Visiblemente sorprendida, la abogada Mildred Hartmann, quien defiende los intereses del excomisionado de paz, Luis C. Restrepo, aseguró que desconoce los argumentos y alcances del fallo proferido el pasado jueves por la Sala Penal del Tribunal Superior en la que anulaba la decisión en segunda instancia con la que se levantó la medida de aseguramiento y orden de captura internacional contra su cliente.
En este sentido consideró que “le extraña” la decisión del Tribunal Superior de Bogotá puesto que decidieron sobre una tutela presentada por el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo quienes, según la jurista, “no han demostrado ningún argumento o documentos para que sean aceptados como víctimas en este proceso”.
La abogada señaló que la solicitud y la orden de captura internacional (circular azul de la Interpol) contra su cliente es “totalmente ilegal” puesto que no cumple con los requisitos exigidos ni en Colombia ni en ningún otro país del mundo puesto que nunca se argumentaron de manera “coherente” los motivos de la misma.
“A él (Restrepo) le reprochan y lo condenan de antemano por una acción que no cumplía. Tenemos pruebas, que los delitos imputados y los argumentos presentados por la Fiscalía para sustentarlos están muy lejos de las funciones que mi cliente ejercía como comisionado de Paz”, precisó Hartmann.
Según la abogada, ya hay pruebas obtenidas desde la Presidencia de la República y de la alta oficina del Comisionado de Paz que las acusaciones contra Restrepo son inexactas y no concuerdan con la verdad de las funciones que tenía su cliente como funcionario.
“No acreditan ninguno de los delitos imputados”, aclaró la jurista, quien prefirió no emitir ninguna palabra sobre la posición de su cliente para regresar al país.
Luis C. Restrepo, cuyo paradero se desconoce desde el pasado 8 de enero cuando salió del país hacia Estados Unidos, es investigado por los delitos de fabricación porte y tráfico de armas de uso privativo de las fuerzas militares, prevaricato, peculado por apropiación y fraude procesal.
Por El Espectador
