Durante la primera década de este siglo, y parte de la segunda, Los Rastrojos fueron una de las organizaciones narcoparamilitares más grandes y violentas en Colombia, luego deheredar parte del poder del cartel del Norte del Valle y de ocupar los vacíos de poder que dejaron los paramilitares, tras su desmovilización entre 2003 y 2006. Durante esos oscuros años, Los Rastrojos libraron una guerra contra Los Machos —otra estructura de corte narcotraficante y paramilitar— en la que murieron al rededor de 1.000 personas, entre ellos, hombres en armas, sus testaferros y familiares de los capos narcotraficantes enfrentados.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Una sangrienta disputa que llevó a los Rastrojos casi que a desaparecer, en la que también fue clave la extradición de sus principales líderes a los Estados Unidos. Ese parecía ser el fin de la sangrienta organización criminal que tenía vínculos con carteles mexicanos y que azotó el norte del Valle del Cauca y otros 12 departamentos. Sin embargo, recientes denuncias públicas y privadas tienen a organismos de inteligencia con la lupa puesta en el Valle del Cauca y otras regiones donde el grupo criminal desplegó sus violentos tentáculos, como el Ejé Cafetero. El pasado 5 de marzo, surgió la primera alerta tras una reunión de alto nivel estatal justo al norte de ese departamento, que sufre un aumento en los casos de extorsión.
Le podría interesar: Papá Pitufo y el cartel del norte del Valle: estos serían sus posibles vínculos
En ese momento, la alcaldesa del municipio de Río Frío, Viviana Mena Zapata, aseguró en una concurrida rueda de prensa que fue amenazada de muerte por una banda que se autodenomina como la “Nueva Generación de los Rastrojos”. La mandataria local, quien denunció falta de protección estatal, planteó el origen de las amenazas sobre un grupo ilegal que habría heredado buena parte del poder de los Rastrojos en esta zona: “Tenemos rezagos de la banda La Inmaculada, dado que Río Frío es muy cercano a Tuluá, y la presión que han ejercido las autoridades desplazó a estos delincuentes a nuestro territorio”.
La alerta de la alcaldesa Mena Zapata no es la única sobre el presunto renacer de Los Rastrojos. De acuerdo con documentos reservados de la Fuerza Pública conocidos por El Espectador, esta banda estaría integrada por viejas fichas de los extraditados capos Diego Pérez Henao, alias Diego Rastrojo, y los hermanos Javier y Luis Calle Serna, conocidos en el bajo mundo como los Comba. El informe al que tuvo acceso este diario apunta de frente contra Andrés Felipe Marín, alias Pipe Tuluá, actual jefe de La Inmaculada y quien a su vez delinquió en el pasado bajo las órdenes del fallecido capo Wilber Varela, alias Jabón, otro antiguo líder de los Rastrojos.
Lea: Por presuntos nexos con Los Rastrojos Costeños, abren indagación contra Iván Name
El historial de alias Pipe Tuluá no es de poca monta. En los últimos meses, ha sostenido una guerra frontal contra el Estado desde la cárcel La Picota de Bogotá. Las autoridades dicen que, tras las rejas, desplegó planes pistola en distintas cárceles del país contra la guardia del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), como un mecanismo de presión tras su fracaso como mediador entre el Gobierno y el crimen organizado del Valle del Cauca. Aunque Pipe Tuluá dice tener voluntad de paz, las autoridades aseguran que lidera una red criminal de extorsión desde prisión. Además, en mayo de 2024, confesó en los micrófonos de la W Radio que había ordenado asesinar al actual alcalde de Tuluá.
En contexto: Un recluso asesina a tiros a alias Jerry, líder criminal de Los Rastrojos
Un viejo truco
El documento señala que el nombre de “Nueva Generación de los Rastrojos” es una antigua estrategia de La Inmaculada para despistar a las autoridades, la cual ha recurrido en los últimos años a decapitar a sus víctimas. En los últimos años, usaron nombres en sus panfletos amenazantes como La Oficina de Tuluá o el cartel del Cilantro y la Cebolla, por cuenta de las extorsiones que hacen a campesinos que cultivan estos alimentos. La relación directa entre La Inmaculada y los Rastrojos también se evidencia con Óscar Darío Restrepo, alias Porrón, un viejo alfil de los Rastrojos que paga desde 2015 una condena de 33 años de cárcel por liderar La Inmaculada.
