En una carretera del municipio de Tibú (Norte de Santander), las Fuerzas Militares desactivaron un campo minado en la zona del Catatumbo. El operativo fue llevado a cabo por tropas del Comando Contra el Narcotráfico y Amenazas Transnacionales (CONAT) en coordinación con la Segunda División del Ejército Nacional. Según informaron las autoridades, la estructura explosiva representaba un grave riesgo para la población civil y las tropas desplegadas en el área.
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El hallazgo tuvo lugar en la vereda Versalles, donde los uniformados detectaron un sistema de activación por telemando, el cual habría sido instalado por grupos armados ilegales con el objetivo de atentar contra la comunidad y los militares. De acuerdo con el reporte oficial, en la zona se encontraron ocho cilindros de 40 libras (aproximadamente 18 kilogramos) cargados con explosivos, 300 metros de cable dúplex y 16 detonadores eléctricos.
El brigadier general Gerardo Ortiz, comandante del CONAT, explicó la importancia del operativo y el impacto que pudo haber tenido la activación de estos artefactos. “En desarrollo de operaciones militares, para salvaguardar la vida de los habitantes de la región, fueron encontrados ocho cilindros de 40 libras cargados con explosivos que hacían parte de esta zona preparada para afectar a la población civil y a nuestros soldados”, señaló el oficial.
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Para neutralizar la amenaza, el grupo Marte, especializado en la manipulación de explosivos, llevó a cabo la destrucción controlada de los elementos encontrados en el lugar. De esta manera, se evitó una tragedia que habría podido causar múltiples víctimas.
Las autoridades denunciaron que el uso de explosivos por parte de los grupos armados ilegales constituye una violación al derecho internacional humanitario, ya que ponen en riesgo de manera indiscriminada a la población. En un comunicado, la División Aérea del Ejército advirtió sobre la gravedad de esta práctica: “Nuevamente, se puso en peligro la vida de la población civil, violando los derechos humanos e infringiendo el derecho internacional humanitario, lo cual se ha convertido en una práctica sistemática de los grupos armados al margen de la ley”.
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En los últimos meses, el Catatumbo ha sido escenario de intensos enfrentamientos entre el Ejército y organizaciones criminales como el ELN y disidencias de las FARC. Las comunidades han denunciado el aumento de amenazas, desplazamientos forzados y restricciones a la movilidad debido a la instalación de artefactos explosivos en carreteras y caminos rurales.
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