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Las imprecisiones del presidente Petro sobre el Palacio de Justicia que indignaron a las víctimas

En un mensaje de X, el jefe de Estado señaló que el magistrado Manuel Gaona salió vivo del Palacio de Justicia en noviembre de 1985. Sin embargo, testimonios y evidencias judiciales son prueba de que, en realidad, Gaona fue asesinado por guerrilleros del M-19 en uno de los baños del edificio. Víctimas sostienen que es “lamentable” que el jefe de Estado use la memoria como causa política.

Redacción Judicial

01 de noviembre de 2025 - 08:23 p. m.
El magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Manuel Gaona, y el magistrado auxiliar del Consejo de Estado, Carlos Horacio Urán, fueron dos de las decenas de víctimas del holocausto del Palacio de Justicia.
Foto: Archivo Particular
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El próximo 6 y 7 de noviembre se cumplen 40 años de la toma y retoma del Palacio de Justicia, un hecho demencial que partió en dos la historia de la guerra en Colombia. A las 11:30 de la mañana del primer día, un comando del M-19 entró a la edificación disparando a cualquiera que mostrara resistencia y fue en búsqueda de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia que estudiaban en ese momento si el tratado de extradición era constitucional.

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La respuesta del Ejército fue desmedida y, luego de usar tanquetas, helicópteros y una operación que no tuvo en cuenta que adentro del Palacio había rehenes civiles, arrasaron con todo el edificio. Una retoma en la que hubo desapariciones forzadas, torturas, tratos crueles y degradantes y ejecuciones extrajudiciales por parte de la fuerza pública.

Ad portas de una semana de conmemoraciones, el presidente Gustavo Petro publicó un mensaje en su cuenta de X que, además de contener imprecisiones graves, ya fue calificado por las víctimas como “absolutamente lamentable”. Lo que sostiene el jefe de Estado es que los magistrados Manuel Gaona y Carlos Horacio Urán, quienes murieron durante el holocausto, salieron con vida.

Sobre el primero, las investigaciones judiciales y de organizaciones de derechos humanos no han encontrado ninguna evidencia sustancial para respaldar la tesis del presidente Petro. Aunque el hermano del magistrado aseguró que un periodista le dijo el 6 de noviembre de 1985 que había visto salir al abogado herido del Palacio, en varios expedientes judiciales hay pruebas suficientes para concluir que Gaona fue asesinado por guerrilleros del M-19 que lo retuvieron en uno de los baños del edificio.

Según la Comisión de la Verdad Sobre los Hechos del Palacio de Justicia, publicado en 2010, cuando la guerrilla se tomó a la fuerza el Palacio, el magistrado Gaona estaba con sus colegas de la Sala Constitucional de la Corte Suprema discutiendo su ponencia sobre la constitucionalidad del tratado de extradición. Luego de asesinar a los porteros y algunas escoltas que estaban en el parqueadero, el comando guerrillero buscó a Gaona con nombre propio.

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Víctimas del holocausto del Palacio de Justicia, en el centro de Bogotá, en uno de los aniversarios de la toma y retoma.
Foto: DANIEL IANNINI

“Magistrado Manuel Gaona Cruz, salga usted!”, escucharon varios testigos que le contaron detalles a la justicia. Mauricio Gaona, hijo del magistrado, recopiló toda la información oficial de la muerte de su padre y, en un portal web que publicó hace unas semanas, explicó que los guerrilleros tomaron como rehén a su padre, entre otras cosas, porque sabían que él era el ponente de la ponencia que buscaba que la extradición fuera una realidad en Colombia.

Sin embargo, Gaona logró escapar del grupo de rehenes que había sido recluido en el baño del cuarto piso hacia la medianoche del 6 de noviembre, tras el incendio en la Biblioteca de la Corte Suprema de Justicia que consumió el cuarto piso y de una operación desmedida del Ejército.

Cuando estaba llegando al segundo piso, el magistrado Gaona fue aprehendido por guerrilleros del M-19 y fue llevado al baño que estaba ubicado entre el segundo y tercer piso, bajo la custodia del jefe del grupo armado, Andrés Almarales. En ese lugar, los civiles soportaron los momentos más críticos de la retoma: el incendio del cuarto piso, el roquetazo contra el edificio y el cruce de balas entre la guerrilla y el Ejército.

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Quienes sobrevivieron le contaron a la justicia que Gaona siempre pidió por la liberación de los rehenes. Incluso, al jefe guerrillero Almarales le imploró por su vida, pues tenía hijos muy pequeños que sacar adelante. Una de las sobrevivientes, Amanda Leal de Gallego, contó que “Almarales se volvió como una fiera” y ordenó redistribuir a los rehenes en orden de importancia: los magistrados en un grupo, en la primera fila, y los demás funcionarios del Palacio de Justicia en el otro.

Segundos después del roquetazo conta el edificio. Al tiempo, un tanque trataba de entrar por la puerta principal.

El magistrado Nemesio Camacho Rodríguez, otro sobreviviente, explicó así la escena: “Almarales llamó a los magistrados y a los consejeros de Estado y nos hizo sentar en la primera línea y colocó al frente un práctico pelotón de fusilamiento”. El jefe guerrillero, con su revólver apuntando al magistrado Gaona, le ordenó que saliera del baño y gritara al Ejército que, si no cesa el fuego, los van a sacrificar uno a uno. Según un testigo, el líder guerrillero le advirtió al magistrado Gaona: “Ustedes son nuestra última carta, porque para que caigamos nosotros primero deben caer ustedes”.

