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Los cuestionados “maestros” de médica que promueve dióxido de cloro para “tratar” Covid-19

Merci Blanco Bocachica promueve el uso del dióxido de cloro para tratar pacientes con COVID-19, pese a que autoridades alertaron sobre los peligros de su consumo y reiteraron que no es un medicamento. Dos de sus “maestros”, Andreas Kalcker y Orlando Gaitán, son considerados charlatanes.

Pilar Cuartas Rodríguez

23 de mayo de 2020 - 01:00 p. m.
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“El dióxido de cloro (también conocido como ‘solución mineral milagrosa’) no es reconocido como medicamento y mucho menos está autorizado para tratar el COVID-19”. Esa fue la contundente alerta sanitaria con la que, el 1 de mayo, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) desmintió que consumir dióxido de cloro, usado comúnmente como desinfectante, cure el coronavirus. La falsa teoría tomó fuerza en Colombia después de que el médico colombiano Yohanny Andrade suministrara la sustancia a tres pacientes en el Hospital San Carlos, de Bogotá, y que su peligroso experimento fuera divulgado en redes sociales. Pero Andrade, suspendido de su cargo por esta práctica, no es el único profesional de la salud que incentiva el uso de dióxido de cloro en medio de la pandemia. (Lea aquí: Una “iglesia”, charlatanes y varias víctimas: la historia detrás del dióxido de cloro)

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Decenas de médicos promocionan la sustancia en redes sociales y una de ellos es Merci Blanco Bocachica, médica de la corporación universitaria Juan N. Corpas y especialista en terapéuticas alternativas y farmacología vegetal. En un video de doce minutos, que fue retirado de YouTube por infringir las normas de la plataforma, Blanco se dirigió a la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, para recomendar el uso de dióxido de cloro para tratar pacientes con COVID-19. La médica basó su presentación en las tesis de Andreas Kalcker, un alemán considerado el mayor impulsador del consumo humano del dióxido de cloro, pero tachado de charlatán por gran parte de la comunidad médica por falta de sustento científico. De hecho, en España fue procesado por vender ilegalmente el dióxido de cloro como medicamento. (Lea aquí: Édgar Gaitán, el falso taita que resultó violador serial)

La médica Merci Blanco reconoce en su video que leyó los libros publicados por Andreas Kalcker, ha participado como alumna en algunas de sus sesiones y ha asistido a sus conferencias. Pese a los cuestionamientos que pesan sobre su “maestro”, ella sigue sus enseñanzas y promueve el dióxido de cloro para combatir el coronavirus. Sin embargo, Kalcker no es el único “maestro” cuestionado que Merci Blanco ha seguido en su carrera médica. Durante casi dos décadas, fue también una de las discípulas y mano derecha de Orlando Gaitán, quien fingió ser un taita indígena y conocedor de la medicina ancestral, fundó una comunidad de fieles en Cundinamarca y aprovechó su figura de autoridad para violar a adolescentes y mujeres mientras juraba sanarlas en ceremonias espirituales. En diciembre fue condenado a 29 años de prisión por delitos sexuales.

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Orlando Gaitán y Merci Blanco fueron tan cercanos que incluso la médica declaró, como testigo de la defensa, en medio del proceso penal contra el falso chamán. Ante una jueza en Guaduas (Cundinamarca) y bajo juramento, Blanco aseguró el 24 de julio de 2018 que su trayectoria profesional estaba influenciada por las enseñanzas de Gaitán durante catorce años y que él le enseñó cómo hacer terapias y diagnósticos, por ejemplo, a través de tactos vaginales, sin las rigurosas lecciones dictadas por la academia. Estas clases tuvieron lugar en una finca de La Vega, en una clínica y en el consultorio de Gaitán en Bogotá, donde varias de las víctimas contaron a la Fiscalía que sufrieron agresiones sexuales. Sin embargo, a Blanco no le constaron los hechos denunciados y se limitó a elogiar al condenado. “Yo sentía estar hablando con un patólogo”, sostuvo sin titubeos la médica en la audiencia judicial.

