La Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín compulsó copias ante la Fiscalía General para que se investigue por acción u omisión las conductas del Brigadier General (r) Eduardo Herrera Berbel en los hechos que rodearon la masacre de Campamento (Antioquia) entre el 15 y el 27 de noviembre de 2000.
Además se pidió investigar la conducta del coronel Fernando López Cifuentes, un sargento de apellido Castillo y los capitanes Chaparro y Julián Parra, adscritos al Batallón Atanasio Girardot por presuntamente tener conocimiento sobre la incursión de paramilitares a la región.
En la petición se solicita establecer si los oficiales están incursos en alguna conducta punible. En la petición se hace mención a una serie de declaraciones rendidas ante las autoridades judiciales por parte de los pobladores del municipio de Corregimiento.
La mayoría de testimonios coincidieron en asegurar que el día de la incursión dieron aviso al sargento Castillo -cuyo nombre completo se desconoce- sobre la presencia de hombres armados en las calles del municipio. El inspector de la Policía del municipio en su momento hizo una llamada para dar a conocimiento de los hechos.
La tesorera del municipio también le dio aviso a las autoridades frente a la presencia de hombres que portaban uniformes camuflado y un brazalete con las letras AUC. “En cuestión de 5 a 10 minutos comenzó una balacera y se veían correr a personas por las distintas calles del casco urbano”. La respuesta del militar que le recibió la comunicación fue que iban a ver qué estaba pasando.
Pese a las constantes llamadas al Batallón la tesorera no recibió ninguna respuesta clara por parte de los uniformados. Lo único que le decían era que iban a verificar la situación y que la iban a llamar a la Tesorería, lo cual nunca ocurrió pese a que era evidente que se trataba de una incursión paramilitar en el municipio.
“El día 27 de noviembre de 2000 llamé nuevamente al Batallón Girardot y le manifesté… -tenemos llamada del 15, del 25 y del 27-… que cuántos muertos teníamos que poner para que pudieran entrar las tropas de ellos, a lo cual me manifestó que no me sulfurara y el día 28 de noviembre de 2000 entraron las tropas cuando ya se habían ido los paramilitares y estuvieron en el municipio aproximadamente por 15 días”, cita el fallo.
Además se tuvo en cuenta la declaración de un soldado profesional que le informó al capitán Chaparro sobre la “presencia de las autodefensas en el casco urbano” en el municipio de Campamento. “Yo le dije que por medio de una llamada yo me entere que estaban en el municipio de Campamento las Autodefensas, él me dijo: otra vez las Autodefensas allá”, resalta la extensa decisión.
Por Redacción Judicial