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Cumpliendo la orden, Gaona gritó: “¡Por favor no disparen, somos magistrados de la Corte, somos civiles, somos rehenes, aquí hay secretarias, conductores y empleados de la Corte. Por favor no disparen, yo tengo una niña, por favor no disparen porque nos van a matar!“. Según otro sobreviviente, el magistrado alcanzó “a cruzar el marco de la puerta de la salida del hall del baño en dirección a la puerta del cuarto de aseo”.

Al percatarse de la intensidad del fuego cruzado y de la intención de los guerrilleros de usarlos como escudos humanos, Manuel Gaona se detuvo y les dijo a los guerrilleros: “Esto no puede ser. Nosotros no vamos a ser carne de cañón, nos van a sacar al fuego cruzado. Esto no puede ser porque de todos modos nos van a matar. Ustedes van a cometer un asesinato”.

Un incendio provocó la pérdida total de la biblioteca del Palacio de Justicia y varias víctimas quedaron calcinadas en la conflagración.
Foto: aRCHIVO

Según los testigos, Almarales le contestó: “Nosotros no los vamos a matar, sino el Ejército. Necesitamos sus cadáveres para arrojarlos para que cese el fuego, ¡siga caminando, salga!“. Mauricio Gaona, hijo del magistrado, escribió en su portal: ”Con su último aliento, con aplomo y en voz pausada, el magistrado Manuel Gaona le contestó al líder guerrillero: ”No. Nosotros no vamos a salir así. Yo no me muevo de aquí“. Según la Comisión de la Verdad, y contrario a lo que escribió el presidente Petro, la respuesta de Almarales fue dar la orden de ejecutarlos: “¡Acaben con estos hijueputas!“. Según la necropsia de Manuel Gaona, el magistrado recibió tres impactos de bala y murió en ese mismo lugar.

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Almarales y otros guerrilleros no dejaron salir a los civiles

Otra de las declaraciones falsas del presidente Petro es que, según su mensaje en X, el jefe guerrillero Andrés “Almarales y sus compañeros habían dejado salir a todos los civiles, la mayoría mujeres y se aprestaban, sin municiones, a morir; sabían que no serían capturados”. Según los sobrevivientes que estuvieron secuestrados por la guerrilla del M-19 en uno de los baños del Palacio de Justicia, Almarales no solo no dejó salir a los civiles, sino que dio la orden de asesinarlos.

El conductor José William Ortiz, quien sobrevivió al holocausto y estuvo con el magistrado Gaona antes de su asesinato, le contó a la justicia que los guerrilleros los hicieron formar en fila: los magistrados a la puerta del baño, de afuera hacia adentro, enseguida siendo como la una de la tarde, aproximadamente (del 7 de noviembre), empezaron a disparar dentro del baño los guerrilleros hacia las personas que estaban ahí dentro”.

El fuego arrasó con buena parte del Palacio de Justicia. El rastro del holocausto fue la primera evidencia del horror.

La abogada Beatriz Quintero González, otra sobreviviente, contó que “de pronto dijeron que se pusieran todos los magistrados adelante, que ellos iban a empezar a matarlos uno por uno”. Por su parte, María Humbertina Hernández, auxiliar del Consejo de Estado, relató: “Yo vi cuando le dispararon a la doctora Luz Stella Bernal (abogada asistente), le disparó un guerrillero con una metralleta”.

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La Comisión de la Verdad documentó que, cuando el M-19 le disparó a la abogada Bernal, la guerrilla hizo lo mismo contra Aura Nieto de Navarrete, una auxiliar judicial que trabajaba en el Palacio, y el conductor Luis Humberto García.

Sobre el asesinato de Carlos Urán

La justicia nacional e internacional ya probó que, en efecto, el magistrado fue sacado con vida del Palacio y conducido a la Casa del Florero. Su propia familia reconoció a Urán, quien era magistrado auxiliar del Consejo de Estado, cuando salió herido en una pierna y auxiliado por dos hombres. Luego de la retoma, el abogado apareció muerto dentro del Palacio.

Las cuatro hijas de Carlos Urán y Ana María Bidegain, durante el acto de perdón en el que el Estado debía pedir disculparse con las víctimas de desaparición, tortura y ejecución de extrajudicial. Helena Uran está en la esquina derecha.
Foto: Archivo

La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), cuando en 2014 condenó al Estado por su responsabilidad en los hechos, estableció que Carlos Horacio Urán fue rescatado del Palacio de Justicia, pero luego agentes del Estado lo desaparecieron, torturaron y ejecutaron extrajudicialmente. Una de sus hijas, Helena Urán, quien hace unas semanas presentó la “Fundación Carlos H. Urán”, se ha convertido en una de las voceras más importantes en la búsqueda de verdad y justicia en este caso emblemático para la justicia.

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En respuesta al trino del presidente Petro, Urán escribió una contundente respuesta: “Sabía que los hechos han sido usados para posicionar causas políticas desde los dos lados que alzaron las armas; pero no me imaginé que, a 40 años, fuera a ser tan evidente la inmadurez emocional y democrática del debate en el que siguen sumiendo al país”.

Y agregó: “Yo he buscado que la memoria deje de ser usada como ficha de juego político y sea, en cambio, una herramienta democrática. Habría esperado que, ya que otros no lo hacen, usted, presidente, le apostara a esa construcción. Por el contrario, en su gobierno la memoria como cimiento democrático ha sido irrelevante y, cuando aparece, es para generar esto”.

Urán remató con la frase: “¡Absolutamente lamentable!“.

Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.

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