
El senador Iván Cepeda (i) muestra un cartel que dice "Paz total" durante la instalación del nuevo Congreso Nacional. EFE/Carlos Ortega
Foto: EFE - Carlos Ortega
Hoy parece haber condiciones para que se inicie un proceso de negociación entre el Estado colombiano y grupos criminales. Diferente a las negociaciones de las últimas dos décadas, en las que las contrapartes del Estado eran movimientos con un origen explícitamente político e ideológico-insurgentes y contrainsurgentes, en este caso se trata de empresas criminales cuyo interés es generar ingresos a partir de mercados ilegales como la venta de drogas, la extorsión y la explotación ilícita de minerales. Un conjunto amplio de estos grupos
Por Santiago Tobón Zapata*, especial para El Espectador
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