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Los siete acusados de asesinar al capo colombiano Leónidas Vargas en Madrid alegaron su inocencia en sus sendos turnos de última palabra, poco antes de que terminara el juicio que se celebró desde el pasado día 7 en la Audiencia Provincial de Madrid.
A partir de este jueves, y en los próximos días, el tribunal popular elegido para este caso deberá decidir sobre la culpabilidad o inocencia de los procesados.
Vargas, jefe del cartel del Caquetá y considerado en su momento testaferro del cartel de Medellín, murió tiroteado poco antes de las ocho de la noche del 8 de enero de 2009 en la habitación de un hospital madrileño en el que estaba ingresado.
Ese día dos personas entraron en su habitación hospitalaria y una de ellas disparó contra él con una arma con silenciador.
“Soy inocente” , “no soy culpable” , “han arruinado mi vida” , han sido algunas de las frases pronunciadas por los acusados, que se enfrentan a penas entre 5 y 28 años de cárcel, según las peticiones del fiscal y de la acusación particular.
En el juicio comparecieron los colombianos Jonathan Andrés O., Alexander S.C., José Jonathan F.O., Yuli Carolina O.R. y Jonathan M.R., el venezolano Edgar Andrés O.F. y el rumano Andrei A.C.
Además, la defensa de Jonathan M.R., acusado de acompañar al hospital a Jonathan Andrés O., presunto autor material de los disparos contra Vargas, destacó que las personas que se han sentado en el banquillo “temen por sus vidas”.
Sea cual sea la sentencia o los posibles recursos a ella, al conocerse la identidad de los acusados y sus países de origen todos “tienen miedo por ellos y sus familias” , dijo el letrado.
En sus informes, las defensas han pedido la absolución para sus clientes al considerar que no existen pruebas de cargo contra ellos. Han resaltado que la investigación policial fue “deficiente” .
Así, la abogada de Jonathan Andrés O. preguntó por qué la policía no registró su casa o buscó la chaqueta negra con franjas azules que llevaba la persona apuntada como el presunto asesino y que aparece en los vídeos entrando y saliendo del hospital.
El abogado de Edgar Andrés O.F., presunto ayudante del “cabecilla” de la trama -José Jonathan F.O.-, y que al recibir el alto de la policía llevaba un arma lista para disparar, dijo que su defendido recibió “importantes golpes” durante su detención que precisaron asistencia médica.
El mismo Edgar Andrés O.F. afirmó en su turno de palabra que la policía le había “presionado psicológicamente y maltratado físicamente” .
Los abogados reiteraron que consideran presuntamente ilegales las escuchas telefónicas que llevaron a las detenciones, ya que partieron de otra causa, una investigación por drogas en la provincia española de Jaén (Andalucía) en la que supuestamente estaba relacionado Alexander S.C.
Los abogados cuestionaron “el sistema de ingeniería” con el que la policía escogió 17 llamadas de telefonía móvil entre las 4.300 detectadas en las horas previas y posteriores a la del crimen en los alrededores del centro sanitario.