Pedro Capacho Pabón, abogado del coronel en retiro, Alfonso Plazas Vega, aseguró que en Medicina Legal reposan las necropsias que certificarían que las personas reportadas como desaparecidas en el holocausto del Palacio de Justicia, murieron calcinadas en el cruce de fuego que se produjo durante la retoma del máximo escenario de las leyes en Colombia.
Capacho Pabón aseguró que las víctimas fueron amarradas por guerrilleros del Movimiento 19 de Abril, M-19, que las encerraron en el baño del cuarto piso del Palacio, donde finalmente murieron calcinadas.
"Hay muchas pruebas que lo demuestran. En particular, se va a poner de presente la decisión del Tribunal de Instrucción, que concluyó que los desaparecidos, efectivamente, están muertos, conforme las necropsias que aparecen en Medicina Legal, que se aportaron al proceso", indicó el jurista.
El juicio se produjo luego que de Capacho le advirtiera a la juez Tercera Penal Especializada de Bogotá, María Stella Jara, que una de las necropsias practicadas por el Instituto Nacional de Medicina Legal correspondía a la identificación del cadáver de Carlos Augusto Rodríguez, quien oficiaba como administrador de la cafetería del Palacio en noviembre de 1985.
Esa aseveración quedó desvirtuada luego de una inspección judicial que adelantó la juez en el organismo de medicina, luego de la cual se pudo establecer que ese cadáver correspondía a Carlos Orlando Rodríguez, un ciudadano de Zipaquirá, Cundinamarca, que falleció durante un accidente de tránsito que se produjo durante la misma época del holocausto y no al de uno de los civiles que hoy hace parte de la lista de desaparecidos.
Mientras tanto, la parte civil y la Fiscalía insisten en que hay abundante material probatorio que demuestra que el incendio que se produjo en el cuarto piso fue por una acción de varios rockets disparados por el Ejército y no como producto de las acciones de los insurgentes del M-19 que se tomaron el Palacio de Justicia.
Según el abogado de los familiares de los desaparecidos, Jorge Molano, resulta demasiado sospechoso que los mismos militares hayan decidido lavar con mangueras el interior de edificio, luego de que se recuperó el control por parte de la fuerza pública, borrando gran parte de la evidencia.
Por El Espectador
