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Un nuevo ataque en contra de la Fuerza Pública se presentó en el municipio de Melgar (Tolima), en medio de la arremetida violenta que adelantan desde hace dos semanas los grupos ilegales en contra de policías y militares. El hecho, que ocurrió en la noche del martes 29 de abril en el sector de El Balso, dejó a cuatro policías y una mujer heridos.
Se trata del subintendente Michael Torres y los patrulleros Daniela Naranjo, Andrés Navarro y Jhoan Cortés. Sobre la civil que resultó herida, se desconoce su identidad.
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Según se sabe hasta el momento, los uniformados adelantaban labores de seguridad en zona rural de Melgar, cuando hombres armados aún no identificados abrieron fuego en su contra. Tras el ataque, los sujetos huyeron del lugar; unidades de la Policía Nacional y el Ejército desplegaron un operativo con apoyo aéreo para intentar ubicarlos.
Los cuatro policías y la mujer que resultaron heridos en sus brazos y piernas, fueron trasladados de inmediato al Hospital Luis Pasteur, de Melgar, donde recibieron atención médica urgente. Uno de los uniformados tuvo que ser remitido luego a un centro médico de mayor complejidad, por la gravedad de sus heridas; habría recibido un impacto de bala en su pecho.
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El alcalde de Melgar, Rodrigo Hernández, anunció una recompensa de $20 millones de pesos por información que permita identificar y capturar a los responsables del ataque. Por su parte, la gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz, ofreció hasta $50 millones de recompensa.
“Aquí no hay lugar para los bandidos: los perseguiremos, capturaremos y encerraremos. A nuestras Fuerzas Armadas, todo nuestro respeto y apoyo. Estamos con ustedes. Siempre”, señaló la gobernadora Matiz.
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Este ataque se da en medio de la difícil situación de seguridad que viven la Policía y las Fuerzas Militares, por cuenta del “plan pistola” que adelantan grupos al margen de la ley como el Clan del Golfo, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Farc.
En lo que va de 2025, han muerto 23 policías en el país, 14 de ellos en las últimas dos semanas, a manos del Clan del Golfo. Las autoridades están en alerta por la situación, han denunciado que ese grupo delincuencial ofrece pagos de hasta $3 millones por cada policía asesinado, la estrategia otrora utilizada por Pablo Escobar, líder del cartel de Medellín.
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El homicidio más reciente ocurrió en la tarde del 29 de abril, en el sector de Peñalisa, sobre la vía que comunica a los municipios de Bolombolo y Ciudad Bolívar (Antioquia). Hombres armados atacaron a una patrulla de la Policía de Tránsito y Transporte; en el hecho murió el patrullero Rubén Darío Velásquez Guevara y un subintendente resultó herido.
La Defensoría del Pueblo, la Procuraduría General de la Nación y organizaciones de derechos humanos también han manifestado su preocupación por esta situación. Gran parte de los policías han sido asesinados mientras estaban de descanso, como civiles y sin armamento, en hechos sicariales que, según abogados penalistas, infringen el Derecho Internacional Humanitario y se configuran en el delito de homicidio agravado.
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