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Tiktokers y hotel en Bogotá: así opera el reclutamiento de exmilitares con destino a Ucrania

Un ucraniano coordina esa red junto a cuatro antiguos miembros del Ejército, quienes además se mueven en redes sociales para captar aspirantes. Los reclutados afirman que les han incumplido con los pagos o que están siendo retenidos contra su voluntad. El hotel dice que no conocía que en sus instalaciones se alojaran a los exmilitares y que solo brindan un servicio.

Unidad Investigativa

21 de diciembre de 2025 - 08:00 a. m.
La red está conformada por exmiembros del Ejército colombiano. / Éder Rodríguez
Foto: Eder Rodríguez
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Desde finales de 2024, un conocido hotel de tres estrellas en la localidad de Kennedy es la principal locación de una red de reclutamiento que envía decenas de exmiembros de la fuerza pública colombiana a combatir para el Ejército ucraniano. Quienes han hecho parte de ese proceso de alistamiento dicen que les ofrecen millonarios pagos por custodiar terrenos que ya no están en disputa o por ejecutar algunas misiones de asalto en zonas controladas por Rusia. Sin embargo, afirman que al llegar allá todo cambia radicalmente. Dicen sufrir abusos de poder, incumplimientos en sus salarios, entre otras acciones, las cuales catalogan propias de una “red de tráfico de personas”.

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La Unidad Investigativa de El Espectador conoció los pormenores de ese millonario negocio que sigue nutriendo la violencia de esa guerra, la cual se desató en febrero de 2022 y que ha cobrado un número indeterminado de combatientes y la vida de más de 15.000 civiles, según la Organización de Naciones Unidas (ONU). Por ejemplo, este diario logró establecer, con base en los testimonios de exmilitares y algunas de sus familias, la identidad de las principales fichas de la red de reclutamiento, sus métodos para enlistar personal y la trastienda de esa lucrativa gestión que busca aspirantes principalmente por WhatsApp, Telegram, Instagram, Meta y TikTok.

Los tiktokers de la guerra en Ucrania

Exmilitares que aún permanecen en Ucrania le contaron a este diario que la red de reclutamiento es liderada por un militar ucraniano llamado Nazar Kuzmin y cuatro antiguos miembros del Ejército colombiano conocidos en redes sociales como “Mico Mogollón”, “Halcón”, “Pollo” y “Oveja Negra”. Las cuentas de TikTok de estas cinco personas reúnen cerca de 95.000 seguidores, un dato que es clave porque, según los militares reclutados, esta sería la principal ruta digital que usan para invitar a antiguos miembros de la fuerza pública a pelear del bando ucraniano.

Por ejemplo, en la mañana del pasado 17 de diciembre, “Halcón” y el “Pollo” iniciaron un live en TikTok, anunciando que este sábado 20 de diciembre salía un vuelo desde el Aeropuerto El Dorado. “Quienes quieran ir deben estar antes del 18 de diciembre en el hotel que se les indique por interno para concentrar al personal con antelación. Allá les damos todo: las tres comidas y la estadía. Solo tienen que llegar allá con su pasaporte, eso es indispensable (...) los tiquetes se los damos nosotros”. En esa misma transmisión, que duró cerca de 30 minutos y fue vista por 733 personas, hubo usuarios que los criticaban por “incitar a la gente a morir” o los denominaban “estafadores o mentirosos”.

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En su defensa, “Halcón” y el “Pollo” señalaron que no obligaban a nadie a viajar y que desde un inicio advierten a los reclutados “que van a una guerra, no a un conflicto armado como en Colombia (...), incluso, se les va a pagar con dineros de la Guardia Nacional de Ucrania cumplidamente”. Uno de los exmilitares colombianos que hizo parte de este proceso de reclutamiento fue crítico con este aspecto en particular: “Llevo en Ucrania siete meses y no me han pagado nada y como mi caso hay muchos. Mi contrato dice que después de los seis meses puedo pedir la baja y nada que me sueltan, esto es un abuso”, dice el reclutado, quien pide reserva de su nombre por miedo a sufrir represalias.

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El Hotel Kennedy

Cuando este diario indagó con los exmilitares reclutados por esta red, encontró una mención en común. Diez personas entrevistadas por El Espectador afirman que luego de ser contactados en redes sociales les envían de manera privada la dirección del denominado “Hotel Kennedy*”, donde pasan algunos días mientras el ucraniano Nazar y sus colaboradores tramitan los tiquetes. “Nos piden que no entreguemos mayor información a nuestros familiares sobre el viaje y nos dan algunos tips por si tenemos algún problema con las autoridades migratorias europeas. El trayecto es Bogotá–Estambul. Luego, antes de llegar a Ucrania, hacemos escala en Polonia o Moldavia”, dice uno de los reclutados.

