Clan del Golfo amenaza a lideresa de Tunja que había sido atacada con ácido

Plantón realizado por la Plataforma Feminista Boyacense en abril frente a la Alcaldía de Tunja pidiendo justicia para el caso de la lideresa Cardozo.

Foto: Cristian Hamón

Defender los derechos de las mujeres en Tunja (Boyacá) está teniendo un costo muy alto para la seguridad de las lideresas feministas. El pasado 10 de abril, la cabeza de la plataforma feminista de esta ciudad, Patricia Cardozo, fue atacada con ácido. Ahora, el pasado 11 de julio apareció, nuevamente, una amenaza en contra de la defensora. Se trata de un panfleto firmado por las Autodefensas Unidas de Colombia o el Clan del Golfo, en el cual se le amenaza de muerte.

En la carta intimidante, que apareció en la oficina de trabajo de la defensora, se estigmatiza todo el trabajo que desarrollan las defensoras del departamento de Boyacá. Igualmente, sus autores declaran como objetivos militares a todas las personas que promueven los derechos de la población LGBT en la ciudad, justo después de que conmemoraron con una marcha y talleres el día del orgullo gay a inicios de este mes.

En contexto: La lideresa Patricia Cardozo: víctima de un ataque con ácido por ser mujer

La feminista Cardozo ya envió el panfleto con su denuncia a la Fiscalía. Hasta el momento de publicación de esta nota, la mujer no había sido contactada por otra entidad diferente a la Defensoría del Pueblo para evaluar y atender su situación y la de la organización que encabeza. Debido a esto, la plataforma exige que las autoridades departamentales esclarezcan quién ha dado la orden para amedrentar su actividad y que establezcan las rutas de protección necesaria para su seguridad.

Los hostigamientos en contra de la lideresa no han cesado, son persistentes y agravan su seguridad. El ataque con ácido fue interpretado por otras defensoras como una tentativa de feminicidio con un agravante a razones de su liderazgo social. Cardozo nunca ha dejado de recibir amenazas a su trabajo, aunque cuenta con un esquema de protección de la Unidad Nacional de Protección, el mismo que le fue otorgado luego de ser atacada con ácido.

Otras organizaciones sociales han presentado su interés para trabajar con la plataforma feminista. Sin embargo, una de sus integrantes cuenta que no han recibido a otros colectivos debido a temas de seguridad. “Nosotras no podemos garantizar la seguridad de nosotras, mucho menos podríamos garantizar la de otras líderes”, expresa Gina Rojas, vocera de la plataforma.

Aunque Patricia Cardozo es la única que ha recibido de manera directa ataques a su integridad, no ha sido la única lideresa feminista de Tunja que tiene esquema de protección. Varias integrantes del colectivo se han visto obligadas a cambiar sus lugares de residencia para protegerse y proteger a sus familias, ya que muchas de ellas son madres y tienen bajo su cuidado a menores de edad.

Las calles de Tunja, que ya no eran seguras para Lidia Patricia Cardozo, ya tampoco parecen seguras para ninguna líder feminista, como ellas mismas lo denuncian. Las defensoras de derechos humanos de ese territorio exigen protección. “El estar nosotras en riesgo también genera que las personas que nosotras atendemos también se sientan vulnerables”, afirma la vocera Rojas.

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