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En el despacho del magistrado José Fernando Reyes Cuartas reposa la acción de tutela que presentó el abogado Luis Gómez Maldonado en la que solicita al Ministerio de Ambiente, entre otras entidades, que se suspenda el uso de la molécula Clorpirifós en diferentes cultivos agrícolas del país. El pedido se basa en que está comprobado científicamente que causa efectos neurológicos negativos en menores de edad.
“Celebramos la escogencia de este asunto debido a que el Clorpirifós es la segunda molécula responsable de la muerte masiva de abejas y polinizadores, además de estar causando graves daños neurológicos en niños y niñas, especialmente de cero a dos años, teniendo como consecuencia un coeficiente intelectual reducido, pérdida de memoria y trastornos por déficit de atención”, dijo el abogado.
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La Corte, en este caso, le dio el espaldarazo a Gómez luego de que su tutela hubiese perdido la batalla en primera y segunda instancia. El documento expone que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, en 2016, reveló que todos los alimentos expuestos al Clorpirifós exceden los niveles de seguridad, siendo los niños de 1 a 2 años los más vulnerables por lo que las autoridades tomaron medidas y dieron un plazo para erradicar el químico debido a que existen estudios que confirman que la molécula puede dañar el cerebro infantil en desarrollo.
Por otro lado, desde la Comisión Europea decidieron no renovar la licencia que facultaba a algunas instituciones el uso del químico. Hallaron en estudios de laboratorio el posible deterioro de salud neurológica en los niños. Lo que dice la tutela es que en Colombia, según registros del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), existen veintinueve productos autorizados que contiene la molécula en su formulación. El documento revela que los Productos Químicos de Unos Agropecuario (PQUA´s) se encuentran autorizados para ser usados en los cultivos de: Banano, arroz, algodón, sorgo, maíz, papa, café, frutales, hortalizas, cacao, yuca, naranja, papaya, plátano, pastos, limón, lima, tangelo, toronja, habichuela y tomate.
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De acuerdo con el abogado, la molécula también llega en otros alimentos que diariamente hacen parte de la mesa de los colombianos y con los cuales son alimentados los niños. A juicio de Gómez, con el uso del químico se estarían exponiendo alrededor de cuatro millones de niños entre los 0 y 5 años, según cifras reveladas por el censo poblacional realizado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE).
“Desde el punto de vista subjetivo resulta urgente proteger los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes, su interés superior, pues la exposición a la molécula no puede ser dilatado en detrimento de generaciones de colombianos que de acuerdo a la evidencia científica, aplicada por las autoridades ambientales Americanas y Europeas, causan daño cerebral infantil en desarrollo, teniendo como efecto un coeficiente intelectual reducido, pérdida de la memoria y trastornos por déficit de atención, lo cual supone una condena anticipada para el desarrollo de su proyecto de vida”, explicó el abogado.
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Los argumentos de Gómez serán analizados por el magistrado Reyes de quien no se descarta solicite conceptos a entidades ambientales y expertos en medicina con el fin de identificar si, en efecto, se debe erradicar el uso de dicho insecticida.