Aclaración de Pino
Redacción Judicial
El ciudadano venezolano Carlos Manuel Pino García no es agregado de prensa en la embajada de ese país en Colombia sino asesor con contrato de prestación de servicios y, si bien es cierto que se vio involucrado en un proceso penal al ser capturado el 26 de mayo de 1999 en un campamento de las Farc en las selvas del Vichada, según consta en documento expedido por la Fiscalía en octubre de 2000, la investigación en su contra fue precluida, por lo cual hoy carece de antecedentes judiciales.
De esta manera, El Espectador aclara los términos del informe titulado “Un incómodo antecedente”, publicado el pasado 11 de marzo, en el que se reseñó cómo Pino, junto a tres venezolanos más, fue detenido en un operativo del Ejército cerca a la frontera con el vecino país. En su momento, Pino argumentó que averiguaba si las selvas del Vichada podían ser utilizadas como zona turística. Su caso, conocido por cinco despachos de la Fiscalía, fue archivado, lo cual se omitió en el informe.
De igual modo, con base en información suministrada por el DAS, este diario señaló a Pino como uno de los funcionarios de la embajada que en la marcha “No más Chávez”, que se realizó el 4 de septiembre de 2009 en Bogotá, estaban tomando fotografías con fines “presumiblemente de inteligencia”. Pino dice que llegó a la marcha cuando ésta había concluido, que lo hizo para prestarle asistencia jurídica a un colega retenido, y que su labor se limitó a conseguir un abogado y acompañarlo hasta un CAI en el centro de Bogotá.
Según verificó este diario, el asistido fue el coronel de la Fuerza Aérea venezolana Pedro José Carreño, quien estaba tomando fotografías de la marcha y, literalmente, fue rescatado por la Policía porque iba a ser agredido por los manifestantes. Según Pino, él reside desde hace 10 años en Colombia, donde ha establecido su hogar, y la información incluida en el artículo equivocadamente lo expone como parte de una supuesta conspiración del gobierno de Venezuela en el actual ambiente “crispado y tenso” de las relaciones diplomáticas entre los dos países.
El Espectador aclara, sin embargo, que en el momento de la realización del informe, en reiteradas oportunidades se buscó a Carlos Manuel Pino para que aportara sus comentarios e incluso un periodista estuvo en la embajada de Venezuela en Colombia y habló vía telefónica con el embajador Gustavo Márquez, para dejar constancia de que se iba a publicar un artículo sobre el episodio en el que se vio involucrado el asesor Pino García, quien insistió en que no es jefe de presa, porque este es un cargo diplomático.
El ciudadano venezolano Carlos Manuel Pino García no es agregado de prensa en la embajada de ese país en Colombia sino asesor con contrato de prestación de servicios y, si bien es cierto que se vio involucrado en un proceso penal al ser capturado el 26 de mayo de 1999 en un campamento de las Farc en las selvas del Vichada, según consta en documento expedido por la Fiscalía en octubre de 2000, la investigación en su contra fue precluida, por lo cual hoy carece de antecedentes judiciales.
De esta manera, El Espectador aclara los términos del informe titulado “Un incómodo antecedente”, publicado el pasado 11 de marzo, en el que se reseñó cómo Pino, junto a tres venezolanos más, fue detenido en un operativo del Ejército cerca a la frontera con el vecino país. En su momento, Pino argumentó que averiguaba si las selvas del Vichada podían ser utilizadas como zona turística. Su caso, conocido por cinco despachos de la Fiscalía, fue archivado, lo cual se omitió en el informe.
De igual modo, con base en información suministrada por el DAS, este diario señaló a Pino como uno de los funcionarios de la embajada que en la marcha “No más Chávez”, que se realizó el 4 de septiembre de 2009 en Bogotá, estaban tomando fotografías con fines “presumiblemente de inteligencia”. Pino dice que llegó a la marcha cuando ésta había concluido, que lo hizo para prestarle asistencia jurídica a un colega retenido, y que su labor se limitó a conseguir un abogado y acompañarlo hasta un CAI en el centro de Bogotá.
Según verificó este diario, el asistido fue el coronel de la Fuerza Aérea venezolana Pedro José Carreño, quien estaba tomando fotografías de la marcha y, literalmente, fue rescatado por la Policía porque iba a ser agredido por los manifestantes. Según Pino, él reside desde hace 10 años en Colombia, donde ha establecido su hogar, y la información incluida en el artículo equivocadamente lo expone como parte de una supuesta conspiración del gobierno de Venezuela en el actual ambiente “crispado y tenso” de las relaciones diplomáticas entre los dos países.
El Espectador aclara, sin embargo, que en el momento de la realización del informe, en reiteradas oportunidades se buscó a Carlos Manuel Pino para que aportara sus comentarios e incluso un periodista estuvo en la embajada de Venezuela en Colombia y habló vía telefónica con el embajador Gustavo Márquez, para dejar constancia de que se iba a publicar un artículo sobre el episodio en el que se vio involucrado el asesor Pino García, quien insistió en que no es jefe de presa, porque este es un cargo diplomático.