Por primera vez, ante un juez, el exalcalde de Bogotá Samuel Moreno Rojas tuvo un careo con Emilio Tapia, el testigo estrella de la Fiscalía en el carrusel de la contratación. Sucedió en el juicio que se adelanta contra el exmandatario por la adjudicación irregular del contrato de ambulancias que tenía un valor de $67.000 millones y por el que habría pedido, al parecer, dádivas por casi $3.000 millones.
El testimonio de Tapia era uno de los más esperados. No sólo porque en múltiples declaraciones ha manifestado que fue el emisario de los hermanos Samuel e Iván Moreno –excongresista que fue condenado a 14 años de cárcel– ante contratistas y funcionarios públicos, sino que fue el encargado de recibir los pagos de las coimas que supuestamente terminaban en las cuentas de los Moreno.
La audiencia comenzó a las 2:30 y entre las primeras frases que soltó Emilio Tapia señaló a Samuel Moreno de ser el líder de la “empresa criminal” en la que participaron varios exconcejales, contratistas y funcionarios públicos. Asimismo, indicó que, en cuanto al contrato para el servicio de ambulancias en Bogotá, participó en la modificación del pliego de condiciones y fue el encargado de recibir los pagos que tenía que darle el entonces secretario de Salud del Distrito, Héctor Zambrano, a los hermanos Moreno.
Según el relato de Tapia, el objetivo era beneficiar la Unión Temporal creada por Federico Gaviria y un primo suyo, Juan Carlos Aldana, quienes habrían aceptado pagar una coima del 9% del valor total del contrato (alrededor de $6.000 millones). Esa comisión, según Tapia, se repartiría en un 50% para los hermanos Moreno y el otro 50% para los funcionarios públicos –entre ellos Zambrano, el excontralor Miguel Ángel Moralesrussi y el expersonero Francisco Rojas Birry– y concejales que participaban en el negocio.
“En una reunión con Hipólito Moreno, (Andrés) Camacho Casado, Federico Gaviria, Héctor Zambrano, Salamanca y yo se determinó para quién y cómo se iban a estructurar las propuestas y cuál era la distribución del porcentaje que se generaba. Se dieron los roles y las tareas dentro de la Secretaría de Salud para el ajuste y el pliego de condiciones”, declaró en juicio Tapia, quien agregó que Zambrano le dio el dinero de los hermanos Moreno en distintas entregas y en montos de $200 y $300 millones.
Emilio Tapia, sin embargo, terminó enredándose cuando fue interrogado sobre la forma en que conoció a Samuel Moreno. En un principio, le dijo a la Fiscalía que lo conoció en 2007, en una reunión en la casa de su madre, María Eugenia Rojas. La cita la había planeado Iván Moreno, quien, aseguró Tapia, le propuso realizar aportes económicos a la campaña de su hermano a cambio de beneficios en contratos con su administración.
Sin embargo, en el contrainterrogatorio, Samuel Moreno le preguntó a Emilio Tapia si recordaba una declaración bajo juramento que había rendido ante la Procuraduría el año pasado. Tapia contestó que sí, a lo que Moreno le solicitó que leyera la respuesta que dio en esa oportunidad a la pregunta sobre cómo lo había conocido, si lo conocía antes de esa diligencia y si habían sostenido algún tipo de relación.
Tapia releyó su respuesta en la que advertía que antes de esa diligencia lo conocía por referencias familiares, pero no personalmente y que lo había visto una vez en un aeropuerto, pero que no se atrevió a hablarle porque no le tenía la suficiente confianza. Terminó su declaración diciendo que no había organizado ningún tipo de negocio contractual o personal con el exalcalde.
Tras esa revelación, la Fiscalía volvió a interrogar a Tapia y le cuestionó la posible contradicción en sus propias versiones. Tapia negó que existiera una contradicción. Explicó que se refería a que conoció a Moreno en tres circunstancias: por referencias personales, cuando aportó a su campaña a la Alcaldía de Bogotá y cuando se construyó la empresa criminal. Sobre este último aspecto reiteró que él se comunicaba directamente con Iván Moreno, quien era el encargado de transmitirle los mensajes a Samuel Moreno.
Tapia insistió que en la declaración ante la Procuraduría “omitió o no profundizó en detalles” en algunas cosas por recomendación de sus abogados de confianza, argumentando que no podía autoincriminarse porque no había solucionado su situación jurídica con la Fiscalía.
Samuel Moreno y su abogada también le preguntaron a Tapia sobre su situación jurídica y si había sido investigado por recibir coimas en el caso del contrato de ambulancias. Tapia respondió que jamás le pagaron un peso de esa comisión, que su labor fue ser el intermediario para recibir las coimas de los hermanos Moreno. Y que él tenía que hablar sobre ese contrato de ambulancias, ya que era uno de los compromisos adquiridos en el principio de oportunidad firmado con la Fiscalía.
Tapia y Zambrano, de otra parte, denunciaron haber recibido amenazas por su papel como testigos claves en el escándalo del carrusel de la contratación, razón por la cual la fiscal tercera auxiliar delegada ante la Corte Suprema solicitó medidas de protección para ambos.
Por Redacción Judicial
