Dos personas más decapitadas fueron encontradas en el Bajo Cauca Antioqueño

Un nuevo caso de decapitación se presentó en el Bajo Cauca Antioqueño en los últimos días. El hecho dejó como resultado dos jóvenes muertos, uno de 20 años, cuyos cuerpos fueron arrojados en la vía que conecta el casco urbano de Caucasia con la vereda de El Toro. Según información de personas de la zona, las cabezas de las dos víctimas fueron insertadas en picas y dejadas junto con los cadáveres.

Personal del Ejército que opera en la zona confirmó los hechos, aunque señaló que desconoce la posible autoría de ellos. Sin embargo, en esta parte del Bajo Cauca hay presencia tanto de Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC o Clan del Golfo) y Caparros, ambos grupos paramilitares se encuentran en un enfrentamiento constante por el control territorial de esta zona, esencial para el negocio del narcotráfico por su ubicación geográfica -la entrada al Urabá antioqueño-.

(Puede ver: Los vaivenes de la violencia en el Bajo Cauca antioqueño)

De acuerdo a habitantes de la zona, los dos jóvenes se desplazaban en moto entre Caucasia y El Toro cuando fueron detenidos por hombres armados. Estos últimos los habrían torturado, para luego decapitarlos. Aunque no se conocen los móviles o autoría, miembros de la comunidad que se atrevieron a hablar con El Espectador aseguran que los jóvenes estaban transitando muy de mañana en la zona, por lo que este habría sido el posible motivo. En zonas rurales del Bajo Cauca se ha impuesto un amplio control territorial de los armados que incluyen horas de tránsito: no se puede transitar antes de la 6 de la mañana o después de las 6 de la tarde.

Según esta misma información, los jóvenes habrían sido asesinados en la mañana del martes 14 de enero, pero los cuerpos duraron más de 24 horas en la carretera. La comunidad tenía mucho temor para recoger los cuerpos y denunciar los hechos ante las autoridades. Solo hasta la tarde de este miércoles 15 de enero se realizó el levantamiento de los cadáveres. Ambas víctimas, de acuerdo con habitantes de la zona, hacían parte de la comunidad de El Toro.

(Le puede interesar: La guerra reciclada del Bajo Cauca)

El Toro es una de las veredas que más ha sido azotada por el conflicto entre Clan del Golfo y Caparros. En septiembre del año pasado se reportó allí la muerte de cuatro militares que se desplazaron a las inmediaciones de esta zona para proteger a miembros de la comunidad que habían quedado en medio de una balacera entre los dos grupos paramilitares que dominan la zona. Cuando el destacamento militar llegó, hombres del Clan del Golfo abrieron fuego contra los uniformados.

El comienzo de años del Bajo Cauca ha estado marcado por la violencia. En los primeros 15 días el año se ha reportado 8 homicidios en esta zona del norte de Antioquia, según estadísticas que llevan líderes sociales que laboran en la zona. Y es que la violencia no ha parado allí, el fin de 2019 estuvo marcado por actos violentos en toda la región.

(Además: Incertidumbre por las nuevas formas de violencia en el Bajo Cauca antioqueño)

Uno de los actos que más marcó a la población en este fin de año fue el hallazgo de un cuerpo decapitado en el río Nechí en la semana del 24 de diciembre. El cadáver fue hallado flotando en la rivera mientras que la cabeza fue encontrada clavada en una estaca al borde del río junto con un aviso. En este Los Caparros aceptaron la autoría del crimen y amenazaron a  los miembros del Clan del Golfo.

Un nuevo caso de decapitación se presentó en el Bajo Cauca Antioqueño en los últimos días. El hecho dejó como resultado dos jóvenes muertos, uno de 20 años, cuyos cuerpos fueron arrojados en la vía que conecta el casco urbano de Caucasia con la vereda de El Toro. Según información de personas de la zona, las cabezas de las dos víctimas fueron insertadas en picas y dejadas junto con los cadáveres.

Personal del Ejército que opera en la zona confirmó los hechos, aunque señaló que desconoce la posible autoría de ellos. Sin embargo, en esta parte del Bajo Cauca hay presencia tanto de Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC o Clan del Golfo) y Caparros, ambos grupos paramilitares se encuentran en un enfrentamiento constante por el control territorial de esta zona, esencial para el negocio del narcotráfico por su ubicación geográfica -la entrada al Urabá antioqueño-.

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De acuerdo a habitantes de la zona, los dos jóvenes se desplazaban en moto entre Caucasia y El Toro cuando fueron detenidos por hombres armados. Estos últimos los habrían torturado, para luego decapitarlos. Aunque no se conocen los móviles o autoría, miembros de la comunidad que se atrevieron a hablar con El Espectador aseguran que los jóvenes estaban transitando muy de mañana en la zona, por lo que este habría sido el posible motivo. En zonas rurales del Bajo Cauca se ha impuesto un amplio control territorial de los armados que incluyen horas de tránsito: no se puede transitar antes de la 6 de la mañana o después de las 6 de la tarde.

Según esta misma información, los jóvenes habrían sido asesinados en la mañana del martes 14 de enero, pero los cuerpos duraron más de 24 horas en la carretera. La comunidad tenía mucho temor para recoger los cuerpos y denunciar los hechos ante las autoridades. Solo hasta la tarde de este miércoles 15 de enero se realizó el levantamiento de los cadáveres. Ambas víctimas, de acuerdo con habitantes de la zona, hacían parte de la comunidad de El Toro.

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El Toro es una de las veredas que más ha sido azotada por el conflicto entre Clan del Golfo y Caparros. En septiembre del año pasado se reportó allí la muerte de cuatro militares que se desplazaron a las inmediaciones de esta zona para proteger a miembros de la comunidad que habían quedado en medio de una balacera entre los dos grupos paramilitares que dominan la zona. Cuando el destacamento militar llegó, hombres del Clan del Golfo abrieron fuego contra los uniformados.

El comienzo de años del Bajo Cauca ha estado marcado por la violencia. En los primeros 15 días el año se ha reportado 8 homicidios en esta zona del norte de Antioquia, según estadísticas que llevan líderes sociales que laboran en la zona. Y es que la violencia no ha parado allí, el fin de 2019 estuvo marcado por actos violentos en toda la región.

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Uno de los actos que más marcó a la población en este fin de año fue el hallazgo de un cuerpo decapitado en el río Nechí en la semana del 24 de diciembre. El cadáver fue hallado flotando en la rivera mientras que la cabeza fue encontrada clavada en una estaca al borde del río junto con un aviso. En este Los Caparros aceptaron la autoría del crimen y amenazaron a  los miembros del Clan del Golfo.