Este domingo, en el portal periodístico Los Danieles, el periodista Daniel Coronell tituló su más reciente columna como “Pulgarcito”. Era una referencia al senador Eduardo Pulgar, del Partido de la U, quien estaría inmerso en un posible caso de corrupción. En la grabación difundida por el periodista, se escucha a Pulgar intentando sobornar a un juez para, al parecer, obtener un fallo en favor de uno de sus aliados en Barranquilla, Luis Fernando Acosta. Y esa prueba, que dejó en evidencia al senador, fue suficiente para que la Corte Suprema de Justicia y la Procuraduría tomaran cartas en el asunto.
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Esta mañana, la Corte anunció que su Sala Especial de Instrucción asignó a un magistrado que evaluará la denuncia para determinar si se abre una investigación formal contra el senador. Por su parte, el Ministerio Público abrió una indagatoria preliminar en contra del senador. En las grabaciones reveladas por Coronell, Pulgar le dice al juez Andrés Rodríguez Cáez: “Quiero apelar a la buena relación que ustedes tienen pa ver si me pueden ayudar, hermano. Esa universidad me pone unos votos muy importantes y adicionalmente… Aquí hay un negocio… Ustedes me dicen… y yo voy y digo: pa’ esta jugada vale tanto y vamos pa’lante. Así de sencillo” y acto seguido le ofrece $200 mil.
La universidad a la que se refiere Pulgar en la grabación es nada más y nada menos que la Universidad Metropolitana de Barranquilla (Unimetro). Detrás de la institución está Luis Fernando Acosta Osío, quien, además, desde hace tres años está en la puja para hacerse a la Fundación Acosta Bendeck y el Hospital Universitario Metropolitano en Barranquilla en una disputa legal por la millonaria herencia de su tío, el senador Gabriel Acosta Bendek. Es por Luis Fernando Acosta por quien Pulgar, presuntamente, se decidió a hacerle el ofrecimiento al juez Andrés Rodríguez.
De aquella fecha data el supuesto soborno al juez Rodríguez, un abogado huilense llegó provisionalmente como juez primero promiscuo municipal de Usiacurí en Atlántico. De acuerdo con Coronell, en 2017, cuando el caso de la herencia de los Acosta Bendeck se trasladó a los estrados judiciales, Rodríguez trabajaba como juez promiscuo de Usiacurí (a una hora de Barranquilla), a donde recibió una invitación del alcalde de ese municipio, Ronald Padilla, para verse con el senador Pulgar. Él aceptó, pero, dudoso de la naturaleza de la invitación, se llevó una grabadora oculta.
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De acuerdo con la Procuraduría, el proceso en contra de Pulgar se abrió “con la finalidad de verificar la ocurrencia los hechos, determinar si son constitutivos de falta disciplinaria y establecer si se ha actuado al amparo de una causal de exclusión de responsabilidad”. Para comprobar el hecho, la Procuraduría pidió información del juzgado que confirmaría la existencia de un proceso judicial en contra de Acosta. No obstante, Pulgar no es el único bajo la lupa. El Ministerio Público llamó a dar su declaración al alcalde Padilla.
En la grabación se puede escuchar que el senador le dice al juez y al alcalde: “Esto tiene que quedar entre nosotros tres porque los manes están preocupados. Es más, los manes me dicen: si hay que ir hasta allá, yo voy; pero lo ideal es que no vayan a decir nada”. Rodríguez, quien ya no es juez debido a que su nombramiento era provisional, le relató el caso a un fiscal de turno. En el audio, la respuesta del abogado fue contundente: “Senador, yo en principio acepté la reunión esta mañana aquí pues por intermedio del alcalde Ronald, pero yo soy un hombre muy serio. Usted me está hablando de negocios, yo para eso sí no”.
Si el proceso avanza, el senador podría enfrentar cargos por cohecho por dar u ofrecer que, de acuerdo con la ley colombiana, podría llevarlo a una pena de entre cuatro a ocho años de prisión en caso de ser hallado culpable y a una multa que oscila entre los cincuenta y cien salarios mínimos vigentes. Asimismo, una nueva grabación fue revelada por Coronell. En está ocasión, quienes hablan con el juez Rodríguez son el propio Acosta y David Name. Acosta le asegura al juez que “esto comenzó como una pelea, no de familia, porque los Jaller no son familia”.
Acosta se refiere a Carlos Jeller, quien fue rector de la Universidad Metropolitana de Barranquilla y cuya familia también tiene control en el Hospital Universitario Metropolitano en Barranquilla. La historia data de 1973, cuando Gabriel Acosta Bendek y su esposa, Sofía Acero de Acosta, crearon la Fundación Acosta Bendeck, de la que eran presidente y vicepresidenta vitalicios. De está fundación se creó la Universidad y el Hospital Metropolitano. Manejar las tres instituciones era simple para la pareja: mantenían control y presencia eligiendo por si mismos a los directivos. Ivonne Bendeck es la hija única del matrimonio y quien a la muerte de sus padres ocupó el puesto de vicepresidenta de la fundación.
Entre las medidas, Ivonne Acosta se dedicó a reestructurar las directivas de las tres instituciones. Comenzó por nombrar en septiembre de 2014, a su primo Luis Fernando Acosta Osío como uno de los dos nuevos representantes en el consejo directivo de Unimetro y así, sus familiares empezaron a ocupar los cargos más importantes de las instituciones sin siospechar que la desición desencadenaría en una disputa familiar por apoderarse de las entidades.
La reunión entre David Name y Luis Fernando Acosta en el último audio revelado tenía como propósito replicar el soborno hecho al magistrado Jorge Mola, quien habría recibido dinero a cambio de torcer fallos judiciales a favor de Acosta Osio. Sin embargo, en la grabación quedó evidenciada la intención de Rodríguez de dejar el pleito jurídico en los estrados: “Por eso yo le digo que es el día de la audiencia, en el que se deben refutar todas las hipótesis que quieran refutar, pero es ahí”. Por su parte Name responde que “la manito sirve”. En entrevista con W radio, el político aseguró que esa no era su voz y que, si bien conocía a al abogado, nunca hablaron del caso que enfrenta Acosta por la Universidad Metropolitana de Barranquilla.