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Los excongresistas Álvaro Ashton y Musa Besaile. / Fotos: Gustavo Torrijos- El Espectador.
Desde el año pasado, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) asumió el estudio de uno de los mayores escándalos de corrupción judicial: el cartel de la toga. Para la justicia especial, creada para investigar y juzgar los crímenes cometidos en el conflicto armado, este entramado de sobornos a cambio de los cuales se torcieron procesos en la Corte Suprema de Justicia tiene una relación con la guerra, según expresó en los documentos que oficializan la admisión en esa jurisdicción de los excongresistas Álvaro Ashton y Musa Besaile. En la otra orilla, el procurador Fernando Carrillo y el fiscal general (e), Fabio Espitia, aseguran que este caso no es del resorte de la JEP.
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