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Las 'estrellas' de Millonarios

De cómo un directivo del club creyó lucirse renunciando a dos títulos y terminó creando una crisis de insospechadas consecuencias.

Norbey Quevedo H.
29 de septiembre de 2012 - 09:00 p. m.
Noemí Sanín y Felipe Gaitán entregan la camiseta azul a Alfredo Di Stéfano.
Noemí Sanín y Felipe Gaitán entregan la camiseta azul a Alfredo Di Stéfano.
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El lunes 17 de septiembre, después de una reunión con un grupo de hinchas, el inversionista e integrante de la junta directiva de Millonarios Gustavo Serpa Preciado ventiló la idea de devolver las estrellas ganadas en 1987 y 1988. Al día siguiente, durante una sesión formal, Serpa expuso la iniciativa, pero se acordó debatirla después del viaje a Madrid. Lo que sucedió después y el revuelo que se armó cuando se filtró la propuesta fue la crónica de una pifia anunciada que terminó por agravar el lapidario 8-0 que le propinó el Real Madrid el miércoles.

En la reunión de la junta directiva, que se prolongó por cerca de ocho horas, Serpa Preciado insistió en la idea y la defendió diciendo que constituía un mensaje de transparencia para consolidar el proceso que dos años atrás había iniciado el empresario José Roberto Arango. Ante algunos reparos, el inversionista agregó que realmente era un acto simbólico, que podía convertirse en un buen mensaje para la afición y un blindaje para la nueva sociedad. Aun así, por la complejidad del tema, se acordó no hacerlo público antes de tiempo.

Además de Gustavo Serpa Preciado, a la reunión asistieron la presidenta de la junta directiva, Noemí Sanín; el presidente de la institución, Felipe Gaitán; el gerente administrativo, Eduardo Silva; dos asesores y los demás miembros principales de la junta directiva: Juan Carlos Ortiz, Carlos Carreño, Alfonso Gómez y Juan Carlos Gómez. También asistieron algunos de los suplentes. En el curso de la semana no se volvió a insistir en el asunto, pero durante el viaje a España, el domingo 23 de septiembre, Serpa Preciado insistió que se trataba de una gran noticia y que el escenario ideal para emitirla era Madrid.

Durante el vuelo, en un avión de Iberia, se improvisó un nuevo debate sobre la conveniencia de enfrentar el espinoso tema de los títulos de 1987 y 1988, que finalmente había provocado un largo tiempo de intervención del Estado en las arcas de club. De esta manera, otros viajeros se fueron enterando del asunto, pues además de los directivos, en el periplo a Madrid iban también los jerarcas de la Federación de Fútbol y de la Dimayor, Luis Bedoya y Ramón Jesurún, así como el periodista Carlos Antonio Vélez, y el director deportivo Nicolás Jaramillo.

La comitiva llegó a Madrid hacia las 10 de la mañana. Unos 100 hinchas los esperaban con cánticos y barras. Luego la delegación viajó en un bus hasta el hotel Occidental Miguel, ubicado en el Paseo de La Castellana, a unos diez minutos del estadio Santiago Bernabéu. Los jugadores se fueron a lo suyo y directivos y demás acompañantes comenzaron a prepararse para la agenda del viaje que incluía una rueda de prensa hacia las 7:30 de la noche y un coctel en la Embajada de Colombia en la capital española, ofrecida por el anfitrión Orlando Sardi.

La rueda de prensa, con la asistencia de periodistas españoles y corresponsales colombianos, resultó muy emotiva. Sobre todo por la presencia de Alfredo Di Stéfano, quien se robó el show contando anécdotas de su vivencia en Bogotá cuando llegó a jugar con Millonarios y vivió inicialmente en una casa en Teusaquillo, donde de vez en cuando se asomaban los ratones. Se habló de la alineación, de por qué habían llamado a Millonarios el Ballet Azul y al técnico Hernán Torres, a pesar de su habitual seriedad, se le vio muy complacido.

A la hora del coctel llegaron cerca de 300 invitados. El vicepresidente del Real Madrid, el embajador de Argentina, empresarios, diplomáticos y tres periodistas reconocidos: Julio Sánchez, Roberto Pombo y Felipe López. El evento empezó con palabras del embajador Orlando Sardi, con homenaje incluido a su antecesora Noemí Sanín. Luego Felipe Gaitán dio un discurso en el que terminó diciendo que el partido con el Real era la presentación ante el mundo del nuevo Millonarios, “recargado, limpio, lleno de energía y futuro, que va a dar de qué hablar por muchos años”.

