La Sala Penal del Tribunal Superior de Bucaramanga condenó a 52 años de cárcel a Óscar Camargo Ríos, más conocido como “Pichi” o el Pablo Escobar de Bucaramanga. La sentencia se conoció esta semana, luego de que, en primera instancia, un juez de la capital de Santander lo absolviera, supuestamente por falta de pruebas.
Según las autoridades, se trata del líder de la banda “Los de San Rafa” y uno de los capos más peligrosos de Bucaramanga y Santander, por lo que era conocido en el bajo mundo como el Pablo Escobar de la zona. La investigación en su contra logró determinar que participó en una decena de hechos, por lo que fue condenado por los delitos concierto para delinquir, homicidio, desaparición forzada y tráfico, fabricación o porte de estupefacientes y de armas de fuego.
Las estimaciones de las autoridades es que manejaba operaciones criminales que generaban ganancias estimadas en $14.000 millones anuales, siendo el principal líder del microtráfico en la región. Además, ha sido señalado como uno de los principales responsables de las disputas violentas por el control del microtráfico en Bucaramanga, donde mantiene una rivalidad con alias Poporro, líder de la banda “Los del Sur’”.
Uno de los testigos en su contra le contó a las autoridades que “estaba activo desde las 6:00 de la mañana, enviando mensajes como: ‘Ponga los campaneros cauchos’, ‘ponga los taquilleros’, ‘ponga tal casa’, ‘gente caucha’, ‘pilas, mire’. Siempre estaba en contacto, supervisando todo: cuántas libras de marihuana salían; cuántos paquetes; cuántas dosis de bazuco. Estaba conectado permanentemente con la organización, desde temprano hasta las 11:30 de la noche, cuando recibía el último dinero de los taquilleros”.
La sentencia en su contra recogió otros testimonios que detallaron que la organización liderada por Pichi “estaba integrada por entre 300 y 400 miembros y tenía control sobre múltiples barrios del norte de Bucaramanga, como: San Rafael, El Bosque, La Esperanza, Transición, Quinta con 19, Quinta con 22, Las Torres, Las Pilas y Villa Rosa, entre otros”. Además de recoger estas pistas sobre el poderío criminal, el Tribunal también detalló los homicidios por los que fue condenado.
En total, las víctimas fueron cuatro: Jeison Fabián Callejas Flórez, alias de “Peroles”; Marlon Yesid Rugeles Martínez; Sergio Silva Sánchez, alias “El Alemán”; y el Jefferson Eduardo Delgado Rincón, alias “Máscara”. Sobre este último, la sentencia de la Sala Penal señaló que alias Pichi no solo ordenó su asesinato, sino que participó de su ejecución. La víctima era uno de los líderes de la organización criminal que, supuestamente, estaba colaborando con las autoridades.
Alias Máscara fue engañado para que asistiera a una reunión falsa donde finalmente fue torturado y asesinado. Según el Tribunal Superior de Bucaramanga, su cuerpo fue enterrado en una casa en el barrio Cinal, al norte de la ciudad, sobre una capa de cemento que ordenó aplicar el propio alias Pichi. Con los datos de un informante de las autoridades, alias Máscara fue encontrado tiempo después.
Además de cumplir una pena de 52 años de cárcel, la justicia condenó a alias Pichi a pagar una multa de más de $6.000 millones de y no podrá pagar su sentencia en prisión domiciliaria donde, de hecho, ya se había fugado de las autoridades.
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