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“Es que Guido es muy torcido para todo”. Esta es una de las frases que se oye en las grabaciones reveladas recientemente por Noticias RCN sobre un supuesto tráfico de influencias que salpica al magistrado Jorge Ignacio Pretelt Chaljub. El Guido al que se refieren los audios es, presuntamente, el procurador 133 Judicial II Penal, Guido Guillermo Gómez Ordosgoitia, del que se da a entender era un supuesto intermediario entre Pretelt y Carlos Martínez Isaza —un juez de Montería al que supuestamente le ofrecieron un cargo mejor a cambio de fallar un proceso a favor de 16 miembros de bandas criminales—. Estas interceptaciones se hicieron en agosto de 2010, porque la Fiscalía tenía la sospecha de que el juez Isaza tenía nexos con grupos criminales.
En las grabaciones se escucha a Martínez diciéndole a una mujer, cuya identidad no ha sido revelada, que se encontró con Guido y con el magistrado Jorge Pretelt en un aeropuerto. En ese encuentro, Pretelt le habría dicho a Martínez que le prestara un carro blindado para desplazarse a San Pedro de Urabá (Antioquia). Además, supuestamente, le aseguró que “es un hecho que voy de fiscal auxiliar de un fiscal delegado ante la Corte. Pero que eso es temporal, porque él (el magistrado) me tiene que conseguir otro puesto mejor”.
Y agrega Martínez en la conversación que para desempeñarse en el futuro cargo debía trasladarse a Bogotá. Según el juez, Pretelt buscaba ubicarlo en esa ciudad “para manipular todas las cosas” y para estrechar lazos entre él y el exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia Javier Zapata. Martínez indicó, además, que Pretelt le preguntó a quién nombraban en el puesto que él dejaría vacante una vez fuera nombrado fiscal auxiliar, lo cual le daba “muy mala espina”.
El exdirector del Festival Nacional del Porro
A muchos, el nombre de Guido Guillermo Gómez Ordosgoitia no les dice nada. Sin embargo, en Córdoba, Gómez es reconocido por los muchos cargos que ha ocupado en ese departamento. Fue director del Festival Nacional del Porro de San Pelayo, por lo que es un asistente recurrente a este evento. En los años 90 fue juez segundo penal del Circuito de Montería. Con una particularidad: a finales de esa década fue denunciado por la entonces directora de la Fiscalía en Córdoba, Ruth Marlene Sánchez Vela, por haberse reunido con un acusado cuyo caso se encontraba en su despacho.
Mejor dicho: por reunirse con la persona que iba a condenar o a absolver. Y no era cualquier persona, sino el exalcalde de Montería Juan Bautista González Petro, investigado por peculado. Ruth Sánchez le dijo al diario El Tiempo que el 17 de septiembre de 1997 se encontró “al exalcalde, momentos después llegó el juez y se pusieron a departir. Yo me acerqué y lo saludé para que se diera cuenta de mi presencia, pues el hecho me pareció reprobable debido a que el juez no había fallado todavía”. Gómez Ordosgoitia fue denunciado ante el Consejo Seccional de la Judicatura, pero no pasó nada. Con el agravante de que González Petro fue absuelto en primera instancia . Sin embargo, en segunda instancia fue condenado.
Gómez luego fue contralor departamental y logró dar el paso a la Procuraduría. Pero en 2009 empezaron sus problemas, al ser declarado insubsistente junto con otros procuradores. De ello da cuenta una entrevista dada por el exprocurador Edelberto de la Ossa Chávez al diario El Universal en diciembre de 2009. De la Ossa dijo que el jefe del Ministerio Público, Alejandro Ordóñez, declaró insubsistentes a varios funcionarios, como Jorge Luis Hernández, Ismael Valverde y Guido Gómez Ordosgoitia, pero que sólo se hizo eco a la de él porque había una connotación política. Y puede que tenga razón porque, de estos procuradores, todos, excepto él, regresaron a la entidad. En el caso de Gómez, su regreso se dio en febrero de 2010, cuando Pretelt ya era magistrado de la Corte Constitucional.
Al mes, en marzo de 2010, se presentaron una serie de hechos que involucraron a Pretelt y al restituido procurador judicial Guido Gómez. A inicios de ese año, un aguerrido periodista, Clodomiro Castilla, denunció al director de El Meridiano de Córdoba, William Salleg, por “perturbación a la propiedad privada, amenazas de muerte y constreñimiento”. Sin embargo, Salleg fue absuelto en un proceso que fue seriamente cuestionado por Castilla por supuestas irregularidades respecto a la destitución del fiscal que llevaba el caso, Alfonso Marimón Isaza. A finales de febrero, Castilla publicó en su revista, El Pulso del Tiempo un artículo titulado “¿Quién ordenó el asesinato del abogado Raúl Benítez?”, en referencia a un atentado contra el fiscal que fue nombrado en reemplazo de Marimón.
En el escrito denunció la presunta injerencia del magistrado Pretelt en el proceso penal contra Salleg. Esto molestó a Pretelt quien, de acuerdo con el testimonio del mismo Clodomiro Castilla, le pidió por medio del procurador Gómez que escuchara su versión. Así quedó reseñado en un mensaje enviado por el comunicador al director de la Federación Colombiana de Periodistas, Eduardo Márquez, pocas horas antes de ser asesinado el 19 de marzo de 2010. En ese mensaje se leía: “El doctor Pretelt, magistrado de la Corte Constitucional, me llamó a través del procurador en lo Penal, Guido Gómez Ordosgoitia, y escuché atentamente sus descargos y los publicaré. Buenas noches”.
