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                                                                                                                              El 8.000: la fractura entre política y narcotráfico que no fue

                                                                                                                              Viaje a la memoria de un escándalo. Mientras se derrumbaba el cartel de Cali, la justicia quiso cortar los nexos entre la sociedad y el narcotráfico. A pesar de que muchos famosos cayeron en la redada, quedaron demasiados cabos sueltos de conspiraciones y magnicidios.

                                                                                                                              Redacción Judicial

                                                                                                                              Al final del escándalo, Samper fue absuelto, Estados Unidos le quitó la visa, y el vicepresidente Humberto de La Calle dio un paso al costado. / Archivo

                                                                                                                              El escándalo estaba cantado. Era cuestión de horas y la señal se dio el viernes 21 de abril de 1995. Ese día, el fiscal Alfonso Valdivieso Sarmiento anunció la reapertura de la investigación por la presencia de dineros del narcotráfico en la campaña del presidente Ernesto Samper, al tiempo que pidió a la Corte Suprema de Justicia indagar sobre la conducta de nueve congresistas. Con una redada adicional a varios señalados de “narcopolítica” comenzó el llamado proceso 8.000, que provocó un terremoto judicial y político.

                                                                                                                              Solo faltaba este detonante, porque ya habían transcurrido diez meses de alta tensión. El punto de partida fue la denuncia de los “narcocasetes”, planteada por Andrés Pastrana, excandidato presidencial, dos días después de perder las elecciones contra Ernesto Samper, el 19 de junio de 1994. Según Pastrana, un presidente que hubiese recibido dineros del narcotráfico no tenía título moral para conducir a su pueblo, y eso era lo que parecían demostrar unas grabaciones entre el periodista Alberto Giraldo y Gilberto Rodríguez Orejuela, capo del cartel de Cali.

                                                                                                                              La reacción inmediata de Samper fue entrevistarse con el fiscal Gustavo de Greiff para poner a disposición del organismo investigador las cuentas de su campaña. A su vez, De Greiff admitió que días antes el ministro de Defensa, Rafael Pardo, le había entregado esos casetes que contenían diálogos sospechosos sobre las dos campañas. Sin embargo, antes de que el fiscal evaluara esos casetes, la Corte Suprema le ordenó acatar su retiro forzoso por haber cumplido 65 años. Entonces, empezaron a ajustarse las piezas del ajedrez del escándalo.

                                                                                                                              Read more!

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                                                                                                                              Sin embargo, antes de irse, el malogrado fiscal De Greiff archivó el expediente de los “narcocasetes”, al señalar que eran producto de grabaciones ilícitas, y que habían sido editados y manipulados. Fue su última actuación oficial, porque Valdivieso asumió la Fiscalía el 18 de agosto. Samper llevaba apenas once días en el gobierno. A pesar de que el presidente estaba confiado, porque el lío de los “narcocasetes” ya había quedado resuelto, Estados Unidos empezó a jugarse a fondo por darles otro giro a las revelaciones.

                                                                                                                              Y el primero que puso el dedo en la llaga fue el saliente director de la DEA en Colombia, Joseph Toft, quien declaró en una improvisada rueda de prensa que Colombia era una “narcodemocracia”, y que Samper había recibido dineros del narcotráfico en su campaña. Esta explosiva declaración tensionó al mundo político y fue el momento en el que el exministro de Justicia, Enrique Parejo González, instó al fiscal Valdivieso, incluso a través de tutela, a que reabriera el expediente de los “narcocasetes” y se supiera la verdad.

                                                                                                                              Read more!

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                                                                                                                              Desde ese día, empezó una carrera contra el tiempo. Mientras la Fiscalía comenzaba a capturar a políticos o particulares comprometidos con el cartel de Cali; el gobierno Samper, a través del bloque de búsqueda de la Policía, orientada por el general Rosso José Serrano, concretaba la cacería de los capos. El 9 de junio cayó Gilberto Rodríguez Orejuela en Cali. A la semana siguiente fue detonado un artefacto explosivo dentro del Congreso. En medio del río revuelto, los capos del cartel del norte del Valle empezaron a entregarse.

                                                                                                                              Fueron días de noticia al rojo vivo. La sede de la Federación Colombiana de Fútbol fue allanada y su presidente, Juan José Bellini, incluido en el listado de procesados del 8.000. El día 26 de julio fue capturado el extesorero de la campaña Samper, Santiago Medina Serna, quien en pocos días decidió colaborar con la Fiscalía para revelar lo sucedido. Fue en ese momento cuando Samper anunció el sometimiento a su “juez natural”: el Congreso, y cuando monseñor Pedro Rubiano acuñó el símbolo del elefante para representar el escándalo.

                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Al final, Samper fue absuelto, Estados Unidos le quitó la visa y el vicepresidente Humberto de la Calle dio un paso al costado; pero el escándalo del 8.000 se prolongó varios meses más. Al desfile de presos terminaron sumándose futbolistas, artistas, escritores; unos famosos, otros no tanto, pero todos con dineros del cartel de Cali que no supieron explicar. Nunca se cortaron los nexos entre política y narcotráfico, y el 8.000 declinó por desgano judicial, pero marcó una época que causó un escándalo que el río de la impunidad se llevó aguas abajo.

