte del plan de expansión nacional de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y fue trasladado al Batallón 21 Vargas en Granada, Meta, donde según él hizo contacto con los comandantes paramilitares del bloque Centauros, entre quienes estaban el exoficial del Ejército Hernán Humberto Victoria, retirado a finales de los 80, conocido en las autodefensas como el Capitán Victoria o Don Raúl; Manuel de Jesús Pirabán, o Jorge Pirata”; José Efraín Pérez, o Eduardo 400, y otros miembros de autodefensas del bloque Centauros y del bloque que operaba en el Guaviare al mando de Pedro Oliveiro Guerrero, o Cuchillo:
-Zeus (Z): Las alianzas fuertes con las autodefensas empiezan en el 97, con la traída de unos paramilitares de Carepa, Antioquia, a San José del Guaviare, para que luego cogieran el Guaviare, iniciando con la masacre de Mapiripán y ahí para arriba, que venía del mando de Eduardo 400 y de ahí para arriba se hizo otra alianza estratégica cuando yo llego al Batallón Vargas en el Meta, de expandir ese bloque. (…)
-Magistratura de la JEP (MJ): Usted mencionó que 400 había coordinado el operativo de Mapiripán del año 1997. En el año 1998 hubo otra incursión grande en Caño Jabón. En el año 1997, en expedientes obra que los hombres se embarcaron en Urabá y aterrizaron en San José del Guaviare. ¿Supo usted algo de esta operación?
-Z.: Sí, por comentarios de las mismas autodefensas y de los militares que estábamos relacionados con ellos supe que en San José del Guaviare estaba la Brigada Móvil Dos, al mando de mi coronel Lino Sánchez. Él fue el que coordinó directamente con mi capitán Victoria, que era el comandante del bloque Centauros, y con el Dos de la Brigada 17, transporte aéreo del aeropuerto Los Cedros al aeropuerto de San José del Guaviare. Y que todo en San José del Guaviare estaba coordinado y cuadrado, tanto Policía como Ejército, para que llegara ese grupo de autodefensas. Llegaron de civil, en dos aviones civiles, y fueron embarcados en camiones y posteriormente llevados hacia un sitio para que pudieran hacer la incursión hacia Mapiripán (…).
-MJ: El aeropuerto de San José del Guaviare tiene una fuerte presencia de Policía y Policía Antinarcóticos, ¿qué supo usted de eso?
-Z.: Sí, ahí hay una base de aspersión y hay unas avionetas, porque para la época fumigaban de manera aérea, con avionetas. Siempre el control de los aeropuertos, siempre, lo ha tenido la Policía (…).
-MJ: ¿Usted es trasladado al Batallón 21 Vargas en acuerdo con grupos paramilitares?
-Z.: Sí, el traslado mío fue cuadrado por mi capitán, por mi mayor en esa época, Hernández David, porque me necesitaban en el departamento de Meta y específicamente en el Batallón Vargas.
Sobre la expansión e incursión paramilitar en los Llanos, desde finales de los 90, para ocupar territorios que patrullaban guerrilleros de los frentes Primero y Dieciséis, entre otros, en Meta, por ejemplo, en El Dorado, Lejanías y El Castillo, donde hubo varios asesinatos selectivos a integrantes de la Unión Patriótica, masacres y desplazamientos de población civil, Rodríguez señaló:
-Z.: Para la época en El Dorado estaba de alcalde Euser Rondón (asesinado en 2008 por la guerra entre grupos paramilitares en los Llanos). (…) En una tienda del pueblo estaba mi general Pedraza, mi coronel Pérez y yo esperando a Euser. De pronto, Euser llega en el carro de la Alcaldía con dos policías de la Dijín, que eran los escoltas de él, y detrás de esa camioneta llegó una camioneta estaca con gente armada, paramilitares con pantalón camuflado y AK 47, como si fueran los escoltas. De ahí se baja un muchacho mono con cabello largo, botas de caucho, pantalón camuflado, y un fusil AK 47. Se le presenta a Euser (…) Mi general le dice: “Mi coronel, aquí está el guía”. Mi coronel me llama y me dice: “Venga Rodríguez, este es el guía para entrar a El Castillo para la operación que hablamos”. “Como ordene mi coronel”, le digo. Cojo el guía y lo montó en mi carro y me voy.
-MJ: ¿Para usted ese guía era del grupo paramilitar de El Dorado?
-Z. Sí señor.
-MJ: Es decir, ¿la Séptima Brigada y el Batallón 21 Vargas tenían relación con los grupos paramilitares de El Dorado?
-Z.: Correcto, con ese y otros. Bueno, ese grupo paramilitar de El Dorado era una estructura independiente, pero coordinaba operaciones conjuntas con los paramilitares del bloque Centauros, al mando de mi capitán Victoria, don Raúl. De ahí yo salgo con el guía y me desplazo a la ciudad de Granada, lo colocó en el puesto de mando, y opero con él.
Sobre la participación de Otoniel, el excomandante paramilitar de las AGC o Clan del Golfo, extraditado por delitos de narcotráfico en 2022 quien alcanzó a reconocer en la JEP su participación en la masacre de Mapirián, Zeus mencionó que en ese momento Otoniel estaba “abajo en la estructura de mando y era comandante de compañía, tenía el mismo cargo que yo tenía, pero él tenía más gente que yo, él tenía 200 y yo tenía 159″, y dio detalles de cómo operaron militarmente de forma conjunta en una incursión a El Castillo y Lejanías, en 1999, en plena zona de distensión por los supuestos acercamientos de paz con la guerrilla de las Farc en el gobierno de Andrés Pastrana:
-MJ: ¿Y la gente que tenía Otoniel bajo su mando era de la región, o de dónde era?