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📷El falso chamán Orlando Gaitán , maestro de Merci Blanco, fue condenado por delitos sexuales.

El fiscal del caso le preguntó: “¿Le ha dicho a la audiencia que una vez inicia este camino con Orlando Gaitán como taita, usted cambió como profesional?”. “Cierto”, respondió Merci Blanco, quien agregó que el falso chamán fue además su guía y su maestro. Y reiteró que aprendió de Orlando Gaitán durante casi dos décadas. En 2004, Merci Blanco llegó por primera vez a la comunidad Carare, fundada por Orlando Gaitán, buscando ayuda espiritual para sanar y superar una crisis personal. Un año después, tras creer que Orlando Gaitán la había sanado con ayuda de algunas tomas de yagé y terapias, Blanco empezó a ejercer su rol de médica en los negocios del hoy condenado impostor y creó, junto a él y otros profesionales, una IPS llamada Maya Pijá, de la que también ofició como representante legal.

“Lo he aprendido allí (con Orlando Gaitán), a hacer una lectura semiológica, fisiológica del paciente, eso no lo aprendí en la academia”, añadió Blanco en su testimonio, y a renglón seguido le dijo a la jueza de Guaduas que las terapias impartidas por Orlando Gaitán las aplicó a sus pacientes. No obstante, en breve diálogo con El Espectador, Merci Blanco negó practicar este tipo de terapias y afirmó que solo fue un aprendizaje. La médica dijo estar dispuesta a conversar con este diario solo de las bondades del dióxido de cloro. Sobre su relación con Orlando Gaitán, respondió que adquirió un conocimiento ancestral, pero que hoy no tiene ningún vínculo con el condenado. “Yo soy una especialista y dentro de mi especialidad se abarcan muchas terapias”, concluyó Blanco, quien exigió una reunión presencial para contestar otras preguntas.

En su momento, la Fiscalía concluyó que Orlando Gaitán no era más que un charlatán que se aprovechó de la fe de sus seguidores y de su figura de poder para hacerles creer a sus víctimas que les curaba sus patologías, en especial las ginecológicas, mientras las agredía sexualmente. Las víctimas no pudieron defenderse ni entendieron la naturaleza de esos actos porque estaban en un estado de inferioridad psicológica, convencidas del poder sanador del falso chamán, añadió. Orlando Gaitán aseguró ser el último de los descendientes de la comunidad indígena Carare y no resultó cierto. En ese momento, la Asociación Unión de Médicos Indígenas Yageseros de la Amazonia aclaró que Orlando Gaitán no había sido reconocido como médico indígena ni taita. “No conocemos su trabajo ni existe referencia que pertenezca a nuestras comunidades”, agregó la organización.

Cuando algunos de los viejos pacientes de Gaitán vieron que la médica Merci Blanco estaba promoviendo las enseñanzas de otro “maestro” cuestionado como Andreas Kalcker, alertaron sobre los riesgos que ahora puedan representar sus reflexiones en medio de una pandemia como la del COVID-19. “Ella es una profesional dedicada a sus pacientes, pero también está dentro de este sistema de manipulación de charlatanes. Cuando yo estaba en esa secta de Gaitán, no me curé de nada. Salí con enfermedades. Volver a escuchar a Merci Blanco hablando, ahora del COVID-19, fue rememorar lo que viví en la comunidad Carare y recordar sus tratamientos no comprobados. No se puede confiar en quienes aún creen ciegamente en la comunidad Carare, que se inventó Orlando Gaitán”, concluyó una de las personas cercanas al caso.

Por Pilar Cuartas Rodríguez

Periodista y abogada. Coordina la primera sección de “género y diversidad” de El Espectador, que produce Las Igualadas y La Disidencia. También ha sido redactora de Investigación. @pilar4aspcuartas@elespectador.com
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