                                                                                                                              Al final del escándalo, Samper fue absuelto, Estados Unidos le quitó la visa, y el vicepresidente Humberto de La Calle dio un paso al costado. / Archivo

                                                                                                                              El escándalo estaba cantado. Era cuestión de horas y la señal se dio el viernes 21 de abril de 1995. Ese día, el fiscal Alfonso Valdivieso Sarmiento anunció la reapertura de la investigación por la presencia de dineros del narcotráfico en la campaña del presidente Ernesto Samper, al tiempo que pidió a la Corte Suprema de Justicia indagar sobre la conducta de nueve congresistas. Con una redada adicional a varios señalados de “narcopolítica” comenzó el llamado proceso 8.000, que provocó un terremoto judicial y político.

                                                                                                                              Solo faltaba este detonante, porque ya habían transcurrido diez meses de alta tensión. El punto de partida fue la denuncia de los “narcocasetes”, planteada por Andrés Pastrana, excandidato presidencial, dos días después de perder las elecciones contra Ernesto Samper, el 19 de junio de 1994. Según Pastrana, un presidente que hubiese recibido dineros del narcotráfico no tenía título moral para conducir a su pueblo, y eso era lo que parecían demostrar unas grabaciones entre el periodista Alberto Giraldo y Gilberto Rodríguez Orejuela, capo del cartel de Cali.

                                                                                                                              La reacción inmediata de Samper fue entrevistarse con el fiscal Gustavo de Greiff para poner a disposición del organismo investigador las cuentas de su campaña. A su vez, De Greiff admitió que días antes el ministro de Defensa, Rafael Pardo, le había entregado esos casetes que contenían diálogos sospechosos sobre las dos campañas. Sin embargo, antes de que el fiscal evaluara esos casetes, la Corte Suprema le ordenó acatar su retiro forzoso por haber cumplido 65 años. Entonces, empezaron a ajustarse las piezas del ajedrez del escándalo.

                                                                                                                              Read more!

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                                                                                                                              Sin embargo, antes de irse, el malogrado fiscal De Greiff archivó el expediente de los “narcocasetes”, al señalar que eran producto de grabaciones ilícitas, y que habían sido editados y manipulados. Fue su última actuación oficial, porque Valdivieso asumió la Fiscalía el 18 de agosto. Samper llevaba apenas once días en el gobierno. A pesar de que el presidente estaba confiado, porque el lío de los “narcocasetes” ya había quedado resuelto, Estados Unidos empezó a jugarse a fondo por darles otro giro a las revelaciones.

                                                                                                                              Y el primero que puso el dedo en la llaga fue el saliente director de la DEA en Colombia, Joseph Toft, quien declaró en una improvisada rueda de prensa que Colombia era una “narcodemocracia”, y que Samper había recibido dineros del narcotráfico en su campaña. Esta explosiva declaración tensionó al mundo político y fue el momento en el que el exministro de Justicia, Enrique Parejo González, instó al fiscal Valdivieso, incluso a través de tutela, a que reabriera el expediente de los “narcocasetes” y se supiera la verdad.

                                                                                                                              Read more!

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                                                                                                                              Desde ese día, empezó una carrera contra el tiempo. Mientras la Fiscalía comenzaba a capturar a políticos o particulares comprometidos con el cartel de Cali; el gobierno Samper, a través del bloque de búsqueda de la Policía, orientada por el general Rosso José Serrano, concretaba la cacería de los capos. El 9 de junio cayó Gilberto Rodríguez Orejuela en Cali. A la semana siguiente fue detonado un artefacto explosivo dentro del Congreso. En medio del río revuelto, los capos del cartel del norte del Valle empezaron a entregarse.

                                                                                                                              Fueron días de noticia al rojo vivo. La sede de la Federación Colombiana de Fútbol fue allanada y su presidente, Juan José Bellini, incluido en el listado de procesados del 8.000. El día 26 de julio fue capturado el extesorero de la campaña Samper, Santiago Medina Serna, quien en pocos días decidió colaborar con la Fiscalía para revelar lo sucedido. Fue en ese momento cuando Samper anunció el sometimiento a su “juez natural”: el Congreso, y cuando monseñor Pedro Rubiano acuñó el símbolo del elefante para representar el escándalo.

                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Al final, Samper fue absuelto, Estados Unidos le quitó la visa y el vicepresidente Humberto de la Calle dio un paso al costado; pero el escándalo del 8.000 se prolongó varios meses más. Al desfile de presos terminaron sumándose futbolistas, artistas, escritores; unos famosos, otros no tanto, pero todos con dineros del cartel de Cali que no supieron explicar. Nunca se cortaron los nexos entre política y narcotráfico, y el 8.000 declinó por desgano judicial, pero marcó una época que causó un escándalo que el río de la impunidad se llevó aguas abajo.

                                                                                                                              Por Redacción Judicial

                                                                                                                              Ver todas las noticias
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