Un narco en los juegos de azar

De cómo un acaudalado empresario que pasaba inadvertido como promotor de juegos de suerte y azar, terminó en una cárcel de Estados Unidos, dejando a su paso una candente investigación que hoy tiene en ascuas a muchos apostadores.

Norbey Quevedo H.
04 de octubre de 2008 - 04:25 a. m.

El jueves 24 de enero de 2008, requerido por una Corte del Distrito Sur de la Florida, fue extraditado a Estados Unidos el narcotraficante de 59 años José María Ortiz Pinilla (ver actualización de la noticia), conocido con los alias de El Chucho, Chepe o El Viejo. Y seguramente no habría pasado de ser uno más de los 750 colombianos enviados a la justicia norteamericana durante el gobierno Uribe, de no ser porque su nombre resultó asociado con el denominado anfitrión de la justicia Ascencio Reyes Serrano, y porque ahora tiene alborotadas a las autoridades y a los empresarios que hoy manejan el multimillonario negocio de los juegos de suerte y azar.

Esta última evidencia saltó a la vista el pasado 15 de mayo, cuando la Unidad contra el Lavado de Activos de la Fiscalía, al ordenar el tramite de extinción de dominio contra su imperio económico, constató que además de un sinnúmero de inmuebles, en Bogotá, Girardot, Muzo, Venadillo o Fusagasugá, su principal actividad estaba centrada en negocios de compraventa, inversiones y comercialización de bienes y explotación y venta de loterías y juegos de azar. En particular, en esta última actividad resultó ser no sólo dueño de múltiples bingos, sino promotor de uno de los sorteos más exitosos de los últimos años: el Superastro Millonario.

Con un valor para el primer año de operaciones representado en $1.899 millones, el Superastro surgió a través de un contrato suscrito el 7 de diciembre de 2000 entre la Empresa Colombiana de Recursos para la Salud (Ecosalud) y la Sociedad Juegos & Azar Inversiones Ltda. El juego consiste en acertar cuatro números y un signo zodiacal, con el atractivo de pagar $40.000 por cada peso apostado. Al momento de firmar el convenio, la inversión tecnológica de la firma elegida superó los US$5 millones. Pero contaba con el respaldo de una empresa sólida que nació en Bogotá el 18 de noviembre de 1999.

Aunque Juegos & Azar fue en principio una empresa de dos socios: Xiomara Delgado Zuluaga y Jorge Enrique Gómez Sierra, hacia julio de 2002 éstos cedieron la firma a nuevos inversionistas, entre los cuales apareció José María Ortiz Pinilla, un hombre reconocido en el gremio de los esmeralderos y propietario de  predios rurales en Boyacá y Meta. No obstante, cuando la empresa se empezó a reformar, el Superastro afrontaba dificultades y la Empresa Territorial para la Salud (Etesa), que reemplazó a Ecosalud en 2001, declaró la caducidad del contrato del Superastro en agosto de 2003.

Siete meses después, al constatar que Juegos & Azar Inversiones S.A. incumplía con las exigencias técnicas y financieras, Etesa revirtió su medida. En realidad el Superastro nunca fue suspendido, pero mientras se restablecía su legalidad, Juegos & Azar seguía transformándose. Primero pasó de ser una sociedad limitada a ser una sociedad anónima y además de José María Ortiz Pinilla y del fundador de la empresa Jorge Enrique Gómez Sierra, se sumó la compañía Geo Inversiones S.A. Además, firmó un convenio con Apuestas en Línea S.A., actual concesionaria del chance en Bogotá, para que esta empresa comercializara el Superastro.

El negocio recobró su dinamismo y Etesa y Juegos & Azar hicieron varias modificaciones al contrato original. Pero los interventores de Etesa para el Superastro empezaron a advertir que la sostenibilidad económica y financiera del negocio era muy compleja. Por eso, en agosto de 2005, Juegos & Azar presentó solicitud para que se le autorizara la operación del Superastro a través de la firma Global Games S.A. De igual modo, quedó en claro que para garantizar la operación on line se había apoyado en el trabajo de dos firmas del mismo sector de los juegos de azar: A Ganar S.A. y Apuestas en Línea.

