La cercanía de la procuradora electa, Margarita Cabello, con la familia Char -el grupo político más poderoso del Caribe- ha sido un tema recurrente desde que la funcionaria dejó su carrera judicial en Barranquilla para alzar vuelo en Bogotá, llegando a ser presidenta de la Corte Suprema y ministra de Justicia. Apenas este año, sin embargo, esos lazos comenzaron a traerles líos judiciales. Y es que a Cabello y al exalcalde de La Arenosa Álex Char, así como a otras figuras políticas de la ciudad, los denunciaron por un supuesto esquema de sobornos e intimidación. Lo particular en el caso es que quien acudió a la Fiscalía fue quien dio la plata para las supuestas coimas.
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El supuesto rol de Cabello en el entramado es que, al empresario Luis Enrique Guzmán Chams, lo amenazaron varias veces con que retirara sus denuncias y demandas contra las personas a las que les dio el dinero para pagar coimas. La amenaza mayor habría llegado del contratista David Name, quien, al parecer, se ofreció a mediar para limar asperezas entre Vengal y Guzmán Chams, pero “no pudiendo llegar a ningún acuerdo me amenazó con la señora Margarita Cabello y que si no retiraba las demandas civiles y penal, él recurría a la amistad íntima que tenía con la señora Cabello y me advertía sobre el poder que ella tenía en el Poder Judicial”, escribió en su denuncia, en poder de El Espectador.
Y así fue, asegura, pues la primera denuncia que puso por este entramado no prosperó y en un proceso civil le cambiaron a la jueza en medio del proceso y terminó perdiendo. El ruido por el caso comenzó hace unos días, cuando la periodista María Jimena Duzán reveló en Semana una denuncia que interpuso este año Guzmán Chams. En el documento, el hombre se refiere a dinero que le dio al contratista cercano a los Char, Carlos Vengal, para quedarse con un millonario contrato para la construcción de un tanque de agua. La obra, ubicada en el barrio Siete de Abril, llevaría el servicio de acueducto al suroccidente de Barranquilla y a tres municipios del área metropolitana, pero todavía no está en funcionamiento.
El primer giro que entregó Guzmán Chams fue de $2.300 millones. Lo que lo llevó a denunciar es que, al parecer, nunca le pagaron lo prometido. La controversia es para qué iba a ser utilizada esa plata. Vengal dijo en Caracol Radio que el dinero lo prestó el empresario en calidad de aportante al contrato. Guzmán Chams, por otro lado, asegura que el contratista se le acercó en 2014 a pedirle dinero prestado cuando iba a presentarse a la licitación y que le solicitó esa suma para “apartar” el contrato. Es decir, para pagar los sobornos necesarios con los que pudiera asegurar que la megaobra quedara en sus manos. En la entrega del dinero, además, habría intercedido Luis Fernando Vásquez, concesionario de Toyota en La Arenosa.
Según una fuente, Guzmán Chams habría ido hasta la oficina de Vásquez, cercano también a los Char, a entregarle la plata y luego de ese encuentro el contrato, en efecto, quedó en manos de Vengal, quien ha negado cualquier vínculo con este supuesto esquema de corrupción. “Yo no sé de qué coimas están hablando, si entregaron o no, eso no es de mi resorte, yo no he entregado coimas. No tengo ninguna información de lo que sucedió, a mí no me consta nada”, dijo Vengal en Caracol Radio. Lo que sí reconoce el contratista es que hubo una plata adeudada a Guzmán Chams y un lío jurídico por eso, pero asegura que le terminaron pagando.
Lo cierto es que el tanque terminará costando mucho más de lo que se pensó al comienzo. Inicialmente lo adjudicó la ficha de los Char, exalcaldesa de Barranquilla y hoy gobernadora del Atlántico, Elsa Noguera, por $23.604 millones. Un par de años más tarde, el Ministerio de Vivienda, en cabeza de Noguera, reformuló el proyecto y la obra terminará valiendo $37.173 millones. Según han explicado el contratista, los aumentos en el costo se han debido a la escalada del dólar, pues muchos materiales eran importados. Mientras tanto, una fuente asegura que esta es otra jugada, pues a Guzmán Chams le prometieron que le pagarían maquillando el cambio de divisas.
“He sido víctima en diferentes ocasiones de múltiples amenazas, seguimientos, perfilamientos y acoso a mi vida y mi familia, lo cual presumo proviene de parte de los denunciados, quienes por su poder político y económico, incluso, logran utilizar el aparato del Estado para llevar a cabo este cometido, lo cual afirmo porque están utilizando a personal y vehículos de la Sijín de la Policía de Barranquilla para que me hagan seguimientos e intimiden con requisas y detención hasta por una hora, sin que exista orden judicial que los faculte para realizar tales procedimientos”, escribió el empresario Guzmán Chams en su denuncia.
Pero el anunciado pago de su tajada nunca llegó, con lo cual el empresario acudió a la justicia: denunció en 2017 a los Char y a los demás personajes de esta historia, y de paso inició un proceso ejecutivo por el dinero que le debía Vengal. El primer recurso solo ha acumulado polvo en los anaqueles de la Fiscalía, mientras que el segundo, por reparto, aterrizó en el Juzgado Sexto Civil de Barranquilla. El despacho inicialmente lo tenía la jueza Ana Esther Sulbarán, pero a la funcionaria la ascendieron a magistrada del Tribunal de Cartagena y en su reemplazo llegó la jueza Helda Graciela Escorcia, quien negó de tajo el pago que exigía Guzmán Chams.
Aquí entra el supuesto rol de la exministra Cabello. Guzmán Chams asegura haber recibido amenazas de personas cercanas a la casa Char como Luis Fernando Vásquez, y la mano derecha de Alejandro Char: Héctor Amaris, el Oso Yogui. Así las cosas, el cambio de jueza en el proceso ejecutivo con el que el empresario pretendía cobrar su deuda ha sido visto como una jugada sospechosa luego de que a Guzmán Chams le advirtieran del poder de Cabello en la justicia.
La procuradora electa, por su parte, ha negado tajantemente cualquier vínculo con este escándalo. “Nadie, por ningún motivo, puede hacer uso de mi nombre y bajo esa premisa descalifico a cualquiera que lo haga en beneficio de sus intereses. Sea esta la oportunidad para reiterar que no admito que se ponga en tela de juicio mi reputación profesional”, escribió la exministra en un comunicado tras la publicación de Semana.
En respuesta, Guzmán Chams dijo: “En ese comunicado no leo nombres, ni mucho menos si ella o algún miembro de su familia tiene o no participación directa en el distrito de Barranquilla”. Él insiste en que los Char se sienten “intocables”, y que así han salido impunes con estos supuestos hostigamientos. Con esta segunda denuncia, que ya cursa en la Fiscalía, él espera que se judicialice a las personas que, asegura, lo llevan amenazando desde hace años. En el documento agrega que teme por su vida y remata: “Hago responsables de mi integridad física y la de mi familia a estos delincuentes de cuello blanco y guante negro”.