El pasado 22 de octubre el comandante de la Policía, general Rodolfo Palomino, anunció con júbilo que el terror de La Guajira, Marcos Figueroa, más conocido como ‘Marquitos’, había sido capturado en Brasil tras una intensa operación que duró más de un año y medio. No era para menos, las autoridades habían dado con el paradero de uno de los hombres más buscados de Colombia, no solo por ser quien manejaba a su antojo las rutas de narcotráfico y del tráfico ilegal de combustible, sino que era el responsable de varios asesinatos que tenían aterrorizado el norte del país. Fue entonces que los esfuerzos se concentraron en arrestar a sus lugartenientes, siete hombres que, al parecer, están escondidos en Venezuela. Dos de ellos ya cayeron.
Se trata de Pedro Enrique Ospino Cobo, alias ‘Balacho’, y Juan Carlos Vega Figueroa, alias ‘Pirín’, los hombres más cercanos a ‘Marquitos’ después de ‘Norte’ –Milton Alejandro Figueroa Zapata, primo del capo y quien fue capturado en Brasil–. ‘Balacho’ era el responsable de controlar todo el tráfico ilegal de combustible, de crear nuevas rutas y de manejar los patios –centros de acopio–. En pocas palabras tenía monopolizada la denominada Carava de la Muerte, el corredor que une a la frontera Venezuela con el departamento del Cesar y por donde pasa el contrabando y se trafican armas, combustible y droga. Por su parte, ‘Pirín’ era el financiero de su tío ‘Marquitos’, establecía los precios en la frontera por el paso de carrontaques con gasolina ilegal, cobraba las extorsiones y distribuía la plata entre todos los miembros de la familia.
Ambos estaban en el radar de la Dirección de Inteligencia de la Policía (Dipol) desde febrero de 2013 cuando arrancaron los seguimientos a ‘Marquitos’. En ese entonces se identificaron los 10 hermanos de capo, a sus ocho amantes y se estableció que tenía más de 20 hijos. Fue entonces que se ordenó la infiltración de dos policías que terminaron de armar el rompecabezas del círculo más cercano de Figueroa. La Dipol comenzó a interceptar los teléfonos de todos ellos y aparecieron ‘Balacho’, ‘Pirín’, José Carlos García Cataño, alias la ‘Penca’, Johan Amago Brito, alias ‘Tormenta’, Juan Carlos Bonilla Medina, alias ‘Juanca ‘o el ‘K’, y a Ignacio Arturo Pana Jasayu, alias ‘Nacho Pana’. Para las autoridades este último es el nuevo sucesor ya que maneja todo el tema de narcotráfico, las relaciones con el Clan Úsuga y además tiene protección en algunas rancherías de los indígenas Wayuu, su comunidad.
“Cuando cayó ‘Marquitos’, todos sus lugartenientes desaparecieron. Evitaron cualquier tipo de comunicación. Nuestros esfuerzos se centraron en ellos. Eran una especie de junta directiva que tomaba las decisiones, anteriormente, bajo la directriz de ‘Marquitos’.
Retomamos las investigaciones y realizamos interceptaciones telefónicas. Analizamos los audios y evidenciamos que las mujeres de ‘Balacho’ y ‘Pirín’ estaban realizando varios viajes”, le contaron a El Espectador investigadores de la Dipol. Agregaron que la primera operación que se armó fue la de Ospino Cobo, quien tenía excéntricos gustos, situación que lo llevó a delatar su lugar de escondite.
La Dipol comenzó a seguirle la pista a la esposa de ‘Balacho’, Karen, con quien tenía dos hijos. Las autoridades evidenciaron que la mujer tenía varios amantes en Barrancas (La Guajira), por lo que decidieron que uno de sus hombres debía conquistarla. Se acercaron a tal punto que Karen reveló que era víctima de maltratos por parte de su esposo. La Policía ya conocía las andanzas de Ospina Cobo y sabía de su afición por las mujeres y por el whisky Old Parr, el cual mandaba a traer desde Colombia con una ficha clave de la organización en la frontera. En medio de las pesquisas se logró identificar a este último, quien era un hombre que realizaba viajes desde Colombia a Venezuela llevando a los familiares o encomiendas.
Fue una llamada en diciembre de Karen la que prendió las alarmas en la Dipol. La mujer se contactó con el hombre en la frontera para pedirle el favor que la llevara a Maracaibo (Venezuela) con sus hijos. La confirmación de que llegaría al escondite de ‘Balacho’ para pasar festividades de fin de año fue cuando a través de un comerciante de ropa de fina compró gran variedad de camisas marca Polo, Tommy Hilfiger y jean Levis. La Policía colombiana hizo contacto con la guardia Venezolana y siguieron a la mujer hasta una finca.
Aún no se había rastrado la ubicación de ‘Balacho’ pero el viaje de Karen delimitó la zona de búsqueda. Para febrero de este año la mujer había ido seis veces a Venezuela. Ya se tenían identificados los vehículos en los que se movilizaban y en el último viaje de Karen llegaron hasta una finca que según información ‘Balacho’ había comprado a finales de enero de 2015. Los investigadores de la Dipol montaron puestos de control en el estado de Zulia, en el caserío Manuelote, una zona conocida como Cuatro Bocas. Se dio luz verde a la operación y el pasado 18 de febrero se dio la captura de ‘Balacho’.
Paralela a la operación de ‘Balacho’, la Dipol rastreaba la ubicación de ‘Pirín’. Este hombre era hijo de María Eliana Figueroa, alias la ‘Choncha’, hermana de ‘Marquitos’ y la encargada de cuidar a la madre de ambos, Edith García. Vega Figueroa no se comunicaba con su esposa ni con su madre por vía telefónica. Todo lo hacía a través de su hermano, alias ‘Gato Negro’. Este último le llevaba los mensajes del capo a la ‘Choncha’, quien a su vez se los pasaba a la mujer de su hijo que vivía en Fonseca (La Guajira). La Dipol fijo como objetivo principal a ésta última, quien recientemente había tenido una hija con ‘Pirín’.
Interceptó sus teléfonos pero poco logró saber de ‘Pirín’. En medio de la operación contra Marquitos’, la Dipol identificó un número celular en Venezuela desde el cual ‘Pirín’ llamó en varias oportunidades a alias ‘Pungo’ un hombre que le manejaba sus negocios de ganado. La Policía poco había avanzado en las pesquisas pero una llamada cambió el panorama. Al tiempo que Karen había requerido los servicios de transporte en la frontera, la mujer de ‘Pirín’ hizo lo propio. Ambas se encontraron y llegaron a Venezuela el mismo día que capturaron a ‘Balacho’. Las autoridades les siguieron la pista al bebé y a la esposa de Vega Figueroa.
Cuando llegaron a Maracaibo, ‘Pungo’ las recogió. Días despulpes le habían perdido la pista. Sin embargo, la esposa del jefe de finanzas realizó una llamada a Colombia desde el celular que meses atrás le habían interceptado a ‘Prirín’. Geolocalizaron el equipo y los encontraron en un lujoso hotel llamado La Cordillera, ubicado en el estado de Trujillo el pasado 22 de febrero. En menos de una semana cayeron dos de las fichas principales de la organización de ‘Marquitos’ y según le contaron a este diario los investigadores de la Dipol, se espera que en el transcurso de esta semana sean deportados. Ahora están tras la pista de la ‘Penca’, ‘Tormenta’, ‘Juancho K’ y ‘Nacho Pana’, quienes al parecer se esconden en Venezuela.