El reporte de inteligencia en poder de este diario, que hace un balance en temas de seguridad en el Valle del Cauca, informa que esa nueva generación de los Rastrojos está liderada a la sombra por sus testaferros y viejos financiadores de la estructura ilegal que nunca fueron tocados por la justicia y que aún conservan los contactos que tuvieron a principios de este siglo con carteles mexicanos. “También está el grupo de los Carlos Alberto y las Jotas, una veintena de miembros de los Rastrojos que aceptaron cargos hace 13 años y quedaron libres en los últimos tiempos”, aseguró un funcionario judicial que ha seguido de cerca al grupo criminal.
Abogados que conocen de cerca las movidas del crimen organizado en el Valle del Cauca coinciden en que actualmente se vive una pelea entre Pipe Tuluá y viejas fichas de Diego Rastrojo, que nunca fueron procesadas penalmente. Una muestra de ello, dice una de las fuentes, es el asesinato de alias Jerry, otro temido gatillero de los Rastrojos que estaba a punto de recobrar la libertad y fue asesinado en la cárcel de Jamundí, en noviembre de 2024. “Si el Gobierno no hace algo con esta situación, volveremos a los tristes años de la violencia del cartel del norte del Valle. El ambiente está pesado”, dice uno de los abogados que representó narcos de esta zona del país.
Además, a comienzos de febrero de 2025, la Policía conoció un panfleto amenazante de La Inmaculada en la que abiertamente le declara la guerra a los hombres de Diego Rastrojo, quien todavía, y desde 2013, cumple una condena en Estados Unidos por narcotráfico. “La Inmaculada le declara la guerra abiertamente, señor Diego Rastrojo (...) Ya es de nuestro conocimiento las acciones realizadas por usted, las cuales son darle órdenes a su familiar Tato Rastrojo y Chirri Jonathan Caro, para que asesinen a gente inocente, también realizando falsos positivos con miembros activos de la SIJIN de la Policía y dos abogados que ya están plenamente identificados para darles de baja”, dice el panfleto, con fecha 3 de febrero de 2025.
Un indicio
El Espectador también tuvo acceso a una denuncia que hizo un viejo miembro de Los Rastrojos en el que hizo graves acusaciones contra los extraditados hermanos Comba, quienes se sometieron a la justicia de los Estados Unidos en 2012, quedaron en libertad en 2020 y hoy cuentan con asilo en ese país por haber colaborado. La denuncia— de marzo de 2022, pero que hasta ahora es publicada— va dirigida a la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (Dijín) con detalles de que, aparentemente, los Comba, tras quedar en libertad, conformaron una red internacional de narcotráfico desde Colombia y financiada por narcos invisibles.
Dos meses después de que el denunciante se contactó con la Dijín, su relato fue enviado por esta dependencia de la Policía Nacional a la Fiscalía General, quien a su vez asignó esta denuncia a un destacado fiscal que llevaba un juicio penal contra varios miembros de los Rastrojos que hoy están bajo sospecha de reactivar sus acciones en el mundo criminal. El Espectador conoció que en ese momento la Fiscalía intentó comunicar con el denunciante, quien vive en Estados Unidos, para que ampliara su denuncia, pero nunca fue posible.
Los procesos judiciales de los Comba en EE. UU.
De acuerdo con documentos de la justicia estadounidense, los hermanos Comba aceptaron cargos en 2015 y quedaron libres en Estados Unidos en 2020, luego de firmar una serie de documentos en los que se comprometían, entre otras, a no retornar al crimen y a que estarían bajo vigilancia durante cinco años. Es decir, en un plazo que está próximo a vencer. En el expediente hay detalles del dinero y las 46 fincas que entregaron los Comba para purgar su pena en Estados Unidos y que dan cuenta del poderío que tuvo su grupo criminal en la región del norte del Valle del Cauca, Córdoba, Cesar, Santander, Magdalena y en el Eje Cafetero.
En 2020, la Corte del Distrito Este de Nueva York indica que esos bienes entregados por los Comba a las autoridades de los Estados Unidos están avaluados en la millonaria cifra de $1.000 millones de dólares (más $3.6 billones de pesos en ese momento). El expediente también dice que a esa abultada cifra también llegaron dineros decomisados por agentes federales en 2014 a cuentas del clan mafioso relacionadas con el mundo del trading digital: US $1.1 millones alojados en dos cuentas a nombre de Luz Calle y James Mondronero de Gain Capital Group, una extinta plataforma estadounidense de inversión en línea. Sobre las personas que aparecen como titulares de las cuentas no se conoce mayor información.
