Este mates, delegados del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) entregaron alimentos a 350 personas desplazadas de dos veredas del municipio de Vigía del Fuerte, en el departamento de Chocó, cerca del límite con Antioquia.
Esta ayuda humanitaria fue distribuida en la comunidad que acogió a los habitantes de Bocas de Luisa y Vegaez, que huyeron de bombardeos y enfrentamientos armados.
Las difíciles condiciones de seguridad y el paro armado generaron un desabastecimiento de comida que afectó tanto a la población desplazada como a las comunidades que las acogieron. Por lo que el CICR ingresó a la zona para apoyar a las comunidades afectadas por el conflicto.
"La población se desplazó una corta distancia, pero existen restricciones de movilidad para volver a las fincas, recoger cultivos y asistir a la escuela", dijo Jean-François Campagna, jefe de la oficina del CICR en Quibdó. "Estas personas también temen moverse en la zona por la presencia de restos explosivos que hayan podido quedar en el suelo tras los combates".
Agregó que se perciben signos de nerviosismo y trauma psicológico en la población desplazada y la comunidad que la ha recibido. Por otro lado, se han registrado casos de niños afectados de enfermedades en la piel y deshidratación.
El organismo manifestó que seguirá insistiendo para que todas las partes en el conflicto armado respeten a la población civil, así como a sus bienes, tal como lo estipula el derecho internacional humanitario.
Por El Espectador
