Manuel Gaona, hijo del magistrado del mismo nombre, que pereció durante el holocausto del Palacio de Justicia, dijo que en poco tiempo tendrá lista la demanda que interpondrá ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con el fin de que se investigue la presunta responsabilidad de la fuerza pública en el homicidio del alto funcionario judicial.
Gaona insiste en que su padre no fue asesinado por el comandante del M-19, Andrés Almarales, como lo concluyó la Comisión de la Verdad tras acoplar el testimonio del magistrado Samuel Buitrago.
Indicó que hay elementos probatorios que avalan la tesis de que su padre sí salió vivo del edificio y que luego fue asesinado con un tiro de gracia, antes de que su cadáver fuera devuelto al interior del Palacio, junto con los demás cuerpos sin vida de losdemàs civiles.
"Lo cierto es que los testimonios que ellos utilizan se contradicen; son inconsistentes en tiempo modo y lugar y, en cambio, hay testimonios igualmente relevantes, como los de este citador y los del magistrado auxiliar Nicolás Pájaro, que dicen que mi padre sale vivo y que en ningún momento vieron que algún miembro del M-19 le disparara", dijo.
Agregó que hay declaraciones de estudiantes universitarios y de periodistas que dicen haberlo visto abandonar el Palacio con vida. De ahí que insistan en lo improbable que resulta la versión de la Comisión de la Verdad frente al asesinato del magistrado Gaona Cruz.
Sin embargo, Manuel Gaona rescató el valor histórico del informe de la Comisión de la Verdad y añadió que la imprecisiones en torno a la muerte de su papá se deben a las limitaciones para conseguir los testimonios, que afectaron el trabajo de los investigadores.
De igual manera, se mostró de acuerdo con la posición asumida por la Fiscalía en el curso del proceso penal, al precisar que la toma no fue financiada por el narcotráfico y que el incendio sí fue ocasionado por la fuerza pública, en su afán de tener acceso a los pisos superiores.
El cadáver del magistrado Gaona fue hallado en un pequeño cuarto de la morgue, donde se encontraban los cuerpos de los guerrilleros. Yacía al lado de Andrés Almarales y Carlos Horacio Urán, los tres con un tiro en la sien.