Carlos Merchán, abogado del exsenador Juan Carlos Martínez Sinisterra, dijo que las acusaciones del excomandante paramilitar Evert Veloza García en contra de su cliente sólo buscaban desmentir una supuesta reunión que éste último sostuvo con la expresidenta del Congreso Dilian Francisca Toro de la que se hablaría en un artículo que más adelante publicaría el diario El País de Cali.
Aseguró que luego de dos versiones en Justicia y Paz no mencionó el nombre del exsenador ni su relación con presuntos narcotraficantes como Olmes Durán, pero que lo hizo por primera vez el 11 de julio de 2008, según el defensor, anticipándose al contenido del artículo; “¿cómo se enteró?”, peguntó el abogado, quien calificó de mandado la aseveración de ‘HH’.
Manifestó que desconoce realmente a qué obedecía esa conducta del desmovilizado, pero cuestionó el hecho, al afirmar que él mismo le indicó a la fiscal que iría única y exclusivamente a desmentir apartes del contenido de la información, que ni siquiera se había hecho pública, respecto al hecho específico del supuesto encuentro.
Indicó que desde un principio se notan las inconsistencias en las aseveraciones de Veloza García, pues cada vez introduce un elemento nuevo, para seguir justificando sus falsas afirmaciones y no sigue un patrón, como lo determinan los preceptos que guían el grado de credibilidad que para el investigador debe tener un testigo.
Agregó que si el Bloque Calima en realidad hubiera respaldado a su cliente, éste habría tenido que apoyar, necesariamente, al candidato de las Autodefensas la Alcaldía de Buenaventura, Valle, en las elecciones celebradas un año después de aquel en la que, supuestamente, resultó beneficiado el dirigente por el paramilitarismo; aclaró que, paradójicamente, él defendió las aspiraciones de la contraparte.
Así se pronunció el jurista en el marco de su alegato de conclusión del juicio que enfrenta Martínez Sinisterra por parapolítica y que ya dejó sobre la mesa la posición de la Procuraduría, que solicitó a la Corte emitir sentencia condenatoria.
Por El Espectador