-Z.: La que tenía Otoniel era en su mayoría de Urabá y unos pocos de la región, pero en su mayoría, la gente de confianza, el anillo que a él lo protegía venían con el de Urabá (…), la mayoría eran del EPL, eran exguerrilleros, pero ya estaban ahí como autodefensas (…) Caminamos toda la noche y en una noche nos metimos hasta El Castillo (…) Yo coordino por radio para poderme acercar y tomo el dispositivo alrededor con el Ejército. A las autodefensas las dejé como 500 metros antes de entrar al pueblo, en una mata de monte grande, ahí se quedaron todos concentrados. Pero Otoniel andaba muy bien presentado, con uniforme americano, botas, gorra, andaba muy parecido a lo que era el Ejército, pero sin parches. Entonces le dije: “Coja mi fusil, tome estos cinco fusiles y vamos a dar una vuelta a El Castillo para que conozca”. Y con Otoniel yo paso, hago un reconocimiento de todas las calles y él tenía una balística para identificar puntos, colaboradores, milicianos…
-MJ: Pero, ¿quién le había dado la lista porque él no era de la región?
-Z.: No sé, pudo ser la inteligencia militar o 400, o Pirata, pero él la traía y estaba muy bien radiado de quiénes eran los posibles enemigos o los que estaban en la lista negra y objetivos militares. Esa no era mi jurisdicción, yo simplemente entré a capturar a un miliciano y a repartirme la zona con Otoniel, porque a partir de ahí Otoniel quedó con el control de El Castillo.
Sobre la recuperación del control territorial en Lejanías, Meta, Rodríguez aseguró que habló por radio con Otoniel:
-Z.: Y le digo a Otoniel, “viejo, voy a entrar a Lejanías a recuperarla, necesito que me apoye con unas camionetas”. Y me dijo: “Yo en este momento las tengo ocupadas, pero se las consigo”. Y ahí es donde entra Pipe y Cuchillo, y me envían a mí dos camionetas estaca y me las ubican allá, entra Careto y me mandan seis hombres de confianza de Otoniel para ayudarme a la toma de Lejanías. Y esos seis hombres de confianza yo los uniformo con casco, con chaleco, con fusil Garrett y los entreno en una finca que me prestó Euser para que nadie supiera qué estábamos haciendo y de cómo íbamos a entrar, para mantener la disciplina y el secreto. Hubo unas escaramuzas ahí, pero recuperamos el pueblo, tomamos posesión.
La versión de Zeus, el mayor retirado del Ejército, que empezó aliado con los paramilitares de la Casa Castaño, terminó en las filas del narcotraficante del norte del Valle Diego León Montoya y hoy es un testigo de especial protección para la JEP, por los aportes que ha hecho para ayudar a esclarecer los crimenes más atroces del conflicto, se suma al testimonio de otros cuatro excomandantes paramilitares. Versiones que sostuvieron en este tribunal el año pasado que la masacre de Mapiripán (entre otras ejecutadas en los Llanos) sí fue cometida por estas estructuras, en coordinación con agentes estatales.
Así lo constató este diario en las versiones libres ante este tribunal que dieron Héber Veloza García, o HH; Elkin Casarrubia Posada y Joovani Soto Blanquicet, exguerrilleros del EPL que tras su desmovilización integraron las filas de las AUC de la Casa Castaño en Urabá y luego fueron trasladados desde esta región al departamento del Meta para integrar el bloque Centauros:
“A nosotros nos cogieron por la experiencia que teníamos, porque ellos no vieron otras personas que podían llegar a esa zona donde la guerrilla era la que manejaba (…). Llegamos a Charras (Guaviare) y ahí nos quedamos un día (…) Ya tomamos información de que la guerrilla nos tenían una emboscada en una región antes de llegar a Caño Jabón. Ahí es cuando nos devolvemos hacia Mapiripán y como llevamos una lista de unas personas que estaban en Mapiripán que nos dio Vicente Castaño, entonces ahí aprovechamos y fue cuando se comete la masacre de Mapiripán”, señaló Casarrubia, conocido en la guerra como Cura o Mario.
Melquisedec Henao Ciro, o Belisario, otro de los paramilitares que estuvieron al mando de Otoniel en ese entonces, declaró ante la JEP que en los llanos hubo una escuela de entrenamiento paramilitar conocida como Escuela Cachamas: “donde se organizó y planeó la operación para Puerto Elvira y Caño Jabón. (…) Después ya hicimos varias operaciones a Puerto Lleras, a Puerto Rico, la Cooperativa, lo que fue El Anzuelo, La Jungla y Puerto Mosco”.
Henao también aseguró que patrulló y fue entrenado allí en la Escuela Cachamas por el entonces sargento en retiro de las Fuerzas Especiales del Ejército, Luis Francisco Robles Mendoza, o Amaury, y a la pregunta de los magistrados de la JEP sobre si era cierto en esos años que pertenecer al partido Unión Patriótica era motivo para ser asesinado por parte de los grupos paramilitares y el Ejército respondió:
-MH: Sí claro doctor, indudablemente esa era una de las razones por las que hubo tantas muertes, porque esa era la orden, la orden era que todo lo que fuera Partido Comunista Colombiano, llámese Juventud Comunista, llámese Unión Patriótica, la orden era el exterminio total.