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La extradición de Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’ y máximo líder del Clan del Golfo, generó un amplio debate en el país. Por un lado, los que celebraron que un delincuente de este perfil, con todos los delitos en su prontuario, se fuera a poner la cara ante la justicia de Estados Unidos por traficar droga hacia ese país. Pero, en la otra esquina, aquellos que criticaron la salida del capo del narcotráfico sin responder primero en Colombia por extorsión, lavado de activos, conformación de grupos armados ilegales -de varios bandos-, abuso de menores y, no menos importante, lo que habría sido, desde su testimonio, las pruebas en contra de militares y policías supuestamente vinculados con las redes criminales que ha conformado en todos sus años como protagonistas del conflicto armado colombiano. Y, justo después de esto, lo que hemos visto con el llamado paro armado del Clan del Golfo con un centenar de municipios afectados y hasta policías asesinados. Según información del mismo gobierno por medio de la Policía, esta organización ilegal ya cuenta con 3.800 integrantes, pero el presidente Iván Duque, en declaraciones al país, dijo que son “reductos” y que las fuerzas militares le darán un “golpe final” a este grupo sucesor del paramilitarismo. Este boletín, por pedido de varios de ustedes, nuestros usuarios, está dedicado a explicar no solo la noticia de la extradición de dicho delincuente sino de lo que, al parecer, desencadenó el hecho en las acciones armadas que adelantaron los seguidores y también delincuentes. Recuerden entrar a cada uno de los links que dejaremos a lo largo de este texto para poder profundizar en cada arista. Comencemos.
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