Dos mujeres que desconocen el paradero de sus familiares reclutados le contaron a El Espectador que entraron al hotel y que pudieron observar cómo los reclutados comparten habitaciones entre dos, tres o cuatro personas. “Mi marido me contaba que Nazar los hacía formar a las 6:00 p. m. para darles instrucciones sobre el viaje, que tenían que tener la mayor confidencialidad y no contar mucho lo que pasaba en el hotel. Yo fui a llevarle unas cosas de aseo, porque les dejan llevar eso y unas pocas cosas de ropa”, dice una de las esposas que tiene a su ser querido desaparecido desde hace aproximadamente tres meses.

Otro familiar dice que, hace un par de meses, cuando se acercó al hotel a averiguar sobre su hijo desaparecido, uno de los empleados le dijo: “No pregunte mucho por lo que pasa aquí”. Este diario indagó a través del canal oficial de WhatsApp del hotel si tenían información sobre cómo viajar a Ucrania. Quien atendió a nuestra duda indicó que: “Si desea irse para Ucrania debe ir al hotel en Kennedy y buscar a la persona encargada. El hotel solo es responsable de ofrecer alojamiento turístico”, y dio la misma dirección donde los exmilitares fueron citados antes de viajar a Ucrania.

Este diario se comunicó, vía correo electrónico, con la gerencia del hotel, la cual señaló que sus instalaciones y la compañía que los representa “son establecimientos legalmente constituidos, cuya actividad se limita exclusivamente a la prestación de servicios turísticos de alojamiento, conforme a la normativa colombiana vigente. El hotel no participa, promueve, intermedia ni tiene conocimiento de actividades distintas al hospedaje que puedan realizar terceros fuera del marco de dicho servicio. La empresa no ejerce control, presión, intermediación, retención de documentos ni verificación de actividades personales, laborales o contractuales de sus huéspedes”.

El hotel en Kennedy, que es propiedad de una familia de siete hermanos y que también son dueños de dos moteles y otro hotel en Bogotá, también señaló que “En caso de que se publique información que vincule directa o indirectamente a la empresa, a sus representantes o a su personal con hechos distintos a su objeto social, nos reservamos el ejercicio pleno del derecho de réplica y de las acciones legales a que haya lugar, conforme a la legislación colombiana”.

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La historia del “comandante” Nazar

El líder de la red, Nazar Kuzmin, nació hace 34 años en Odesa, Ucrania, uno de los territorios que hoy están en disputa violenta con Rusia. Sin embargo, la mayor parte de su vida la vivió en El Calafate, Argentina. En marzo de 2022, un mes después de que se iniciara la guerra con Rusia, decidió retornar a su tierra natal junto a Tarás, su hermano mayor, para combatir. En ese momento, su historia fue replicada por varios medios de comunicación argentinos, quienes tildaron su regreso como un acto “patriótico”. Siete meses después de su paso fugaz por la prensa argentina, Tarás murió en combate en la región del Donbás, el territorio que Putin quiere incorporar a Rusia.

A partir de allí, cuentan personas que estuvieron a su mando, su labor en la guerra se intensificó y conformó la compañía Argo Hispanos, en memoria de su hermano. En sus redes sociales, Kuzmin dice que, desde noviembre de 2023, asumió la comandancia de esa unidad; sin embargo, no se sabe desde qué fecha exacta empezó a reclutar personal en Colombia. En julio de 2024, el conocido “comandante Nazar” publicó en una de sus cuentas de Instagram una imagen en la que informaba los términos y condiciones para combatir del lado ucraniano: contrato por tres años, COP 17 millones mensuales y pasar pruebas físicas y psicológicas.

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En 2022, en una entrevista con Infobae Argentina, Kuzmin dijo que trabajó en el sector hotelero, que no tenía experiencia militar, pero que tenía dominio de armas de guerra. Sus redes sociales también dejan ver lo que él era previamente a la guerra: un jugador amateur de rugby e hincha de River Plate. Ahora, gran parte de sus posteos le hacen honor a la memoria de su fallecido hermano. En algunas de esas publicaciones hay comentarios de quienes compartieron con él en el frente de guerra por su liderazgo.

