Maritza Escobar lleva apenas un mes y medio como cabeza del CTI de la Fiscalía y le ha tocado coordinar investigaciones tan sensibles como la del atentado al exministro Fernando Londoño y la exhumación de una gigantesca fosa común, al parecer de las Farc, en Caquetá. Curtida como fiscal en casos emblemáticos como la captura del capo Diego León Montoya, alias Don Diego, Escobar dialogó con El Espectador.
¿Cómo va el tema de las fosas halladas en Cartagena del Chairá, Caquetá?
Hemos hecho un trabajo con el Ejército frente a una fuente. Se han encontrado ocho cuerpos y abierto unas 52 fosas.
¿Quiénes están enterrados ahí?
Aún no podemos determinarlo. Las fuentes han dado una información con beneficio de inventario. Se pensaba hacer un trabajo de exhumación continuo, pero el mal tiempo lo ha impedido. Suspendimos las labores por ahora.
¿Hay cuerpos de secuestrados que fueron asesinados?
Puede haber. Hemos hallado los cuerpos de seis hombres, una mujer y otro más que tiene las extremidades cercenadas. Se encontraron uniformados con logos alusivos a las Farc, pero aún no se puede determinar que sean guerrilleros. Ya ha pasado con falsos positivos, que tienen el uniforme y resulta que no son.
Sobre el atentado a Londoño, ¿ya está claro que fueron las Farc?
Tenemos indicios. El material explosivo utilizado en el ataque lo usa la columna Teófilo Forero, pero aún no hay certeza.
¿Esa bomba lapa es nueva en el país o ya se había usado antes?
Ya se había presentado en el atentado a Caracol Radio en agosto de 2010. Ahí se utilizaron explosivos muy similares. Tenemos unas pruebas que enviamos a la ATF de Estados Unidos sobre el material explosivo utilizado.
¿El sujeto que se ve en los videos ya está identificado?
Sí, ya lo tenemos individualizado. Después de que se divulgaron los videos del atentado empezaron a llamarnos varias fuentes. Hicimos un filtro y ahora tenemos tres que están dando información muy certera.
¿Le preocupa que estas bombas lapa puedan ser utilizadas contra otros “objetivos” de las Farc? ¿Ya no son suficientes los carros blindados?
Los expertos en explosivos me dijeron que si la puerta del carro del conductor del exministro Londoño no hubiera estado abierta había posibilidad de que los tres se hubieran salvado, porque al abrir la puerta la onda explosiva entró. Si no hubiera pasado eso, quizá la onda hubiera levantado el carro. Frente a los carros blindados estamos verificando el nivel de blindaje y tomando las medidas de seguridad necesarias.
Pasemos al tema de Sigifredo López. El portal ‘La Silla Vacía’ publicó una información en la que se denuncian actuaciones irregulares de su parte al presionar a investigadores. ¿Qué pasó?
Dicen que yo había presionado algunas pruebas y eso es totalmente falso porque el CTI no lleva la investigación. Lo único que hizo el CTI fue prestar un funcionario para que recolectara una prueba: la entrevista de Caracol Radio, y López fue quien la pidió, para hacer el cotejo de voz que fue enviado al FBI.
Esa entrevista fue en un auditorio de la Fiscalía. ¿Podía recolectarse una prueba tan delicada en un lugar distinto a una cabina insonorizada?
Yo pregunté al respecto, pero el FBI certificó que no había necesidad de una prueba en una cabina. Me dijeron que con una simple grabación que pasara de tres minutos se podía hacer el cotejo. Lo importante es que la voz fuera directa. Eso se mandó a un laboratorio en Virginia (EE.UU.), uno de los mejores del mundo.
Hubo críticas porque se le permitió a López un cotejo de voz por parte de una agencia extranjera. Eso nunca pasa. ¿Por qué la Fiscalía accedió esta vez? El mensaje que queda es que las autoridades colombianas no son confiables...
No tenemos ninguna preferencia porque hubiera sido el caso de López. La prueba la solicitó él, no nosotros.
¿Recuerda otro proceso que hubiera estremecido tanto al país?
Cuando empecé a trabajar contra el cartel del Norte del Valle no podía creer que el Ejército con el que yo trabajaba pudiera hacerlo también para Don Diego. Uno los veía con unas hojas de vida impecables. No se imagina lo que tuvimos que hacer para probar que era cierto. En Colombia ya no me aterra nada; he visto tantas cosas.
El caso de Rosa Elvira Cely demostró que cuando quiere el Estado puede ser eficaz. ¿Cómo hacer para que en los miles de casos parecidos el Estado también sea rápido en sus investigaciones?
Necesitaríamos muchas cosas. A veces falta mucha denuncia. También ocurre que se abren los procesos y luego los testigos no aparecen. La ciudadanía tiene una responsabilidad enorme. Además, claro, faltan muchos funcionarios.
¿Qué irregularidades encontraron para que no se atendiera pronto a Rosa Elvira?
Se encontraron falencias en el manejo de la llamada que ella hizo, por ejemplo. Antes, la línea 123 estaba a cargo de la Policía. Ahora está en manos del Distrito. Muchos de esos funcionarios, al parecer, no supieron manejar la llamada.
Sobre el tema de los ataques con ácido, ¿qué se está haciendo?
Se creó un grupo para indagar esta modalidad. Nos preocupa muchísimo. El ácido es un elemento químico de fácil acceso y venta. Estamos trabajando para ver si se puede regular esa comercialización. Por eso el señor fiscal Montealegre nos pidió que lideráramos este nuevo grupo, porque nos parece aberrante lo que ha pasado con decenas de mujeres que han terminado con sus rostros desfigurados.
Por Juan David Laverde Palma
