Sobre esta guerrilla, desde hace meses llegan recurrentes noticias con aires de paz. Sin embargo, sus acercamientos políticos con el Gobierno han estado inmersos en acciones militares de parte y parte. Aun así, hace mucho tiempo este grupo armado no ejecutaba un acto tan violento como el de este lunes.
Once soldados y un patrullero de la Policía muertos. Tres soldados heridos. Dos soldados, un policía, dos delegados de la Registraduría Nacional y un guía de la comunidad indígena uwa están desaparecidos. Esas son las consecuencias de la emboscada que perpetró el Eln este lunes en la mañana, en zona rural del municipio de Güicán (Boyacá), según confirmó el presidente Juan Manuel Santos.
El gobernador de Boyacá, Juan Carlos Granados, expresó que el ataque ocurrió alrededor de las 11 de la mañana, cuando una patrulla del Batallón de Alta Montaña Santos Gutiérrez Prieto, de la Primera Brigada del Ejército, custodiaba una caravana que había acompañado el proceso electoral en el resguardo uwa de Bachira.
El grupo, que transportaba 130 votos de los comicios regionales del pasado domingo, se dirigía hacia el casco urbano de Güicán. Los uniformados llevaban varios días apoyando la seguridad de las elecciones en la zona. En la vía fueron atacados por los guerrilleros, generando un enfrentamiento en el que también murió uno de los miembros del Eln.
El gobernador Granados declaró ante los medios de comunicación que las autoridades intentaban acceder a la remota zona, aledaña al Nevado del Cocuy. El comandante del Ejército, general Alberto José Mejía, lidera los operativos de búsqueda de los desaparecidos -de quienes no se sabía nada al finalizar la noche del lunes- y la contraofensiva a los guerrilleros. Según informó Granados, los insurgentes se replegaron hacia Arauca, limítrofe con esta zona de Boyacá, de donde sería la procedencia original de este comando del Eln.
Al parecer, el ataque fue perpetrado por la compañía Simacota del frente Domingo Laín, uno de los más activos del grupo guerrillero y que ejerce control en Arauca. En esa región, junto a Chocó y Catatumbo, la presencia del Eln es más fuerte. La jornada electoral del pasado domingo ya había comenzado con una acción violenta de esta guerrilla. Durante las primeras horas de la mañana, el soldado Laureano Antonio Paternina fue asesinado en una emboscada del frente Héroes de Anorí, en zona rural de Anorí.
De hecho, mientras los enfrentamientos entre las Farc y las Fuerzas Armadas están en su punto histórico más bajo, según el Cerac, los choques entre la Fuerza Pública y el Eln no paran, pese a que desde hace meses se anuncia que un acuerdo entre las dos partes para instalar la mesa de diálogo está próximo a concretarse. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha declarado que en su país se han adelantado varias reuniones entre las partes. Por su parte, el mismo Nicolás Rodríguez Bautista, alias Gabino, máximo comandante de Eln, sostuvo que la agenda de los diálogos, cuyos acercamientos se consolidaron en 2013, está pactada casi en su totalidad.
Pese a las declaraciones de paz provenientes de ambas partes, las hostilidades no han cesado. En Bogotá, por ejemplo, en julio de este año explotaron dos petardos en sedes del fondo de pensiones Porvenir, acciones que en su momento le fueron atribuidas al Domingo Laín del Eln.
Y más recientemente, el 15 de septiembre, dos militares y un civil murieron durante una emboscada de guerrilleros del Eln que detonaron artefactos explosivos contra los uniformados y luego los remataron con tiros de gracia en una vereda de La Playa de Belén (Norte de Santander). Asimismo, nueve miembros de esa guerrilla murieron durante un operativo conjunto que militares y policías ejecutaron en el departamento de Bolívar el pasado 22 de octubre.
Estos son apenas algunos ejemplos de los choques violentos que han vivido recientemente Eln y Gobierno. Pero sin duda, durante toda la fase de acercamientos de paz, no había habido un ataque tan violento como el que se presentó este lunes. Las condenas contra la emboscada no se hicieron esperar. Jorge Armando Otálora, defensor del Pueblo, sostuvo que “el Eln agredió el espíritu democrático de las comunidades indígenas, cuyo mandato estaba representado en el material que trasladaba la comitiva desde el resguardo uwa de Bachira”.
La reacción del presidente Juan Manuel Santos se dio siete horas después de los hechos: “Si el Eln cree que con estos actos va a ganar espacio político o fortalecerse en una eventual negociación, está totalmente equivocado. Es exactamente lo contrario”, manifestó. La mesa de diálogos entre esta guerrilla y el Gobierno ni siquiera ha sido instalada y ya tendrá que sortear las consecuencias de este violento ataque que enluta a doce familias y tiene en vilo a seis más, que desconocen el paradero de sus seres queridos.