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Una hora y media antes de que dos sicarios a bordo de un jet ski asesinaran al fiscal antimafia paraguayo Marcelo Pecci, su esposa anunciaba a través de su cuenta de Instagram que estaba embarazada, mientras posaba junto a él en una playa de la isla de Barú. Esta y otras fotos que se tomó la pareja en Cartagena habrían sido claves en los seguimientos que sus asesinos desplegaron para dar con su ubicación exacta el pasado martes 10 de mayo. Ese día se reportó su asesinato en la playa privada del hotel Decameron de la isla de Barú. Las fotografías de su proyecto de vida, además de haber llevado al sicario a su objetivo, son hoy usadas por las autoridades colombianas, el FBI y la DEA, para dar con los responsables del crimen que es noticia en todo el continente.
No es para menos: Pecci coordinaba investigaciones contra grupos criminales de alcance transnacional. Una fuente cercana al caso Pecci le contó a El Espectador parte de la información que han podido recolectar. Lo que hasta ahora se ha podido saber son detalles de cómo se movieron los sicarios en Barú, antes y después del asesinato, y un retrato hablado y una foto de uno de los posibles criminales. Según la esposa del fiscal, Claudia Aguilera, el hombre habría sido el que apretó el gatillo en tres ocasiones en contra de Pecci. De acuerdo con la información recolectada, los sicarios alquilaron la moto acuática por media hora y cancelaron $150.000 en un sitio que se encuentra a menos de 500 metros del hotel donde Pecci y su esposa disfrutaban de su luna de miel.