Revisada la composición accionaria de las firmas que habían entrado a fortalecer a Juegos & Azar y su negocio del Superastro, queda claro que el nombre de José María Ortiz Pinilla era el denominador común del salvamento. En efecto, A Ganar S.A. fue una firma constituida en Medellín en julio de 1998 y en el primer renglón de su junta directiva apareció el citado Ortiz Pinilla. En cuanto a Global Games, su nombre original era Geo Inversiones y nació en 2002 bajo la égida de Ortiz. De hecho, fue clave en la recuperación de Juegos & Azar. En octubre de 2003 pasó a llamarse Global Games, también con el soporte económico de Ortiz.

En otras palabras, a principios de 2006, a pesar de que los auditores de Etesa advertían que Juegos & Azar presentaba “pérdidas preocupantes” y múltiples interrogantes en las cuentas de su balance, de cierta manera el negocio del Superastro marchaba de la mano de José María Ortiz Pinilla, que además de apoyarse en Geo Inversiones, después llamada Global


Games, contaba con el soporte de dos empresas más: Inversiones Caprisse e Inversiones Viangy. La primera constituida en julio de 2000 y la segunda vigente, con múltiples modificaciones, desde 1991. En ambas empresas su principal accionista era Ortiz Pinilla.

Aún así, Juegos & Azar siguió en dificultades y prueba de ello es que sus dilemas con Etesa, ampliados por la serie de modificaciones hechas al contrato original de septiembre de 2000 para operar el Superastro, terminaron en una conciliación en la Procuraduría Delegada ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca. A mediados de 2006 se concilió en un acuerdo de pago para cumplir con las obligaciones legales y después vinieron nuevas variaciones al contrato inicial para garantizar la rentabilidad del negocio y, al mismo tiempo, que el Estado lograra las transferencias previstas por Etesa. Hasta que llegó lo inesperado.

Ortiz, extraditable

Desde noviembre de 2004, agentes de la Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI), con el apoyo de un informante, venían trabajando en el desmantelamiento de una organización internacional de narcotraficantes que sacaba cocaína de Colombia, a través de Venezuela. La punta de la investigación era un sujeto venezolano conocido como Ómar Ignacio Lamberti Ledesma, quien movilizaba el alcaloide en lanchas de motor en el Caribe. Con el curso de la investigación se supo que sus socios eran Manuel Salvador Pérez Lordoy, Jaime Enrique Anaya y Juan Carlos Lamberti. Poco a poco, el FBI fue descubriendo cómo se hacía el negocio.

Mediante interceptaciones telefónicas se estableció que Anaya Morelos debía reparar una motonave fondeada en un muelle en Cartagena para movilizar un nuevo embarque de droga. Por la misma vía se pudo determinar que realmente los propietarios de la cocaína que iba a movilizarse en la motonave a mediados de 2005 eran Gilberto Garavito Ayala y José María Ortiz Pinilla y que, además, un tercer personaje, conocido como Dago Enrique Rodríguez Bejarano, era el hombre que les suministraba la droga a José María Ortiz Pinilla y a Garavito Ayala. Después de la captura de Ignacio Lamberti en octubre de 2006, Estados Unidos enfiló baterías contra sus socios.

El 15 de noviembre de 2006, mediante nota verbal, el gobierno de Estados Unidos, por conducto de su embajada en Colombia, solicitó la detención con fines de extradición de José María Ortiz Pinilla. Un mes y medio después, el 27 de diciembre de 2006, fue capturado y de inmediato remitido a la cárcel de Cómbita (Boyacá). Por la misma época las autoridades judiciales emprendieron la extinción de dominio contra once propiedades de Gilberto Garavito Ayala. Los dos individuos quedaron conminados a responder por el delito de tráfico de narcóticos en una Corte del Distrito Sur del estado de Florida, en los Estados Unidos.

La noticia de la captura con fines de extradición de José María Ortiz Pinilla causó escozor entre sus socios del narcotráfico y los juegos de azar, pero especialmente provocó el desconcierto entre los operadores de la sociedad Juegos & Azar, cuyo producto emblema, el Superastro, no pasaba por buen momento en sus relaciones con Etesa, aunque reportó en 2006 ventas por valor superior a los $17.000 millones. Quizás eso explica por qué empezó a buscar una salida a la coyuntura, y mientras José María Ortiz Pinilla trataba de evitar la extradición, Juegos & Azar empezó a buscar cómo ceder el Superastro.