El vicepresidente del Real Madrid, Pedro López, dio la bienvenida; Noemí Sanín brindó por Alfredo Di Stéfano, el exfutbolista lloró cuando recibió una camiseta y la réplica de la copa que disputó con Millonarios hace 60 años, y luego tomó forma el coctel. A los pocos minutos ya había revuelo. Gustavo Serpa les contó a los periodistas la idea de devolver las dos estrellas ganadas en la década de los 80. Aunque Serpa creyó que el anuncio sería después del partido, se escuchó decir a Julio Sánchez antes de dejar el lugar: “Voy a armar la grande”.

Después del coctel, los directivos y algunos de sus invitados se fueron a un bar cercano y se armó la controversia. Algunos recriminaron a Serpa por imprudente. Otros prefirieron calificar el hecho como inoportuno. Como en los tiempos de su tío, Horacio Serpa Uribe, se armó una especie de ‘Toconser’, todos contra Serpa. Se fueron a dormir tranquilos confiando en que el anuncio se iba a aplazar hasta el jueves, pero pronto aprendieron lo que significa una primicia. El martes, a primera hora de Colombia, ya estaba el tema al aire.

Entre tanto, en España, la comitiva no sabía qué hacer. Gaitán era asediado por los periodistas y, en medio de su inexperiencia, recibía preguntas de los impresos españoles Marca y As sobre el narcofútbol en Colombia que le dieron al tema dimensión mundial; y los directivos tratando de entender el despelote. El almuerzo de celebración se convirtió en una sala de crisis. Luego le explicaron lo que estaba pasando al técnico Hernán Torres para que se lo transmitiera a los jugadores, y su gesto de sorpresa dejó entender que se había cometido una embarrada de marca mayor.

El día terminó con indignación para unos y cálculos para otros. El primer alivio fue saber que el ministro del Interior, Fernando Carrillo, había respaldado la propuesta. Sin embargo, todos sabían que Carrillo es cuñado de Gustavo Serpa. Cuando llegó el miércoles y supieron que el 85 o 90% de la gente estaba en contra de la iniciativa, el tema ya era crítico. A la hora del almuerzo con el presidente del Real, Florentino Pérez, el único que faltó fue Gustavo Serpa. Después hubo discusión y, a la hora del juego, cuando todos llegaban al palco, Serpa se volvió a disculpar con todos, después que casi se va a los puños con otros directivos.

Lo demás es historia conocida. Mientras Real Madrid goleaba a Millonarios 8-0, los directivos parecían en velorio. Hernán Torres apenado, algunos jugadores satisfechos por tener la camiseta de Kaka, Noemí Sanín sonriente a la hora de entregar el trofeo y el expresidente Andrés Pastrana pintado de azul.

Ahora, después de dos ‘osos’ inolvidables, habrá un nuevo anuncio: no se va a devolver ningún título, respeto por los jugadores y cuerpos técnicos de todas las épocas, y refacción al bus del equipo al que le faltan dos estrellas que se quisieron despreciar.

El gestor de la polémica propuesta

Gustavo Serpa Preciado representa los intereses de la sociedad española Blas de Leso Inversiones, que posee el 20% de las acciones del club. Esta compañía es filial del fondo de inversión Amber, de propiedad de Joseph Oughourlian. Este es un comerciante que nació en Beirut, Líbano, con negocios en Estados Unidos y Europa. La actividad de Amber es invertir en acciones, fusiones, escisiones y absorciones.

Gustavo Serpa preciado es sobrino del exgobernador y excandidato presidencial Horacio Serpa Uribe, así como abogado de la Universidad Sergio Arboleda. Se estima que por el 20% de Millos pago $5.000 millones. De 1999 a 2005 fue, además, vicepresidente de Merril Lynch y directivo de Pali Capital entre 2005 y 2009.

Junta fracturada y barras bravas

El viernes, en las horas de la tarde, se reunieron en Madrid varios miembros de la junta directiva de Millonarios con Gustavo Serpa, con el fin de llegar a un consenso. Pese al amplio debate que se generó a mediados de semana, Serpa se ratificó en su propuesta de devolver los dos títulos. Por esta razón queda la expectativa del comunicado oficial del club. Entre tanto, el viernes llegó a Bogotá el presidente del equipo, Felipe Gaitán, quien está maniatado por la junta para tomar cualquier decisión. Su futuro tampoco está muy claro. De manera simultánea se tenía prevista una reunión entre directivos del club y las barras del equipo. La cita fue cancelada por los hinchas ante la no presencia de directivos de peso en la reunión.

Por Norbey Quevedo H.

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