La Sección Tercera del Consejo de Estado condenó al Distrito de Bogotá al pago de una indemnización a una menor de edad que fue atacada en julio de 1996 por un oso en el marco de un espectáculo circense, cerca al Coliseo El Campín en la capital de la República.
En el debate jurídico se determinó que tras el ataque la menor sufrió lesiones en su cráneo y rostro, así como funcionales y psicológicas. Para la Sala los organizadores no cumplían con los requisitos exigidos para este tipo de espectáculos.
“De acuerdo con la normativa vigente para la época de los hechos, correspondía a la Dirección de Rifas, Juegos y Espectáculos de la Secretaría de Gobierno de la Alcaldía Mayor, otorgar permiso escrito a los solicitantes que hubieren satisfecho los requisitos exigidos para el efecto, teniendo facultades para rechazar las solicitudes de permiso, y revocar los permisos otorgados cuando se tratara de presentaciones riesgosas para los asistentes”, precisa uno de los apartes.
El tribunal de lo contencioso administrativo le recordó al Distrital que tenía el deber de verificar el cumplimiento de los requisitos exigidos para la presentación del espectáculo, lo cual no ocurrió, según las pruebas valoradas en la acción judicial presentada por los padres de la afectada.
Ante esto se indica que pese el Distrito no constató ni tomó medidas preventivas frente al uso de los animales fieros. Incluso, después del ataque no se hizo nada “pues se tiene noticia de que el espectáculo siguió presentándose 23 días más, gracias a la pasiva complicidad de la autoridad competente”.