La cesión del Superastro

El 23 de febrero de 2007 sucedieron tres hechos determinantes: el representante legal de Juegos & Azar, Carlos de Paiba, solicitó a Etesa la cesión del contrato para explotar el Superastro. Su razón: se necesitaba una empresa con varios juegos en su portafolio para reducir costos y generar más recursos para la salud. La propuesta era cederlo a Apuestas en Línea, su comercializador y único concesionario para la venta del chance en Bogotá. Ese mismo día, Juegos & Azar y Apuestas en Línea firmaron el contrato para ceder la actividad de explotación de Superastro.

Y faltaba un detalle en ese 23 de febrero de 2007: hubo asamblea general de Juegos & Azar Inversiones. Obviamente no asistió José María Ortiz Pinilla porque estaba preso, y lo representó Óscar Parada Robayo, quien también obró a nombre de Jorge Enrique Gómez Sierra, y además de los informes de la revisoría fiscal y la gerencia, se procedió a la elección de una nueva junta directiva. Como era de esperarse, ya no quedó incluido José María Ortiz Pinilla ni sus familiares. En cambio quedó como miembro principal Óscar Parada Robayo y, entre otros, fue incluido un nuevo socio, Carlos Fabián Micán.

El 28 de febrero de 2007, Etesa aprobó la cesión del contrato para operar el juego Superastro a la sociedad Apuestas en Línea. Sin embargo, tres meses después, la empresa estatal revocó la medida por incumplimientos financieros. De esta


manera, Apuestas en Línea, constituida desde octubre de 2002, quedó por fuera del negocio. Uno de sus socios, sexto renglón en la junta directiva, era Óscar Parada Robayo, considerado por fuentes consultadas en el sector de juegos de suerte y azar como la mano derecha de José María Ortiz Pinilla. Pero Juegos & Azar buscó de inmediato otra fórmula para salvar el negocio del Superastro.

La joya de la corona del clan Ortiz Pinilla rápidamente encontró otro rumbo. El 26 de junio de 2007, Juegos & Azar cedió el contrato del Superastro a Inversiones Jer S.A., una poderosa empresa constituida en febrero de 1995 con el objeto de explotar y comercializar todos los juegos de suerte y azar autorizados por los distintos gobiernos. El 10 de julio, Etesa autorizó la cesión del contrato. Y luego vinieron dos modificaciones más para garantizar su operatividad inmediata. Al cierre de 2007, en su reporte de estados contables, Etesa resumió en pocas palabras la situación jurídica y económica del Superastro.

“El encargo fiduciario del juego Superastro corresponde a los derechos de explotación para transferir a los fondos locales de salud de los municipios y departamentos. Este juego, cuyo operador era Juegos & Azar Inversiones, en lo transcurrido de este período cedió su contrato al operador Apuestas e Inversiones Jer S.A., operación realizada mediante resolución 71700 del 10 de julio de 2007 y formalizado en agosto de 2007 con el Otrosí número siete al contrato original de septiembre de 2000”, quedó ratificado en el reporte suscrito por la contadora de Etesa, Vilma Perfetti.

Desde entonces, es Jer S.A. la empresa que administra el Superastro. Pero a pesar de que sus utilidades han crecido y que el negocio se ha recuperado sustancialmente, así poco tenga que ver con José María Ortiz Pinilla, de todos modos no logra desprenderse de su sombra. El escenario que los une es la Red Global Games S.A., autorizada por Etesa, pero vinculada con el imperio económico de Ortiz Pinilla. De hecho, en las últimas actas de esta empresa se advierte muy claro el nexo entre los socios de Jer y los socios cercanos a José María Ortiz Pinilla.

Por ejemplo, según los registros mercantiles, el 29 de junio de 2007 hubo asamblea general de Global Games. Se hizo en el hotel Sheraton y a ella acudieron Édison López Benavides, representando a Jaime Esparza Renalhs, a su vez socio principal de Jer; y Carlos Fabián Micán, representando a dos personajes muy cercanos a José María Ortiz. Uno, Óscar Parada Robayo, quien apoderó al mismísimo Ortiz en la primera asamblea de Juegos & Azar tras la captura del primero; y en el sexto renglón de la empresa Apuestas en Línea. El segundo personaje a quien representó Micán fue Ascencio Reyes Serrano

El 24 de enero de 2008 fue extraditado a Estados Unidos, con cargos de narcotráfico y lavado de activos, José María Ortiz Pinilla. Cuatro meses después, la Fiscalía emprendió el trámite de extinción de dominio de sus cuantiosos bienes. Además, notificó a la Cámara de Comercio que la lista de propiedades del extraditado debe incluir en sus registros que están sujetos a medidas de embargo y secuestro. Obviamente la lista la encabeza Juegos & Azar, pero además aparecen casi un centenar de propiedades y empresas, relacionadas con el mundo de las esmeraldas y de los juegos de suerte y azar.

