“El atentado iba dirigido a mí”: Miguel Maza Márquez
El exdirector del DAS recuerda cómo fue para él el atentado con 500 kilos de dinamita que hicieron explosión en el DAS el 6 de diciembre de 1989. Habla desde su sitio de reclusión, una sede de la Policía en el norte de Bogotá, donde paga 30 años de prisión por el magnicidio de Luis Carlos Galán.
Éver Palomo Llorente / Especial para El Espectador
General, se cumplieron 30 años de la bomba que sacudió el edificio del DAS. ¿Qué recuerda de ese hecho que, indudablemente, fue uno de los más duros en la historia del país?
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General, se cumplieron 30 años de la bomba que sacudió el edificio del DAS. ¿Qué recuerda de ese hecho que, indudablemente, fue uno de los más duros en la historia del país?
El atentado del DAS obedeció a una estrategia del narcotráfico, auspiciado por algunos estamentos de nuestra actividad colombiana. Uno de los objetivos que tenían era el de aniquilar al general Maza. ¿Por qué? Porque el general Maza fue la persona que sugirió la constitución del Bloque de Búsqueda, quien tocó las puertas de varias embajadas para que nos dieran la suficiente inteligencia y ya con base en esa infraestructura empezamos a combatir el narcotráfico, más o menos, con ciertas posibilidades de triunfo. Todo eso, a mi manera de ver, fue lo que no me perdonaron ni El Mexicano, ni Pablo Escobar ni muchas personas dedicadas al narcotráfico.
¿Quiénes fueron los responsables del atentado en el DAS?
Como hecho visible fue un capitán del Ejército, capitán Wuanumen. La Policía lo capturó y él tenía un documento enviado a Pablo Escobar, donde le hacía un relato de sus actividades y, entre otras, le manifestaba que ya el atentado al general Maza estaba en camino. Supongo que (trabajaba) con subalternos de él y con personas provenientes del Magdalena Medio, gente que trabajaba con El Mexicano. Precisamente ese año, 1989, fue, a mi manera de ver, el que tenían destinado para doblegar el Estado colombiano.
Usted fue condenado a 30 años de prisión por el asesinato de Luis Carlos Galán por la Corte Suprema, pero insiste en su inocencia. ¿Por qué?
¿Cómo es posible que esa persona que fue perseguida y objeto de varios atentados vaya a ser amigo de Pablo Escobar? Eso no cabe en ninguna filosofía del derecho penal. Pero Norberto Hernández, quien estuvo capturado por el homicidio de Galán, ha dicho que el atentado no era contra usted, sino contra los que estaban privados de la libertad allí, precisamente, por el magnicidio del jefe del Nuevo Liberalismo… Eso es una mentira más. El atentado iba dirigido al general Maza, inclusive le cuento esto: después del atentado al DAS, cuando yo logré salir con vida, se escuchó una voz, una llamada que teníamos interceptada de Pablo Escobar con quien dirigió el atentado, que fue Pinina, y Escobar se puso demasiado bravo porque, según él, no le puso el “calor suficiente” para destruir por completo el DAS. En cuanto al Hernández que usted menciona, con el tiempo nos dimos cuenta de que nada tuvo que ver con el homicidio de Galán. La misma Fiscalía descubrió que ellos fueron capturados por narcotráfico y que en las oficinas de la Dijín, a instancias del entonces jefe, el general (Óscar) Peláez Carmona, hicieron pasar que habían sido capturados como sospechosos de la muerte de Galán. El general Maza no tuvo nada que ver allí.
Es decir, ¿las capturas no las hizo el DAS?
En ningún momento, ni el proceso de inteligencia ni la captura ni cosa por el estilo. Lo que pasó fue que el general Peláez tuvo su disgusto con Jubiz Hazbún, entonces el juez de la causa tomó la decisión de sacar a Hazbún (el hombre que tiempo después fue declarado inocente) de la Dijín y me pidió permiso para tenerlo en los calabozos del DAS, pero fue un asunto de colaboración.
¿Por qué, una vez se presenta el atentado frente al DAS, lo primero que comienzan a informar los medios es que las personas que habían sido capturadas por el homicidio de Luis Carlos Galán habían muerto en ese atentado?
Pues le cuento que no murió ninguno. El sector donde estaban ellos quedó a salvo, porque el objetivo era el general Maza y toda la onda expansiva iba dirigida hacia el noveno piso, donde me encontraba yo. Prueba de ello es que el motor del bus fue lanzado como un proyectil y quedó en el techo del edificio, al lado de donde estaba la oficina. La oficina mía fue completamente destruida. Afortunadamente, como la onda expansiva fue de afuera hacia adentro, arrancó el vidrio que tenía blindado y quedó encima de mi escritorio, donde yo me encontraba sentado, que si me toca a mí, me aplasta. La secretaria mía, que estaba en ese momento allí, sí murió; los escoltas murieron. De tal suerte que eso sí quedó completamente aclarado: el objetivo era el general Maza.
¿Cómo logró sobrevivir, general?
Dios, yo soy muy creyente. Asisto todos los días a misa.
¿Qué interés podía tener el general (r) Peláez Carmona en que se desviara la investigación por el magnicidio de Galán?
Pues yo creo que, como el país estaba inmerso en una situación bastante complicada por los homicidios, ese día mataron por la mañana al coronel Franklin (Valdemar Franklin Quintero), unos días antes habían matado a un magistrado del Tribunal de Bogotá, el poder judicial estaba en paro; entonces, con el fin tal vez de ganarse los aplausos, mintió, y la mentira mira lo que produjo. A mí, particularmente, me afectó de manera muy significativa porque siempre señalaron al general Maza como el causante de los hechos siendo yo inocente.
