La Sala de Primera Instancia de la Corte Suprema de Justicia condenó a los exmagistrados del Tribunal de Villavicencio, Fausto Rubén Díaz Rodríguez, Alcibíades Vargas Bautista y Joel Darío Trejos Londoño. El caso es por decisiones que tomaron en al menos cuatro casos en los que dilataron los procesos y otorgaron beneficios a algunas personas privadas de la libertad con determinaciones contrarias a la ley.
En el caso del exmagistrado Díaz Rodríguez, la condena es por el delito de prevaricato por acción agravado, por el que tiene que purgar 10 años y seis meses de prisión. En cuanto a los exmagistrados Vargas Bautista y Trejos Londoño, las condenas son de 10 años de cárcel por el delito de cohecho propio.
Asimismo, a Díaz se le condenó a pagar una multa de 435 y a los otros dos togados de 306 salarios mínimos legales. Los tres fueron inhabilitados indefinidamente para el ejercicio de derechos y funciones públicas. Aun así, se les concedió la casa por cárcel, para que paguen las condenas desde sus domicilios.
Dentro del caso, la Corte encontró que hay por los menos cuatro procesos en los que los exmagistrados habrían incurrido en delitos favoreciendo a personas como Hernán Darío Giraldo, alias Cesarín, jefe una red criminal en Medellín (Antioquia). En este caso, se le concedió la prisión domiciliaria sin tener derecho a ella.
En otro caso, el alto tribunal encontró que los togados lo habrían dilatado al punto de que se vencieran los términos y tuvieran que concederle la libertad a un recluso. La condena resalta, en cuanto al exmagistrado Trejos, que sus acciones pusieron “en entredicho el principio de legalidad y la transparencia de la administración de justicia, elementos que conocía por su amplia experiencia laboral porque previo a ser nombrado como magistrado ejerció de juez, lo cual le permitió adquirir experiencia en el manejo de acciones de tutela y procesos penales”.
Asimismo, el documento determina que “la comisión de los delitos de prevaricato por acción y cohecho propio denotan la gravedad en su comportamiento, dadas las expectativas sociales en el desempeño de la función ya que su comportamiento puso en duda la integridad y moralidad con la que se debe ejercer la judicatura”.
Para la Corte Suprema, los delitos de los exmagistrados son más graves, por conocer de primera mano la ley. Sobre Díaz Rodríguez dijeron que fue ponente en uno de los procesos amañados, lo que “le permitió conocer de primera mano la actuación procesal, sumado a que favoreció a dos condenados, protegiendo sus intereses mezquinos, beneficiándolos en la apelación de la revocatoria de la prisión domiciliaria y en el fallo de tutela, pasando por alto el acervo probatorio y requisitos elementales como los principios de limitación en la alzada y el de subsidiariedad”.
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