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Así fue la entrega del cuerpo de un indígena desaparecido hace 11 años en Nariño

El sueño de la familia era que el cuerpo del joven de 19 años regresara al Resguardo Indígena de Mayasquer en Nariño, para darle una digna sepultura siguiendo las costumbres propias del pueblo Pastos al que pertenecía.

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16 de junio de 2023 - 10:48 p. m.
La Unidad de Búsqueda efectuó la entrega digna del cuerpo de un indígena del resguardo Mayasquer, del Pueblo Pasto, en Nariño, desaparecido hace 11 años.
La Unidad de Búsqueda efectuó la entrega digna del cuerpo de un indígena del resguardo Mayasquer, del Pueblo Pasto, en Nariño, desaparecido hace 11 años.
Foto: UBPD
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Después de 11 años, la familia de un indígena de 19 años, desaparecido en 2012, pudo inhumar dignamente su cuerpo. El joven habría fallecido en medio de hostilidades del conflicto armado, y su cuerpo fue dispuesto inicialmente en el cementerio municipal de Tumaco (Nariño). Por fin, el resguardo Mayasquer, del Pueblo Pasto, en Nariño, pudo darle sepultura en Tallambí, vereda del municipio de Cumbal del mismo departamento.

Tras su identificación plena a través del contraste de muestras genéticas aportadas por la familia, el cuerpo del hombre fue trasladado y entregado dignamente en Cumbal por parte de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) en articulación con la Fiscalía General y Medicina Legal. Según la UBPD, el sueño de la familia era que el cuerpo del joven regresará al Resguardo Indígena de Mayasquer, siguiendo los usos y costumbres propias del pueblo Pasto.

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Para el desplazamiento a la vereda Tallambí, el equipo de la UBPD cruzó la frontera con Ecuador, contando con el apoyo de las autoridades étnicas del resguardo indígena Mayasquer del pueblo Pasto, así como de la administración municipal de Cumbal. En el territorio indígena se realizó un acto de armonización y recibimiento del joven por sus familiares, basado en los saberes y costumbres de la comunidad, con ofrendas frutales y plantas. El ritual finalizó con la inhumación del cuerpo en el cementerio, “contribuyendo así a la sanación del territorio y alivio al dolor de toda la comunidad”, afirma la Unidad.

“Para nosotros la sanación del territorio nos genera mucha paz, mucha alegría porque los que se fueron regresaron a nuestro territorio y eso a cada uno de nosotros nos genera paz. Que regrese el comunero o comunera que se haya ido hace mucho tiempo es construcción de paz, porque sí se puede recuperar, en cada lucha, sea quien sea”, afirmó una lideresa del Resguardo.

La recuperación del cuerpo, cuando todavía no se había identificado, se dio en el cementerio municipal de Tumaco por parte de la Fiscalía, quienes lo dejaron a disposición de Medicina Legal para su necropsia. A su vez, la UBPD logró contrastar la información que había recopilado y establecer que el cuerpo recuperado se trataba del joven buscado por sus familiares.

De esta manera se realizó el proceso de toma de muestras genéticas de la familia para impulsar su identificación. Esta acción humanitaria contó con el aporte de información de la Corporación Humanitaria Reencuentros, quienes facilitaron documentos y datos fundamentales sobre el lugar y las causas del fallecimiento para la identificación del joven desaparecido. Adicionalmente, el Colectivo Sociojurídico Orlando Fals Borda, el cual trabaja con víctimas de desapariciones forzadas, apoyó en la sistematización y caracterización del cementerio en Tumaco.

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“En esta entrega digna convergieron diferentes actores institucionales que pusieron a disposición de las familias toda su capacidad técnica para investigar e identificar de manera plena a este joven, que hoy en día ya fue entregado a su familia y su cuerpo dispuesto en su territorio”, afirmó Lilibet Zamora, funcionaria del equipo territorial de la UBPD en Pasto. La mujer agregó que “esto significa, no solamente para su familia, sino para el pueblo entero, una forma de sanear el territorio y reparar el dolor que ha significado la desaparición de este y de muchos jóvenes más en el sur de Colombia”.

El padre del joven encontrado dijo que cumplió un sueño. “Mi sueño era que el cuerpo de mi hijo llegará a la vereda Tallambí”. De la misma forma, para Lilibet Zamora, esta entrega digna les permitió concretar un trabajo articulado que crea puentes entre la investigación humanitaria y la investigación judicial “para aliviar el dolor de las familias, para responder a las familias que hace tanto vienen buscando a sus familiares en sus territorios”, dijo la funcionaria.

Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.

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