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La Policía capturó en las últimas horas a hombres señalados de liderar parte del mercado de narcotráfico en el norte del país, específicamente enlazando carteles internacionales con estructuras criminales como los denominados Pachenca, grupo criminal que delinque en Santa Marta y municipios aledaños.
Aunque ese grupo criminal opera en el norte de Colombia, las capturas se dieron en el norte de Bogotá de alias Ramón Acuña y El Paisa. Ambos señalados narcotraficantes son solicitados en extradición por la Corte Distrital de los Estados Unidos para el Distrito Este de Texas, luego de una extensa investigación de la DEA.
Los investigadores de la Dirección Antinarcóticos de la Policía Nacional le venían siguiendo la pista a estos dos narcotraficantes luego de realizar análisis criminológicos a una serie de incautaciones de cocaína desarrolladas en áreas marítimas de Colombia, República Dominicana y España.
El análisis permitió identificar patrones en los envíos tales como rutas, marcas, tipos de almacenaje y embalaje de la cocaína, así como las eventuales alianzas que se consolidaban con carteles internacionales en Estados Unidos y Europa. Los capturados enviaban los estupefacientes en lanchas tipo Go Fast (rápidas) o contaminando carga desde distintos puertos del caribe colombiano, especialmente en frutas.
Aunque los capturados se encontraban en Bogotá, la investigación evidenció que alias “Ramón Acuña” se desplazaba mensualmente a la costa Caribe para coordinar cargamentos con los grupos criminales conocidos como Los Pachencas y Los Palmar, en esas reuniones se determinaba la cantidad de dinero que se podría invertir en la compra y venta de cocaína.
A nivel internacional se pusieron en evidencia vínculos con organizaciones de crimen organizado de México, República Dominicana, Estados Unidos, España, Bélgica, Holanda, Alemania, Serbia, Albania y Senegal. Alias Ramón Acuña había logrado gestionar 3 documentos falsos de identificación para intentar burlar a las autoridades en sus desplazamientos, así como en la adquisición de propiedades lujosas y vehículos de alta gama en Bogotá, Armenia, Sevilla (Valle) y Chocontá (Cundinamarca).
Además, era considerado como un “narco invisible” toda vez que ocultaba sus acciones criminales mediante una fachada de empresario e inversionista, particularidad que le valió el posicionamiento entre los grupos criminales como un verdadero mercader de cocaína. El proceso investigativo en sus distintas etapas permitió la incautación de más de 5.600 kilogramos de cocaína, con lo cual se afectaron las finanzas criminales de las estructuras criminales mencionadas en el orden de los 200 millones de dólares.
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