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Así cayó el zar de las armas

 

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Redacción Judicial
08 de marzo de 2008 - 12:32 a. m.
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Bout, quien tiene dos solicitudes de extradición de Estados Unidos y Rusia, venía siendo rastreado desde hace dos años por el agente de la DEA Robert Zachariasiewicz. El Espectador conoció la acusación del gobierno norteamericano en contra de Bout. En siete páginas, Zachariasiewicz, un hombre con más de 10 años de experiencia en esa agencia antimafia, detalla con minucia cómo operaba el imperio criminal de Bout y su socio, Andrew Smulian, también detenido. El cerco a este ex oficial de la KGB empezó en enero de 2007, cuando se empezaron a movilizar contactos para proveer de armas a la guerrilla de las Farc.

La acusación sostiene que gracias a un ex socio de Smulian y Bout, bajo la coordinación de la DEA, se logró desplegar un paciente operativo de rastreo con el único fin de develar sus actividades ilícitas. Esta fuente confidencial, denominada en el expediente por seguridad como CS1, trabajó con Bout y Smulian en los años 90. De hecho, los tres volaron desde Bulgaria sobre Chechenia para arrojar armas desde el aire. Di igual manera, CS1 viajó con Bout de Dubai hacia África en una operación similar.

Por eso, cuando este agente confidencial encubierto, pagado por la DEA, contactó a principios del año pasado a Smulian no despertó ninguna sospecha. El cuatro de noviembre de 2007 CS1 envió un correo electrónico a Smulian para que le dijera a Bout que tenía una propuesta de negocios. Poco tiempo después se organizó una reunión en Curazao en donde se estimó que las armas para las Farc costarían US$5 millones. Pero las autoridades estaban encima de Bout. Smulian le escribió al informante de la DEA que “nuestro hombre ha sido designado persona no grata por la ONU”, y que todas las comunicaciones podían ser interceptadas.

Aún así, prosiguieron los contactos. El 7 de enero de 2008, CS1 se reunió con Smulian en las Antillas Holandesas. Allí se presentaron dos personas como representantes de las Farc interesados en comprar misiles tierra-aire. Como demostración de la confianza le dieron un anticipo a Smulian de 5 mil dólares. El socio de Bout viajó a Rusia para finiquitar la ilícita transacción. Según la acusación, Bout se mostró dispuesto a lavarles dinero a las Farc “por una comisión del 40%” y que el ex oficial manifestó su interés en colaborarle a esa guerrilla porque “cualquier comunista es nuestro amigo”.

El 26 de enero Smulian viajó con CS1 a Rumania, donde los esperaban los enlaces de las Farc. “Las armas están el Bulgaria”, les explicó Smulian a los emisarios de la guerrilla. Posteriormente, el 4 de febrero último tuvo lugar otra reunión entre el enlace de las Farc y Smulian, en donde se informó que Bout tenía una ruta segura entre Nicaragua y Guyana para hacerle llegar el armamento a la guerrilla, utilizando 200 paracaídas que serían lanzados en territorio colombiano.

El 21 de febrero, Bout llamó a uno de los emisarios de las Farc para concretar los avances en el negocio. Pero ellos le informaron al soviético que viajarían a Tailandia a encontrarse con alguien conocido como El comandante. “Bout les dijo que era un lugar perfecto para verse”. La cita se cuadró en ese país para el 6 de marzo, día en el que cayeron Smulian y Bout, dos de los hombres más buscados por las autoridades por sus múltiples conexiones con la mafia y por ser los principales proveedores de armas en las últimas dos décadas.

Por Redacción Judicial

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