Antes del atentado contra el precandidato Miguel Uribe Turbay, ocurrido el pasado sábado 7 de junio en el occidente de Bogotá, la ciudad ya había registrado en los últimos días tres hechos graves en materia de seguridad, los cuales evidencian la crítica situación que enfrenta la capital del país respecto a células criminales dedicadas al sicariato. El primero de ellos ocurrió en la noche del 2 de junio en el barrio San Juan Bautista, en la localidad de Usme. La víctima, un hombre que se encontraba dentro de un vehículo particular, fue abordado por un sujeto armado quien, sin mediar palabra, se acercó al vehículo, disparó a quemarropa y huyó con rumbo desconocido.
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El segundo hecho ocurrió 48 horas después, el 4 de junio, en el barrio Hipódromo de Techo, en la localidad de Kennedy. Hombres armados que se movilizaban en una motocicleta dispararon contra un hombre que transitaba por el sector. Según la Policía, la víctima es Eduardo Alfonso Arévalo Triviño, de 52 años y comerciante de ropa del sector de San Victorino. El tercer caso se registró tan solo 24 horas después, pero en el norte de Bogotá. La Policía reportó que en un restaurante ubicado en el barrio Santa Bárbara Central, localidad de Usaquén, fue asesinado por sicarios el comerciante de esmeraldas Jaime Murcia Pinzón. En ninguno de los homicidios fue capturado algún presunto responsable.
La cifra récord de 2024
Al observar un periodo más amplio de casos de sicariato en Bogotá, el panorama es aún más preocupante. Cifras de la Secretaría de Seguridad de Bogotá indican que, en 2024, ocurrieron 714 homicidios con arma de fuego en la ciudad, unos 127 más que en 2023. Otra cifra que da luces sobre este complejo panorama fue revelada por la Veeduría Bogotá Cómo Vamos: “En 2022, Bogotá alcanzó la tasa de homicidios más baja en décadas, con 12,9 por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, esta ha venido en aumento desde entonces”, reportó la organización. Añadió que, en 2024, ocurrieron cerca de 1.200 homicidios, unos 110 más que en 2023, cifra que incluye muertes ocasionadas con armas cortopunzantes y elementos contundentes.
Durante 2024, los barrios más afectados por este fenómeno fueron: San Bernardo (localidad de Santa Fe): 23 asesinatos; El Paraíso (localidad de Ciudad Bolívar): 16 asesinatos; María Paz (localidad de Kennedy): 16 asesinatos. Los primeros meses de 2025 han mostrado una preocupante tendencia al alza en los casos de sicariato. Solo entre enero y febrero se registraron 87 homicidios por encargo, lo que sugiere que, de mantenerse este ritmo, el año podría superar las cifras récord de 2024. En este punto, es importante dejar un aspecto muy claro: hasta el momento, ni la Fiscalía ni la Policía han determinado si un grupo criminal organizado fue el responsable de ordenar el atentado contra la vida del precandidato Uribe Turbay.
Lo que sí tienen claro las autoridades es que en Bogotá operan al menos ocho estructuras ilegales de gran impacto: células del ELN y de las disidencias de las FARC, el Tren de Aragua, Los Satanás, Los Zetas, Los Camilos, el Clan del Golfo y las oficinas sicariales de los San Andresitos, principalmente la de la Calle 38. Esta última, según investigaciones policiales y fallos judiciales, ha sido utilizada por distintos grupos ilegales para ejecutar asesinatos de personas importantes, por los que se pagan sumas millonarias. Hace una semana, El Espectador informó que, aparentemente, desde esa misma oficina se ordenó el asesinato de Édgar Páez, presidente de Tigres FC, perpetrado el 23 de septiembre de 2023 en la localidad de Kennedy.
Desde 2020, Bogotá también ha sido el epicentro de una disputa que involucra a grandes capos del narcotráfico y que se ha librado a través de ataques sicariales. La cadena de asesinatos comenzó con el de Luis Caicedo Velandia, en julio de 2021. Luego siguieron: Claudio Silva Otálora, en noviembre de 2022; Francisco Caicedo Velandia, en febrero de 2023; y Édgar Páez, en septiembre del mismo año. A esta lista se sumó el atentado contra el abogado Ricardo Villarraga, en marzo de 2024. Los casos que más llamaron la atención de las autoridades recientemente fueron los asesinatos de los zares esmeralderos Pedro “Pechuga” y Hernando Sánchez, cometidos en Bogotá en agosto de 2024 y abril de 2025, respectivamente.
Lo que viene en el caso de Uribe Turbay
Las últimas dos administraciones, la de Iván Duque y la del presidente Gustavo Petro, pusieron sus ojos sobre estos hechos. Sin embargo, solo hasta el pasado 15 de mayo fueron capturados dos presuntos responsables del asesinato del dirigente deportivo Páez. En el resto de los casos, ha reinado la impunidad. Es decir, quienes han ejecutado estos sicariatos se siguen moviendo entre las calles de la capital del país. Por ahora, en el caso del senador Uribe Turbay, el presidente Gustavo Petro le pidió a la Fiscalía General y a la Policía que prioricen el caso para determinar quiénes fueron los responsables de contratar al menor para ejecutar el atentado contra el precandidato. Así las cosas, todo está en manos de las autoridades para determinar quiénes fueron los criminales que ordenaron el atentado contra el congresista del Centro Democrático y que tiene al país en vilo a un año de las elecciones presidenciales.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.