Un nuevo capítulo del juicio contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez comenzó. Este lunes, el líder del Centro Democrático regresó a Bogotá para presentarse, una vez más, en el complejo judicial de Paloquemao y defenderse. Hace menos de una semana, la Fiscalía terminó de presentar la batería de pruebas y testigos con los que busca demostrar que el exjefe de Estado intentó torcer testimonios de paramilitares que lo señalaron de ayudar a fundar grupos al margen de la ley.
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Ahora, la pelota está del lado de la defensa del exmandatario, quien insiste en su inocencia por la supuesta manipulación de testigos, fraude procesal y soborno, que lo tienen en el banquillo de los acusados.
El ente investigador presentó durante varias semanas a 37 testigos. En su turno, el expresidente Álvaro Uribe y su defensa, liderada por los abogados Jaime Granados y Jaime Lombana, tienen planeado duplicar esa cifra: 75 personas, incluidas familiares del exmandatario, políticos y empresarios que serán escuchados por el Juzgado 44 Penal de Bogotá en los próximos días.
Uribe, primero en la lista para declarar, tiene un día más para responder preguntas de sus propios defensores y resaltar puntos que lo sacarían de aprietos. Así intentó hacerlo en la jornada de este lunes, en la que, por más de 10 horas, se refirió a su vida personal, política y algunos de los hechos que lo tienen en juicio.
El exmandatario inició su declaración de este lunes respondiendo a varias preguntas sobre su vida política y privada en la que recordó haber sido concejal de Salgar y de Medellín (Antioquia), director de la Aeronáutica Civil, senador del Partido Liberal, gobernador de Antioquia entre 1995 y 1997, y presidente de la República entre 2002 y 2010.
Cuando llegó el tema de la famosa hacienda Las Guacharacas, señalada de ser la cuna del Bloque Metro de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), ubicada entre los municipios antioqueños de Maceo y Yolombó, el exmandatario señaló que la propiedad fue adquirida en 1977 por su padre, Alberto Uribe Sierra, y aseguró que nunca la administró.
Según la versión que el expresidente Uribe le entregó a la justicia, él jamás regresó a Las Guacharacas después del asesinato de su padre a manos de la guerrilla en 1983. Además, sostuvo que la finca fue vendida en 1996, cuando era gobernador.
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Sin embargo, testigos claves en contra del exmandatario, como los exparamilitares Juan Guillermo Monsalve y Pablo Hernán Sierra, quienes fueron citados hace semanas por la Fiscalía, aseguraron que el predio fue vendido por el expresidente y su hermano, Santiago Uribe, para “lavarse las manos”, porque “esa finca fue el asentamiento del primer grupo paramilitar que llegó allá”, como lo aseguró Sierra públicamente en las audiencias del pasado abril.
Sobre su periodo y funciones como gobernador de Antioquia, el abogado Jaime Granados dijo que el tema de la seguridad del departamento es especialmente sensible para el exmandatario. Además, le preguntó a Uribe cuál era la situación de orden público en el departamento cuando él asumió la administración departamental en 1995.
Uribe señaló que la situación era “dramática, como en muchas regiones de Colombia. Guerrilla por toda parte y había dos grupos paramilitares en Urabá, y lo que conocíamos en Antioquia como los paramilitares de Puerto Berrío o del Magdalena Medio”. Acto seguido, el abogado Granados le preguntó sobre su política de seguridad para enfrentar la violenta problemática.
“Usted tiene alguna pregunta sobre las Convivir, doctor Jaime”, contrapreguntó Uribe, a lo que la fiscal del caso, Marlenne Orjuela, solicitó una moción de orden al considerar que el expresidente estaba usando su intervención para dirigir el interrogatorio de su abogado defensor.
“En Colombia hubo 700 Convivir y en Antioquia tuvimos 69, de ellas cuatro tuvieron problemas y a esas les quitamos la personería jurídica”, sostuvo Uribe. La otra versión, contada por el exparamilitar Sierra, es que siendo Uribe gobernador, en 1996 se emitió la resolución que le abrió la puerta al nacimiento de la primera Convivir: la asociación Convivir El Cóndor, de San Roque (Antioquia).
El interrogatorio de Granados terminó centrándose en el punto clave del proceso: la presunta manipulación a testigos, a través de su exabogado Diego Cadena, para conseguir testimonios de exparamilitares que negaran su presunto vinculó con la creación del Bloque Metro de las Auc.
“Nunca se me ha ocurrido buscar testigos para una cosa distinta a la de verificar sus testimonios”, afirmó Uribe, al tiempo que negó conocer al exparamilitar Pablo Hernán Sierra y a Juan Guillermo Monsalve. Además, explicó que su primer encuentro con Cadena fue el 28 de febrero de 2017, en una reunión organizada por su primo Mario Uribe, pero aclaró que este no participó en el contenido de la conversación.
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Por ahora, el expresidente Uribe terminará este martes de responder a los interrogantes de sus abogados y luego le dará pasó a uno de los testigos más esperados y mencionados por algunos de los comparecientes del caso: su hermano Santiago, absuelto en noviembre del año pasado por su supuesta participación en la conformación y financiación del grupo paramilitar conocido como Los 12 Apóstoles.
Después de los hermanos Uribe Vélez, también se espera que hable su primo, Mario Uribe Escobar, señalado de haber sido el primero en contactarse con el “aboganster” Diego Cadena (también citado por la defensa) para, supuestamente, tratar de torcer testimonios de exparamilitares. Estos son solo tres de los más de 70 citados por la defensa dentro del juicio de la década.
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