Con manipulación de la escena del crimen se buscó que caso grafitero quedará impune
La Procuraduría indicó que los uniformados buscaron criminalizar al joven de 16 años con el fin de limpiar la imagen de la Policía Metropolitana.
El Espectador
El representante de la Procuraduría General le solicitó a la juez 64 de garantías que avale la solicitud de cobijar con medida de aseguramiento a los coroneles los coroneles Nelson de Jesús Arévalo Rodríguez y José Javier Vivas Báez procesados por su presunta participación en la manipulación y alteración de la escena del crimen en el caso de joven grafitero Diego Felipe Becerra.
En su intervención el delegado del Ministerio Público consideró que durante la solicitud la Fiscalía presentó elementos materiales suficientes para inferir que los oficiales representan una obstrucción a la administración de justicia puesto que por todos los medios se buscó alterar la verdad sobre los hechos registrados el 19 de agosto de 2011.
Ante esto indicó que con el fin de proteger el buen nombre de la Policía como Institución se atentó contra la honra de un joven de 16 años que murió de "manera injusta" en hechos que son materia de investigación en la actualidad.
Para el procurador del caso los uniformados, quien fungían como subdirector de la Policía Metropolitana y excomandante de la estación de Suba, "actuaron con un dolo claro" ya que sus actos fueron "preparados, planificados, se presentó una premeditación" en la manipulación de los hechos.
En este sentido indicó que los coroneles incurrieron en una actuación dolosa puesto que con toda la calma y serenidad llegaron a la escena del crimen y asumieron el control total, al punto que dieron ordenes para que se consiguiera un arma de fuego y fuera ubicada de manera predeterminada.
Con esto, según el Procurador, se buscó por todos los medios crear una escena criminal con el fin de justificar el accionar del patrullero Wilmer Antonio Alarcón, quien le disparó por la espalda al joven de 16 años
"¿Qué hacer con este homicidio? Se preguntaron los uniformados quienes convirtieron este acto individual de un policía en una acción delictiva para hacer parecer a un joven como delincuente y limpiar una posible mancha sobre una Institución", señaló.
"Esta escena de un hecho de homicidio que fue alterada. Hoy día estamos grado de convicción a la ocurrencia de la alteración de la escena", indicó el representante de la Procuraduría para indicar que será en el juicio que se demostrará la participación de los dos oficiales.
Igualmente manifestó que se debe tener en cuenta los testimonios de un grupo de policías que participaron en el hecho, y que actualmente son procesados, que revelan las constantes irregularidades que se presentaron en el lugar de los hechos.
"La idea criminal buscaba desprestigiar a la administración de justicia que se buscaba con una falsificación era que la administración de justicia llegará a una impunidad", precisó en su extensa intervención.
El representante de la Procuraduría General le solicitó a la juez 64 de garantías que avale la solicitud de cobijar con medida de aseguramiento a los coroneles los coroneles Nelson de Jesús Arévalo Rodríguez y José Javier Vivas Báez procesados por su presunta participación en la manipulación y alteración de la escena del crimen en el caso de joven grafitero Diego Felipe Becerra.
En su intervención el delegado del Ministerio Público consideró que durante la solicitud la Fiscalía presentó elementos materiales suficientes para inferir que los oficiales representan una obstrucción a la administración de justicia puesto que por todos los medios se buscó alterar la verdad sobre los hechos registrados el 19 de agosto de 2011.
Ante esto indicó que con el fin de proteger el buen nombre de la Policía como Institución se atentó contra la honra de un joven de 16 años que murió de "manera injusta" en hechos que son materia de investigación en la actualidad.
Para el procurador del caso los uniformados, quien fungían como subdirector de la Policía Metropolitana y excomandante de la estación de Suba, "actuaron con un dolo claro" ya que sus actos fueron "preparados, planificados, se presentó una premeditación" en la manipulación de los hechos.
En este sentido indicó que los coroneles incurrieron en una actuación dolosa puesto que con toda la calma y serenidad llegaron a la escena del crimen y asumieron el control total, al punto que dieron ordenes para que se consiguiera un arma de fuego y fuera ubicada de manera predeterminada.
Con esto, según el Procurador, se buscó por todos los medios crear una escena criminal con el fin de justificar el accionar del patrullero Wilmer Antonio Alarcón, quien le disparó por la espalda al joven de 16 años
"¿Qué hacer con este homicidio? Se preguntaron los uniformados quienes convirtieron este acto individual de un policía en una acción delictiva para hacer parecer a un joven como delincuente y limpiar una posible mancha sobre una Institución", señaló.
"Esta escena de un hecho de homicidio que fue alterada. Hoy día estamos grado de convicción a la ocurrencia de la alteración de la escena", indicó el representante de la Procuraduría para indicar que será en el juicio que se demostrará la participación de los dos oficiales.
Igualmente manifestó que se debe tener en cuenta los testimonios de un grupo de policías que participaron en el hecho, y que actualmente son procesados, que revelan las constantes irregularidades que se presentaron en el lugar de los hechos.
"La idea criminal buscaba desprestigiar a la administración de justicia que se buscaba con una falsificación era que la administración de justicia llegará a una impunidad", precisó en su extensa intervención.