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El escándalo de chuzadas realizadas supuestamente por miembros del Ejército puso el foco sobre el presunto uso de costosas herramientas de inteligencia para la ejecución de estas interceptaciones ilegales a políticos, periodistas y personas con idea contrarias al gobierno. Entre esas herramientas dispuestas para este presunto ilícito está Hombre Invisible.
Esta herramienta digital le costó un poco menos de $3.000 millones al Ejército y entre sus muchas funciones tiene la posibilidad de infectar de malware a sus objetivos, sin que este se de cuenta, para así sustraer información confidencial de sus equipos. De igual manera, el costoso software de inteligencia tiene como característica esencial que los programas maliciosos creados para infectar pueden pasar desapercibidos en casi el 90% de los antivirus y, según la contratación, tienen formas de mantenerse en el equipo a pesar de los intentos por eliminarlos.