Pero ¿una mentira que 30 años después no ha permitido conocer la verdad sobre lo que ocurrió con el homicidio de Galán?
Bueno, en cuanto al homicidio de Galán son investigaciones, digo yo, que se han dado de manera muy deficiente. Sencillamente fue un complot de algunas autoridades y de algunos personajes de la época que por obvias razones, cumpliendo, no sé si cuestiones políticas, económicas o sociales, me la cobraron y de qué manera.
¿Qué le están cobrando?
Yo tengo ocho años de estar aquí detenido injustamente, sin haber sido condenado de acuerdo pues a los preceptos institucionales, porque a mí se me ha condenado en una sola instancia; he pedido que se me revise el proceso y no ha sido posible.
Usted ha solicitado que lo incluyan en la Jurisdicción Especial para la Paz. ¿Qué le quiere contar al país si lo admiten en la JEP?
Siempre me he considerado un ciudadano útil. Tuve la oportunidad de conocer a mi país por mucho tiempo y pienso que hay muchas cosas que, a lo mejor, a la JEP le puedan interesar. Por ejemplo, todo lo que fue el proceso de la UP, el proceso del M-19, todas esas constelaciones delictivas que se dieron en el Magdalena Medio, el fenómeno del narcotráfico, incluyendo la bonanza marimbera, el problema de la cocaína.
¿Algo muy puntual que, de pronto, crea que este país necesita saber para evitar que se siga prolongando la violencia de forma indefinida?
Yo creo que uno de los hechos que, a mi manera de ver, es de suma importancia para el país es que ojalá este Gobierno revise con mucha objetividad la justicia; un país sin justicia es un país con dificultades. Lo digo por experiencia propia. Yo fui investigado por ocho fiscales y me imputaron el delito de concierto para delinquir (por nexos con grupos paramilitares del Magdalena Medio, con los que, según la Corte Suprema, se alió con propósitos criminales. Entre ellos, eliminar a Luis Carlos Galán). ¿Y sabe una cosa? Yo no conocía el Magdalena Medio, no lo conozco todavía.
Pero su expediente indica que usted tuvo reuniones en el exjefe paramilitar del Magdalena Medio: Henry de Jesús Pérez.
Eso se debió a una declaración de un muchachito ante un fiscal de derechos humanos, pero durante las audiencias en la Corte Suprema, que no las tuvieron en cuenta, les preguntaron a todas las personas y ninguno pudo decir que había visto al general Maza en el Magdalena Medio y es que no lo podían decir.
Wilson de Jesús Pérez declaró que usted se reunió con su hermano Henry en el Magdalena Medio.
Precisamente, eso hace parte de la estrategia de ellos.
Lo habló Alonso de Jesús Baquero, alias “Vladimir”. Allí están sus declaraciones en el expediente.
Tal vez fue para la misma época y con base en lo que dijo el hermano de este delincuente.
Es decir: ¿usted hoy le dice al país, de frente, que nunca se reunió con el exjefe paramilitar Henry de Jesús Pérez en el Magdalena Medio?
Es que no conozco el Magdalena Medio.
Entonces, ¿cómo cree usted que resulta condenado como responsable de un crimen que, según usted, no cometió?
Es que desafortunadamente mi caso ha tenido una serie de episodios muy tristes. Cuando hubo una petición de soborno, lo rechacé.
¿Le pidieron plata para qué? ¿Para fallar a su favor?
Claro.
¿Quién le pidió dinero?
Eso venía de parte del juez. Aquí vino un emisario.
¿Podemos conocer el nombre?
No, señor.
¿Por qué?
Porque eso hace parte ya del expediente mío, necesito aportar muchas pruebas para que no vaya a quedar absolutamente ningún hilo suelto.
¿Y qué pasó luego?
Como no se dio (el dinero), la decisión fue adversa y pasó al Tribunal de Bogotá. Allá también tuve un fracaso.
¿Igualmente hubo intento de soborno en el Tribunal?
Sí. Desafortunadamente dos personas fueron a Unicentro, hablaron con mi esposa y trataron de pedir un dinero; como era obvio, mi esposa dijo que no, que por ningún motivo había dinero, porque yo no tenía ningún tipo de responsabilidad.
El proceso del Tribunal lo anula la Corte Suprema, porque no lo investigaron a usted teniendo en cuenta su fuero de general. La Corte reinicia la investigación y se llega a la condena que se profiere el 23 de noviembre del año 2016.
Pero no anulan todo. Quedan vigentes las pruebas que se ejecutaron por Policía Judicial, esas pruebas prevalecieron.
¿Qué interés, entonces, tendría la Corte para condenarlo, si según usted no había pruebas para una condena?
Desafortunadamente, y yo lo desconocía, empezaba o estaba en vigencia el famoso cartel de la toga. Estaba de presidente de la Corte para la época el señor Leonidas Bustos, persona conocida que está en el Canadá huyendo, sindicado de una serie de delitos. A mí me investiga el señor (Fernando) Castro Caballero, que también tuvo unos problemas internos allí mismo en la Corte por una serie de implicaciones que había tenido con Víctor Carranza. Fue su abogado, fue su hombre de confianza. Eso no lo digo yo, en la misma Corte hubo una discusión donde él tuvo que dar algunas explicaciones por algunos bienes que tiene.
¿Quién tendría intereses en condenarlo a usted, según usted, sin pruebas?
Pues esa es una pregunta que yo también me hago. Sí le digo una cosa, y usted como periodista lo sabe: ¿a quién le convenía la muerte de Galán? A Miguel Maza no. Mire las personas que después de la muerte de Galán se han beneficiado.