La Corte Constitucional protegió los derechos del ancestral pueblo motilón-barí, una de las comunicades indígenas más representativas del Norte de Santander y que cuenta con alrededor de 6.000 personas, según la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC). La alta corte ordenó que se haga un correcto proceso de consulta previa sobre un proyecto de acueducto que afecta sus ríos ancestrales y que solo favorece a dos corregimientos de Convención (Norte de Santander).
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La historia de este caso empieza en 2019, cuando el OCAD Paz aprobó un proyecto para mejorar el sistema de acuerdo y alcantarillado de dos corregimientos de Convención. Este órgano financia proyectos con dineros de la implementación del Acuerdo de Paz, pero, unas por otras, desconoció los derechos del pueblo motilón-barí al conocer y concertar grupalmente el proyecto, al punto que terminó afectando su seguridad alimentaria y cultural.
“Entre las obras que se realizaron se incluyó una planta de tratamiento de aguas residuales que generaba un impacto directo en la vida e integridad del pueblo Motilón Barí quienes, como colectivo, dependen de la quebrada Honduras y del Río de Oro para la pesca, la garantía de su seguridad alimentaria y la realización de actividades comunitarias”, explicó la Corte Constitucional.
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La Corte Constitucional evidenció que el Ministerio del Interior omitió su deber de adelantar estudios para constatar los impactos que esta obra causa contra el pueblo y, de esa manera, hacer el trámite consultivo a la comunidad. Tal fue la vulneración de los derechos, que el Ministerio, incluso, certificó la no presencia de comunidades étnicas en el área de influencia directa del proyecto.
Así las cosas, la Corte Constitucional le ordenó al Ministerio del Interior realizar de inmediato un proceso de consulta eficaz y la realización de estudios que verifiquen los impactos que la construcción de la planta pudo tener sobre los derechos del pueblo motilón-barí. En dado caso de que se evidencien daños a la comunidad, las autoridades deberán restaurarlos.
Según la ONIC, el pueblo motilón-barí necesita de sus fuentes hídricas ancestrales y, por ello, es de urgencia el cumplimiento de las nuevas medidas. “Practican la horticultura de tala y quema, la pesca y la cacería. Creen en un ser supremo, lo invocan en las enfermedades, cuando van a la pesca, en la cacería y en las cosechas”, explica la organización indígena.
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