El factor “disidencias” en la contienda electoral de 2019

En Guaviare, Putumayo, Vaupés y Guainía algunos candidatos han sido amenazados por estos grupos ilegales. Los enfrentamientos con la Fuerza Pública y las intimidaciones a la población también son hechos que enrarecen las elecciones regionales. El panorama es desalentador.

José David Escobar Moreno / @joseDEM18/ jescobar@elespectador.com
30 de septiembre de 2019 - 03:00 a. m.
El Gobierno, a través de la Fuerza Pública, ha anunciado el incremento de los operativos en contra de las disidencias de las Farc.  / Óscar Pérez
El Gobierno, a través de la Fuerza Pública, ha anunciado el incremento de los operativos en contra de las disidencias de las Farc. / Óscar Pérez

La nueva alerta que prendió el anuncio de Iván Márquez y otros exlíderes de las Farc de rearmarse, el pasado 29 de agosto, sumado a la masacre de la candidata a la Alcaldía de Suárez (Cauca), Karina García, su madre y otros acompañantes por parte de una disidencia de la extinta guerrilla, a principios de septiembre, plantean un nuevo escenario político de cara a las elecciones regionales. Estas estructuras, que le dieron la espalda al Acuerdo de Paz, en su gran mayoría son coordinadas por Miguel Botache Santillana, alias Gentil Duarte, hacen presencia en Guaviare, Guainía, Vaupés, Meta, Caquetá y Putumayo, y se disputan las rentas ilegales del narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión, deforestación y la ganadería.

El Espectador habló con funcionarios locales, miembros de organizaciones sociales, periodistas, miembros de la Fuerza Pública y candidatos a distintos cargos en los próximos comicios regionales de los departamentos donde las disidencias son fuertes. Todos ellos concluyen que quienes les han plantado cara y no han cedido a sus presiones están en riesgo. Por ejemplo, la prensa que ha denunciado el control de las rutas del narcotráfico ha sido blanco de intimidaciones y amenazas de muerte. También coinciden en que las incursiones armadas y acciones en contra de la población van en aumento cada vez que se aproxima la hora de que se abran las urnas, el próximo 27 de octubre.

Guaviare

Desde julio de 2016, cuatro meses antes de que se firmara el Acuerdo de Paz en el teatro Colón de Bogotá entre las Farc y el Gobierno, el frente Primero se declaró en disidencia y, prontamente, Gentil Duarte e Iván Mordisco pasaron a ser perseguidos por las autoridades. Los organismos de Inteligencia Militar apuntan a que este es el grupo más sólido que se rearmó tras cerrarles la puerta a las negociaciones con el Estado. También se dice que estos dos hombres son los llamados a articular los grupos disidentes que están esparcidos por todo el territorio nacional y se encontrarían en las fronteras con Venezuela y Brasil, a la altura de los departamentos de Guainía y Vaupés.

Fuentes del Ejército le contaron a este diario que los enfrentamientos entre la Fuerza Pública y las disidencias hacen que las poblaciones vivan en total incertidumbre y sus labores diarias sean interrumpidas. Los combates se presentan sobre todo en municipios como El Retorno, Calamar y Miraflores. “En estas condiciones es difícil que la gente salga a votar o lo haga bajo presión. En San José del Guaviare (capital del departamento) los candidatos a la Alcaldía o al Concejo todavía se sienten a salvo. Los que se lanzaron a la Gobernación lo tienen más ‘de pa arriba’, porque allá (en municipios y zonas rurales) quienes mandan son las disidencias”, señaló una alta fuente del gabinete del gobernador Nebio Echeverry Cadavid.

Un periodista local, que pidió anonimato por seguridad, señaló que gran parte de las amenazas que han recibido están relacionadas con una vieja dinámica del conflicto colombiano: los señalamientos que recaen sobre algunos de ser los candidatos de la subversión (ahora disidencias de las Farc) o de los grupos sucesores del paramilitarismo. Alexánder García y Heydeer Palacios, candidatos a la Gobernación del Guaviare, han denunciado atentados y amenazas en su contra. A finales de agosto pasado, García, quien aspira por la U, aseguró que sujetos armados obligaron a miembros de su campaña a detener el carro donde se movilizaban y luego le intentaron prender fuego.

