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Desde el 28 de abril, Cali se ha convertido en el epicentro de las confrontaciones entre manifestantes y la Fuerza Pública.
Foto: JOSE VARGAS ESGUERRA
No han sido semanas fáciles para Colombia, el Valle del Cauca y, mucho menos, para Cali. Los reclamos del Paro Nacional y las protestas de miles de jóvenes denominada la “Primera Línea” ante el hambre, la pobreza y el desempleo, sumado a una débil institucionalidad, abuso policial y poca capacidad de diálogo, han escalado la violencia. En Cali los bloqueos aparecen y desaparecen, en medio de la zozobra por el desabastecimiento y la latente posibilidad de una nueva crisis económica. Mientras unos y otros intentan explicar qué ocasionó el estallido social en Cali, un grupo de académicos recordó que se trata de una historia de vieja data, en la que el racismo, la lucha de clases y promesas incumplidas son una constante.
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