Una de esas empresas es Bingos Unidos de Colombia, constituida en marzo de 2003. El hombre clave en la operatividad de más de diez bingos en Bogotá, Soacha y Cali era precisamente José María Ortiz Pinilla y el soporte financiero, entre otros socios, eran las firmas Inversiones Viangy e Inversiones Caprisse, ambas propiedad de Ortiz Pinilla y su clan familiar. En


pocas palabras, este ambiguo personaje se movía como pez en el agua en el mundo de los juegos de suerte y azar, y hoy tiene las autoridades en el dilema de intervenir en un escenario donde el lavado de activos ya ha causado demasiados estragos.

¿Cuál es la situación judicial de Global Games? ¿Tiene alguna conexidad Jer S.A en los negocios de Ortiz Pinilla? ¿Ha obrado correctamente Etesa solucionando en tiempo récord los problemas de Juegos & Azar frente a la administración del Superastro? ¿Qué mecanismos hay dispuestos para que el mundo de los sorteos no se convierta en un lavado de activos? Estos y otros interrogantes hacen parte de un tema insuficientemente explorado en la lucha contra el narcotráfico. ¿Hasta dónde siguen llegando los narcos en los juegos de azar? El caso Ortiz Pinilla constituye una muestra clara de que este ha sido un escenario vulnerable. La justicia tiene la palabra.

Las compañías del narco

Los socios de José María Ortiz Pinilla también corrieron su misma suerte: fueron detenidos o extraditados. El primero de ellos, Félix Ignacio Lamberti Ledesma, fue capturado el 25 de octubre de 2006. También conocido como “Lugo Avilla” o “El Gordo”, fue acusado de transportar cocaína hasta los Estados Unidos y el 23 de enero de 2008 la Corte Suprema de Justicia autorizó su extradición.

El segundo personaje fue Manuel Salvador Pérez Lordoy, conocido como “Salva”, igualmente acusado de distribuir droga en Estados Unidos. Natural de Barranquilla y con 59 años de edad, también fue requerido por la justicia norteamericana y el 24 de enero de 2008, el mismo día en que fue extraditado José María Ortiz Pinilla, igualmente terminó en una cárcel de los Estados Unidos.

El tercer personaje de esta historia es Jaime Enrique Anaya Morelos, quien según reporte de la justicia norteamericana, participaba en el transporte de cocaína con Lamberti Ledesma. En febrero de 2007 fue requerido por la justicia de Estados Unidos y, según las autoridades, su delito fue perpetrado con posterioridad al 17 de diciembre de 1997, lo cual lo hizo acreedor a la extradición.

Hoy, los bienes de los tres personajes son objeto de extinción de dominio.

Los argumentos de los propietarios de Superastro

Pablo Vivas, asesor estratégico de la empresa Inversiones Jer S.A., concesionaria del juego Superastro Millonario, explicó a El Espectador la situación de la compañía frente al caso del narcotraficante extraditado José María Ortiz Pinilla.

¿Existe alguna relación entre el narcotraficante extraditado José María Ortiz Pinilla, sus empresas y la compañía Inversiones Jer, concesionaria del juego Superastro Millonario?

Juegos & y Azar Inversiones (que perteneció a José María Ortiz Pinilla) fue titular de la concesión que le otorgó Ecosalud (hoy Etesa) para explotar el juego Superastro Millonario y en virtud de un proceso de cesión, Inversiones Jer recibió el contrato de explotación del juego.

¿Cuáles fueron los términos de esa cesión?

Contractuales convencionales. Se cedió por razones económicas y financieras y con autorización de Etesa.

¿Y ustedes qué recibieron y qué entregaron?

Recibimos la concesión y los beneficios que se derivan de su explotación y a cambio no le dimos nada a Juegos & Azar Inversiones.

¿Pero Global Games tiene personas cercanas a José María Ortiz y ustedes son socios allí?

Global Games es una sociedad anónima certificada hace mucho tiempo. Superastro es un juego transparente y legal.

Actualización de esta noticia: El señor José María Ortiza Pinilla fue procesado y en junio de 2013 cumplió a cabalidad la pena impuesta por el Tribunal del Distrito de los Estados Unidos del Sur de Florida.  

Por Norbey Quevedo H.

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