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Un nuevo ataque con drones dirigido a la Fuerza Pública se registró en el departamento de Norte de Santander. Tres soldados murieron y ocho más resultaron heridos tras un hostigamiento perpetrado por el Ejército de Liberación Nacional (Eln) en el municipio de El Carmen. Los uniformados muertos fueron identificados como Jesús Alberto Sánchez Anaya, Jader Luis Calle Núñez y Héctor Miguel Ramos Olivera.
Según la información entregada desde la Fuerza de Tarea Vulcano, que hace parte de la Segunda División del Ejército y tiene jurisdicción en Norte de Santander, el hecho ocurrió el domingo 20 de julio, en medio de operaciones militares que adelantaban las tropas en El Carmen. Durante su despliegue fueron objeto del ataque por parte de la guerrilla del Eln.
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Los soldados Sánchez Anaya, Calle Núñez y Ramos Olivera murieron en el mismo lugar de los hechos. En cuanto a los ocho uniformados heridos, enfermeros de combate les prestaron de inmediato los primeros auxilios y luego fueron evacuados de la zona para recibir atención médica especializada en centros asistenciales de la región.
Desde el Ejército señalaron que este tipo de ataques “demuestra una vez más el constante uso indiscriminado de estas prácticas terroristas que violan los derechos humanos e infringen el DIH, las cuales ponen en grave riesgo a las poblaciones”.
Y agregaron: “Expresamos nuestras más profundas condolencias a las familias de nuestros soldados, quienes han sacrificado su vida en el cumplimiento del deber. Un equipo interdisciplinario del Ejército está brindando el apoyo necesario a sus familiares en este difícil momento”.
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El uso de drones es una práctica cada vez más adoptada por los grupos al margen de la ley, para atacar a uniformados en medio de operaciones o infraestructura de la Fuerza Pública. Hace menos de dos semanas, el 11 de julio, un ataque de este tipo ocurrió en el municipio de Santander de Quilichao (Cauca). Dos drones cargados con explosivos fueron accionados sobre una estación de Policía.
El primer ataque en contra de la estación de Policía, ubicada en pleno casco urbano de Santander de Quilichao, no afectó a civiles ni uniformados, pero sí dejó daños materiales en las construcciones cercanas. Pero la onda explosiva de la segunda detonación dejó a un uniformado herido y acabó con la vida de la patrullera Maryori Ramos, de 22 años.
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En el departamento de Norte de Santander también han sido recurrentes los ataques de este tipo en lo que va de 2025. Especialmente por la confrontación que hay desde el 16 de enero en la región del Catatumbo, entre el frente 33 de las disidencias de las Farc y el Frente de Guerra Oriental del Eln. Una guerra a sangre y fuego que ha producido, según autoridades y organizaciones de derechos humanos, una de las crisis humanitarias más graves de los últimos años en Colombia.
Según el último reporte del Puesto de Mando Unificado (PMU) de la Gobernación de Norte de Santander, emitido el 12 de junio, la confrontación entre estos actores armados en Catatumbo causó el desplazamiento de 68.347 personas y 135 más fueron asesinadas: 119 civiles, siete menores de edad, seis firmantes de paz y tres líderes sociales. Ocho soldados y cinco policías también murieron allí.
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