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Negocio de cartel y hermano de asesor presidencial

La negociación de un terreno que tuvo como protagonistas a dos capos del cartel de Medellín y a un hermano del asesor presidencial José Obdulio Gaviria Vélez. De Carlos Alberto Gaviria Vélez a Pablo Escobar y su primo Gustavo de Jesús Gaviria Rivero. Un terreno de 3.979 metros en Envigado, hoy en poder del Fondo para la Lucha contra el Crimen Organizado.

Norbey Quevedo H.
17 de enero de 2009 - 10:00 p. m.

El inmueble también le perteneció a un ex procurador que fue señalado por presunto tráfico de drogas.

El 25 de abril de 1984 acudieron a la Notaría 15 de Medellín tres compromisarios. La cita tenía como propósito protocolizar la venta de un predio rural de 3.979 metros. Durante 25 años el negocio reposó en los empolvados archivos de registro de la capital paisa. Pero sólo ahora se hace pública la negociación.

Las partes en el negocio fueron Pablo Escobar Gaviria, extinto jefe del Cartel de Medellín, y su primo Gustavo de Jesús Gaviria Rivero, mano derecha en la organización. Juntos decidieron adquirir el predio a Carlos Alberto Gaviria Vélez. Se trata de un lote ubicado en la vereda El Escobero, en inmediaciones del municipio de Envigado.

Para la época y cuando el Cartel de Medellín se consolidaba como la más importante organización del narcotráfico en el mundo, la compra del predio fue uno más de los cientos de negocios que hizo. Esta vez, según la escritura de la época y el certificado de tradición y libertad, Pablo Escobar y su primo Gustavo de Jesús Gaviria le pagaron, hace casi 25 años, a Carlos Alberto Gaviria Vélez la suma de $350.000.

La tradición del inmueble rural también mostró a un cuarto personaje. Resulta que el propio Gaviria Vélez, antes de vendérselo a los miembros del Cartel de Medellín, según registros inmobiliarios, lo había adquirido el 9 de abril de 1980 a Carlos Cock, ex procurador departamental de Antioquia y quien fuera cuñado del actual consejero presidencial José Obdulio Gaviria Vélez. Precisamente, Cock también tuvo problemas con la justicia por supuesta participación en tráfico de drogas.

Con otra coincidencia. Por esa época, exactamente en 1983, Luis Mario Gaviria y Jorge Gaviria, también hermanos del asesor presidencial y contratistas de la Alcaldía de Medellín y de Acción Social en Urabá, respectivamente, fueron detenidos en Estados Unidos por presunto tráfico de drogas.

Una vez Pablo Escobar y su primo Gustavo Gaviria tuvieron el predio en su haber, fue vendido a Sergio Vásquez y, luego de la muerte de Gaviria en agosto de 1990, la mitad del terreno quedó en manos de su heredera Alexandra Gaviria Arcila. En diciembre de 1993, cuando fue dado de baja Pablo Escobar, la mitad del terreno terminó en las manos de su hermano Argemiro Escobar Gaviria.

Seis años después, en febrero de 1999, el bien fue incautado por la Fiscalía y el 29 de marzo de 2005, un juez dentro del proceso de extinción de dominio contra 136 propiedades de Gustavo de Jesús Gaviria Rivero ordenó la extinción del bien que una vez fuera de Carlos Alberto Gaviria Vélez, y luego de Pablo Escobar y Gustavo de Jesús Gaviria.

Al respecto el juez del caso señaló, frente a abogados que pretendían recuperar el predio a nombre de Escobar, que “tenemos que observar que en la tradición del inmueble objeto de estudio figuran inicialmente como compradores los señores


Pablo Escobar y Gustavo Gaviria y como fecha de la negociación, abril de 1984, fecha para la cual ya eran de público conocimiento las actividades ilícitas del Cartel de Medellín y quiénes eran sus líderes”.

Actualmente, el bien aparece a nombre del Fondo para la Rehabilitación Social y Lucha contra el Crimen Organizado y tiene como custodio a Alveiro de Jesús Palacio Loaiza, un vecino del sector en donde se ubica el predio. Frente al vendedor del predio a los jefes del Cartel de Medellín, Carlos Alberto Gaviria Vélez, consultados los archivos de las autoridades, no hubo ni hay investigación alguna.

Sin embargo, aunque es la primera vez que se evidencia una negociación directa entre Gaviria Vélez y los máximos líderes de la organización de narcotraficantes, otros nexos ensombrecen su pasado.

Como lo denunció El Espectador en su edición del 16 de diciembre de 2007, dentro del expediente que la justicia acumuló por el magnicidio del director de este diario Guillermo Cano, asesinado el miércoles 17 de diciembre de 1986, también apareció el nombre de Carlos Alberto Gaviria Vélez.

Dentro del millonario patrimonio, negocios y cuentas del comerciante Luis Carlos Molina Yepes, pagador de los sicarios que asesinaron al periodista, se encontró que además de negocios con Pablo Escobar y varios de sus familiares, en la sucursal El Poblado del Banco Ganadero salieron a relucir evidentes conexiones.

Justamente una cuenta a nombre de Carlos Alberto Gaviria Vélez. Otra a nombre de Héctor Barrientos, administrador de la Hacienda Nápoles, y una tercera cuenta también a nombre de Gaviria Vélez evidenciaron su cercana relación.

En ese momento, Gaviria Vélez, de 62 años, dedicado durante 20 años a actividades bancarias, luego de ‘quemarse’ en 2007 como candidato al Concejo de Guatapé (Antioquia) y dedicado en los últimos años a comercializar alambres, reconoció que tuvo cuentas en esa sucursal del Banco Ganadero. De igual manera, ratificó que tuvo algunos negocios con Luis Carlos Molina Yepes, eje financiero del Cartel de Medellín, y con Héctor Barrientos, administrador de la Hacienda Nápoles.

Con el hallazgo financiero, el pasado 24 de diciembre de 2007 el fiscal general, Mario Iguarán, ordenó investigar nuevamente el magnicidio de Guillermo Cano. Para este fin, designó especialmente a un fiscal delegado ante los jueces penales del Circuito Especializado adscrito a la Unidad Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.

Hoy, 13 meses después de esa orden, dentro del proceso sólo se conoce de la declaración del ex ministro Carlos Medellín. Uno de los protagonistas de la historia, Carlos Alberto Gaviria Vélez, vive su madurez de comerciante con tranquilidad. Las autoridades nunca lo han llamado a rendir explicaciones por aparecer en las cuentas del pagador del magnicidio de Guillermo Cano.

El proceso sigue prácticamente paralizado en la Fiscalía y ahora que 25 años después se conoce el negocio inédito de la venta del predio en Envigado a los dos jefes del Cartel de Medellín, queda claro que la relación entre Pablo Escobar Gaviria y su primo Carlos Alberto fue más allá de un simple vínculo familiar.

Lea los informes que hacen parte de la investigación haciendo clic AQUÍ

Por Norbey Quevedo H.

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