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'El Canoso', bajo sospecha

La Corte Suprema de Justicia pidió a la Fiscalía que indague si el exjefe paramilitar José Gélvez Albarracín mintió dentro del proceso contra el excongresista Fuad Rapag y si, por ello, podría ser desvinculado de Justicia y Paz.

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Sebastián Jiménez Herrera
13 de agosto de 2013 - 09:41 a. m.
El exjefe paramilitar José del Carmen Gélvez Albarracín, alias ‘El Canoso’.  / Archivo
El exjefe paramilitar José del Carmen Gélvez Albarracín, alias ‘El Canoso’. / Archivo
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Una reciente orden de la Corte Suprema de Justicia tiene al exjefe paramilitar José del Carmen Gélvez Albarracín, alias 'El Canoso', bajo la sospecha de las autoridades.

En la decisión, que pasó desapercibida para muchos, esa corporación le pide a la Fiscalía que investigue si el exjefe político del bloque Resistencia Tayrona y testigo clave dentro de varios procesos por el escándalo de la parapolítica, mintió para favorecer al excongresista Fuad Emilio Rapag Matar, condenado a nueve años de prisión por sus vínculos con las autodefensas.

Este pronunciamiento de la Corte se produce casi un año después de que el alto tribunal le diera su visto bueno a la extradición de El Canoso a Estados Unidos. El trámite fue detenido por el presidente Juan Manuel Santos con el fin de que contara sus verdades sobre la guerra y las alianzas que hizo. Sin embargo, el aval de la Corte quedó como una advertencia a los desmovilizados de las autodefensas que no han querido colaborar.

En la sentencia contra Rapag, la Corte advierte de irregularidades en las versiones de 'El Canoso' y se refiere a la posibilidad de que, de haber mentido, sea desvinculado del programa de Justicia y Paz y de sus beneficios, entre ellos la pena alternativa a ocho años de prisión por los crímenes cometidos durante su paso por las autodefensas.

La Corte señala al respecto que en un primer momento Gélvez Albarracín sostuvo “sin vacilaciones, y con detalle, que Rapag, en su condición de diputado de la Asamblea del Magdalena, hizo parte del proyecto paramilitar dirigido a controlar las alcaldías y los concejos de los municipios de dicho ente territorial que se consolidó en el ‘Pacto de El Difícil’ y, por ende, fue apoyado electoralmente por las autodefensas para sus aspiraciones del año 2003”.

Pero, meses después, “trató de desvanecer” lo que dijo antes, pidió consultar una agenda como ayuda de memoria y al final dijo que “Rapag no tuvo nada que ver con el proyecto paramilitar. Además, lo propio ocurrió en la declaración rendida en esta actuación cuando se le interrogó sobre el particular”.

Igualmente, El Canoso había asegurado, en un primer momento, que se había reunido con Rapag y con alias Tijeras (comandante del frente William Rivas) en Santa Marta. Incluso reconoció al exsenador “sin dubitación de ninguna índole, en una fotografía que se le puso de presente, como una persona próxima a los paramilitares desde el punto de vista político. Finalmente, prestó juramento para respaldar el señalamiento”, que luego quiso negar.

La retractación de 'El Canoso' fue uno de los argumentos usados por los defensores de Rapag en el juicio contra el excongresista, quienes, incluso, pidieron que se revisara la agenda mencionada por el exjefe paramilitar y alegaron que el proceso en su contra era una estrategia criminal para marginarlo de la política nacional y departamental, liderada por el exgobernador de Magdalena Trino Luna, condenado a tres años de prisión por sus vínculos con los ‘paras’, y el exrepresentante a la Cámara Jorge Luis Caballero, sentenciado por estos mismos hechos.

A este argumento la Corte respondió que lo que al parecer existió no fue un montaje contra Rapag, sino todo lo contrario: “un arreglo, cuya motivación se desconoce, dirigido a beneficiar al procesado”. Y en ese contexto, 'El Canoso' está bajo sospecha. La Corte asegura tal cosa debido a que, además de Gélvez, hubo dos exparamilitares que súbitamente cambiaron su versión e indicaron que Rapag no había tenido nada que ver con los paramilitares en Magdalena. Así lo hicieron Arnover Carvajal Quintana, alias Mauricio o Poca Lucha, y el mismo José Gregorio Mangones Lugo, alias Tijeras.

Ambos habían manifestado antes que Rapag ofició como un socio de los ‘paras’, pero luego se retractaron y negaron haber tenido contacto alguno con el excongresista. Contra el primero también se compulsaron copias. También se ordenó investigar a la ciudadana Íngrid Patricia Cuello Durán, trabajadora de un almacén en Santa Marta que fue lugar de uno de los encuentros entre los ‘paras’ y Rapag y quien, según la Corte, “al parecer fue preparada o inducida de algún modo para beneficiar al acusado”.

Todas estas retractaciones no fueron suficientes para evitar la condena contra Rapag. Contrario a ello, lo que hicieron fue poner en tela de juicio las declaraciones de una ciudadana y dos exparamilitares. En el caso de 'El Canoso', de descubrirse alguna mentira en su testimonio, podría ser excluido de Justicia y Paz y si eso ocurre podría ser condenado a varios años de prisión por sus crímenes e, incluso, ser enviado a Estados Unidos a responder por los requerimientos que cortes de ese país tienen en su contra. Ese es el panorama para El Canoso, quien con sus declaraciones ha salpicado a excongresistas, exgobernadores e, incluso, al expresidente Uribe y a su familia. Hoy, de acusador, el testigo estelar de muchos expedientes tambalea.

 

jjimenez@elespectador.com

@juansjimenezh

Por Sebastián Jiménez Herrera

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