Otros $2,6 millones de dólares salieron de una cuenta del Sun Trust Bank en Estados Unidos a nombre de Bast Amron LLP, una firma boutique de abogados ubicada en una exclusiva zona de Miami y que se especializa en procesos de insolvencia empresarial. Dentro de las cuentas de la justicia estadounidense también aparecen $23 millones de dólares en decomisos de dinero que le hizo la DEA, entre 2012 y 2015, a la estructura de los Calle Serna en Colombia. El último desembolso de dinero que llegó a manos de la justicia de ese país lo hizo Edgar Salazar fue por $286.000 dólares en noviembre de 2014. De esta persona tampoco hay información sobre su vínculo con los Comba.
El equipo de abogados de los hermanos Javier Antonio y Luis Enrique Calle Serna le dijo a este diario que sus clientes están bajo supervisión de la DEA y el FBI. “Ellos no quieren volver a saber nada de temas de narcotráfico, cumplieron con sus compromisos ante la justicia de los Estados Unidos y están aprovechando esta nueva oportunidad de vida en ese país. Incluso, Luis Enrique se volvió pastor cristiano. Así que esos señalamientos en su contra no tienen nada que ver. Ellos perdieron todo contacto con el crimen organizado desde que se entregaron las autoridades en 2012. Los bienes que entregaron a Estados Unidos ahora están en manos del Estado colombiano”, señaló la defensa de los Comba.
Los últimos rastros de Los Rastrojos
Desde 2012, cuando los hermanos Comba y Diego Rastrojo empezaron a ser extraditados a Estados Unidos, la organización criminal (que alcanzó a tener cerca de 1.500 hombres en armas) empezó a desintegrarse. Una guerra intestina entre sus lugartenientes generó que otros grupos criminales, como el Clan del Golfo y el ELN, se apoderaran de rutas del narcotráfico que durante años estuvieron bajo su mando. Además, en 2017, la arremetida de la fuerza pública en su contra logró reducir en 80 hombres armados que se movían en la frontera venezolana en el departamento de Norte de Santander, según el Ministerio de Defensa.
Una de las últimas fichas de Los Rastrojos, que terminó trabajando para el Clan del Golfo, fue Eduard Fernando Giraldo, alias Boliqueso, hombre que fue de la entera confianza de los hermanos Comba. En abril de 2022, la Policía colombiana informó que había sido capturado en México y que sería extraditado a Estados Unidos por delitos de narcotráfico. El fin de semana pasado, su nombre volvió a sonar luego de que Noticias Caracol revelara el testimonio de un antiguo gatillero de Boliqueso, quien le confesó a la Fiscalía que el señalado zar del contrabando Diego Marín Buitrago, alias Papá Pitufo, era el financiador de la oficina de sicarios de Boliqueso en el Valle del Cauca.
Uno de los más recientes hechos por los que volvieron a ser mencionados Los Rastrojos —y que también da cuenta de su vigente cercanía con la banda tulueña de La Inmaculada— ocurrió en noviembre de 2024. En ese momento, Diego Pérez Henao, alias Diego Rastrojo, desde una prisión en Estados Unidos, intentó mediar infructuosamente en la guerra de Pipe Tuluá con el Estado colombiano, tras la crisis de seguridad que vivió esa zona del Valle en 2024. Fue en medio de esos acercamientos que el INPEC reportó el asesinato en la cárcel de Jamundí de alias Jerry, otro sicario de los Comba que mencionamos al inicio de este reportaje.
Aunque los abogados de los Comba niegan tajantemente estas acusaciones, lo cierto es que las autoridades colombianas tienen los ojos puestos en el norte del Valle, donde recientemente el crimen organizado ha venido reconfigurándose y afectando la seguridad de sus habitantes. A tal punto que el Ejército tiene en marcha la conformación un batallón en esa zona del departamento, específicamente en el municipio de Sevilla, donde se expanden las disidencias de las FARC, entre otros grupos. Es decir, se trata de una zona que, de no ser atendida por las autoridades a tiempo, puede terminar convertida en otro sangriento frente de guerra como el Catatumbo o el Cauca.
Consulte más temas de Investigación 🔍📓 de El Espectador aquí.
Si le interesan los temas de Investigación y quiere opinar sobre este contenido y recibir o compartir más información, escríbame al correo jescobar@elespectador.com (David Escobar Moreno).