En entrevista con este diario, Mauricio Castilla, hijo del periodista asesinado, dijo que descarta que Pretelt haya tenido algo que ver con el crimen de su padre, ya que eran conocidos y que jamás le dijo sentir temor con respecto al magistrado. Agregó que su padre iba a publicar lo que le dijo Pretelt, pero que fue asesinado antes de que esto ocurriera. Lo mismo sostuvo el abogado Abelardo de la Espriella, quien dijo que en este proceso “nunca se ha mencionado al doctor Pretelt”. El defensor agregó que el próximo 24 de marzo el magistrado dará a conocer su decisión de si se retira o no del alto tribunal.
No obstante, el caso muestra algo particular, y es la cercanía entre Pretelt y Gómez. El primero ya era magistrado de la Corte y tenía un grupo de asesores con los que hubiera podido enviarle su razón a Castilla; sin embargo, lo hizo a través de su amigo Guido Gómez Ordosgoitia. Este último es procurador en Córdoba y, gracias a las revelaciones de RCN, su nombre empieza a conocerse por fuera del departamento.
El “peón” exfiscal de Córdoba
Entre las conversaciones que le interceptaron al juez Carlos Martínez Isaza, se escucha decir al exfuncionario judicial que “el peón de la finca” lo había llamado con urgencia porque necesitaban hacerle un estudio de seguridad, al parecer, para acelerar el nombramiento en la Fiscalía. Asimismo, Martínez Isaza precisó que el “peón” era “el jefe de aquí”. Personas que se mueven en el círculo judicial de Montería, le indicaron a El Espectador que el “peón” es en realidad Mario Justo Anaya Muñoz, exdirector de la Seccional de Fiscalía de Córdoba entre 2010 y 2012, quien supuestamente era una ficha del magistrado Jorge Pretelt en el ente investigador. Según conoció este diario, Anaya Muñoz está casado con la hija del capataz de la finca de Pretelt.
Cabe recordar que el exdirector de la Fiscalía Seccional de Córdoba salió de su cargo en agosto de 2012, cuando el fiscal general, Eduardo Montealegre, lo declaró insubsistente. Entre los argumentos estaba que la administración de Anaya había sido lenta y negligente, que durante su gestión se habían dado pocos resultados y que el auge de problemas de orden público en la región era su responsabilidad. El reemplazo de Anaya en el cargo terminó siendo la fiscal Gilma Londoño Ganem, quien también fue declarada insubsistente recientemente por Montealegre, por estar involucrada en un supuesto tráfico de influencias con el magistrado Pretelt.
Los Mendoza Diago, salpicados
La promesa que, al parecer, le había hecho el magistrado Jorge Pretelt al juez Carlos Martínez era conseguirle un cargo mejor con miras a la pensión. En la conversación que fue interceptada entre ambos hombres se le escucha decir al magistrado: “Mira, ya eso tuyo salió hoy, ¿oíste? (...) Es el fiscal auxiliar de los fiscales ante la Corte Suprema (...) Con ubicación al despacho del fiscal. Una cosa importantísima”. Esa llamada tuvo lugar el 27 de agosto de 2010, época en la que Guillermo Mendoza Diago era el fiscal general (e).
Asimismo, en otra interceptación, en la que Isaza habla con una mujer, el entonces juez hace referencia a que su nombramiento se había caído porque eligieron a otra persona, lo que tenía “berraquísimo” a Pretelt: “Me dijo que Jorge venía y que estaba berraquísimo porque habían nombrado a uno que yo no sé qué. Que ellos hicieron nombrar el gobernador de Bolívar. Del hermano del fiscal, de toda esas mierdas que habla la gente”, dice Martínez Isaza, haciendo referencia a la elección de Jorge Mendoza Diago como gobernador encargado.
El exfiscal general precisó en diálogo con La FM que Martínez jamás fue nombrado en el ente investigador y que a su hermano lo eligieron porque congresistas de Cambio Radical del departamento de Bolívar lo propusieron. Agregó que Pretelt no tiene injerencia política en esa región.
Sin embargo, lo que ha generado suspicacias es que mientras Mendoza Diago era fiscal general (e) no tomó determinación alguna cuando se interceptaron las llamadas que comprometían a Pretelt. Es más, según Noticias RCN, algunos investigadores fueron relevados de sus cargos. El presunto favorecimiento al magistrado, presuntamente, se basa en que la esposa de Mendoza trabaja desde esa época como abogada sustanciadora del despacho de Pretelt.
Otro episodio que ha dejado mal parado a Mendoza es el caso Fidupetrol, la piedra angular del escándalo de Pretelt, ya que fue abogado de la empresa en el proceso que se adelantó ante la Contraloría. El problema es que los líos penales de la fiduciaria comenzaron cuando él era fiscal general. En su defensa, Mendoza Diago indicó que no tenía ningún impedimento porque jamás tomó parte alguna en el expediente y que esta situación lo que le está afectando es el derecho al trabajo.