Incluso, a finales de agosto de 2025, Kuzmin viajó a Buenos Aires para recibir un reconocimiento de las autoridades espirituales de la Catedral Santa María del Patrimonio, principal centro de encuentro de la comunidad ucraniana en esa ciudad. Martha*, una de las madres, que no conoce el paradero de su hijo hace tres meses, le aportó un video a este diario en el cual aparece Kuzmin anunciando que uno de los vuelos estaba listo, “que estaban trabajando y haciendo las cosas bien”, dice en un video de un minuto con su característico acento argentino.

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Esta mujer también aportó un chat en el que su hijo le comenta sobre la existencia de una casa de cuatro plantas en Patio Bonito, en la localidad Bosa, donde se alojan más colombianos que viajarán a combatir en Ucrania. “Él no me contaba mucho sobre el tema, solo me dijo una vez que donde estaba se le llamaba ‘la casa de los famosos’ y que allí había sido reclutado por unos gemelos ucranianos, pero nunca me dijo cómo se llamaban. Él dijo que una vez le retuvieron los papeles porque se quería salir. Creo que vio cosas raras, que no le convencían; pero luego terminó viajando y hoy creo que está muerto y no me quieren decir”, dice Martha.

Este diario le envió un cuestionario a Kuzmin y a los otros miembros de la red de reclutamiento para conocer su versión de los hechos. Sin embargo, hasta el momento no han respondido a nuestras preguntas. El Espectador también se contactó con el consulado de Ucrania con el fin de que aclararan si los hombres reclutados por Kuzmin son pagados con dineros de la Guardia Nacional de Ucrania, pero indicaron que necesitaban más tiempo para pronunciarse sobre el caso.

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Y agregaron que: “Todos los extranjeros que prestan servicio militar en Ucrania son militares oficiales de las Fuerzas de Defensa de Ucrania (Fuerzas Armadas de Ucrania, Guardia Nacional de Ucrania, Servicio Estatal de Guardia de Fronteras de Ucrania, etc.). Tienen los mismos derechos y obligaciones que los ciudadanos de Ucrania y reciben una remuneración económica idéntica, de conformidad con la legislación ucraniana. El ingreso de extranjeros al servicio militar en Ucrania es una decisión voluntaria y consciente de cada persona. Dichas personas no son mercenarios conforme a las normas del derecho internacional. ”.

Mientras tanto, en Colombia, el debate sobre el rol de sus exmilitares en conflictos ajenos ya dejó de ser una discusión marginal, pues el 4 de diciembre pasado el Congreso aprobó la Ley Antimercenarismo. Esa legislación, que busca investigar, sancionar y poner freno a redes de reclutamiento que operan desde el territorio nacional, llega como una respuesta frente a la salida de exmiembros de la fuerza pública. Además, obliga al Estado a fortalecer los mecanismos de prevención y protección para quienes, empujados por la necesidad económica, entre otros motivos, quieren viajar. La ley está una firma del presidente Gustavo Petro de ingresar al ordenamiento legal colombiano.

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Este diario conoció que más 50 colombianos viajaron este fin de semana con destino a Ucrania, es decir, que pasarán las fiestas de Navidad y Año Nuevo a pocos kilómetros del frente de guerra. Uno de los exmilitares que llevan meses allá dice que antes de subirse a los aviones les piden grabar un video en el que dicen que viajan voluntariamente y que nadie los está presionando. “Yo me negué a hacer ese video y le rompí los tiquetes en la cara a Kuzmin, no iba a firmarles ese cheque en blanco de mi vida. Meses después me fui por mi cuenta y estoy en una brigada que no depende de esta red”, dice el colombiano reclutado, que pide reservar su identidad.

La guerra no muestra señales cercanas de terminar. Ucrania intenta, a través de Estados Unidos, construir un plan de paz, pero ha sido infructuoso. En las últimas semanas, el presidente Volodímir Zelenski ha insistido en asegurar nuevos apoyos para sostener la economía y la capacidad defensiva de su país, mientras Vladímir Putin ha reforzado su narrativa de control territorial y ha tomado decisiones que profundizan la ocupación en zonas bajo dominio ruso. Así, el conflicto continúa escalando en el plano diplomático y militar, dejando a miles de soldados extranjeros —incluidos colombianos— en un escenario incierto, marcado por una guerra prolongada, de alta tecnología y sin una salida política en el futuro cercano.

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*Por motivos de seguridad, este diario se abstiene a revelar los nombres y direcciones de los lugares mencionados en este artículo.

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