En una alerta temprana de la Defensoría del Pueblo de agosto pasado se denunció que en Guaviare, al ser un territorio históricamente controlado por las desaparecidas Farc, “existen amenazas para aquellos candidatos y partidos políticos que se identifican o son afines a los programas y políticas del actual Gobierno y su partido, Centro Democrático”. Además, advierte el organismo, las disidencias “coaccionan” a los aspirantes a cargos de elección popular “para que se reúnan con ellos, buscando imponerles condiciones y compromisos ante un eventual gobierno en el territorio". Las primeras versiones sobre la muerte de Karina García señalan que esta fue asesinada por rechazar una reunión con las disidencias de alias Mayimbú en el norte del Cauca.

Un miembro de la campaña de Edwin Giovanni Díaz, candidato por el Partido Conservador y Cambio Radical a la Alcaldía de Miraflores, uno de los santuarios de las extintas Farc, señaló que la campaña ha estado llena de reuniones para discutir el riesgo que conlleva hacer política en este escenario. “Tratamos de no exponernos mucho y de siempre comunicar a la Policía sobre nuestros eventos, de no quedarnos mucho en un sitio específico, de no ‘dar papaya’. Esto que está pasando es como volver a lo que vivió este municipio hace 20 años”, señaló un asesor del aspirante, quien, como todos los que accedieron a hablar con El Espectador, pidió que no se revelara su nombre por seguridad.

Vaupés

La situación de este olvidado departamento colombiano no dista mucho del de Guaviare. La presencia de la disidencia del frente Primero se hace más fuerte en los municipios de Mitú, Carurú y Yavaraté, señalan fuentes de la Fuerza Pública. De acuerdo con la información de las comunidades, para las elecciones regionales los hombres de Gentil Duarte e Iván Mordisco tienen candidato propio, el cual estaría siendo financiado por los dineros del narcotráfico del grupo ilegal. “Un accionar de las disidencias del frente Primero es que a los pobladores que no tengan afinidad con el candidato de ellos” son coaccionados y les restringen la movilidad fluvial, le dijeron personas de la región a este diario.

Émerson Castro, corresponsal de Radio Nacional de Colombia en Mitú y redactor del periódico La Marandúa, fue amenazado de muerte en marzo pasado por denunciar algunos de estos hechos. El periodista contó que las denuncias sobre las rutas del narcotráfico de las disidencias, que en gran medida pasan por el río Apaporis, han sido el motivo de las amenazas. “Esta gente trabaja para carteles de la droga extranjeros, de eso no hay duda. Hace dos meses tenía esquema de seguridad, pero ahora no tengo protección. La UNP no ha entregado los informes de evaluación de riesgo. A su vez, la Fiscalía archivó una de las investigaciones sobre las amenazas”, señaló Castro a este diario.

Putumayo

El caso del departamento fronterizo con Ecuador es sui géneris. Allí las disidencias del frente 48 mantienen una alianza que en el pasado hubiera sido impensada. Los negocios ilícitos se los dividen con La Constru, un grupo criminal que reunió a desmovilizados “paras” liderado por Henry Loaiza, alias el Alacrán, un antiguo jefe del cartel del norte del Valle que participó en la masacre de Trujillo y fue capturado en junio de este año. La disidencia estuvo hasta hace poco liderada por alias Sinaloa, apodo que se había ganado por los enlaces con el cartel mexicano. Ahora el mando de este grupo, netamente enfocado en el negocio de la cocaína, lo tiene alias Manuel Político, quien, según informes de las autoridades, asesinó a Sinaloa.

En julio pasado, como contó El Espectador, las alarmas fueron encendidas por la Misión de Observación Electoral (MOE) en esta zona del país por el supuesto ingreso de dineros calientes del narcotráfico a las campañas políticas. Una alta fuente de la Gobernación de ese departamento contó que, básicamente, todas las campañas en la carrera para tomar el poder regional están siendo financiadas por dineros espurios del narcotráfico y la minería ilegal, de esta alianza entre los “neoparamilitares” y las disidencias. Otro pacto que se presenta es el de los frentes 32 y Primero, aunque este último no alcanza aún a ser tan poderoso como lo es en Guaviare, Vaupés, Guainía y el sur de Meta.

Un hecho que ha causado temor fue la reciente masacre ocurrida en Puerto Guzmán, ubicado en el norte del Putumayo. El 13 de septiembre, al menos 100 hombres armados, autodenominados como la guerrilla de Sinaloa, mataron a tres personas en la vereda Las Perlas. Una alta fuente de la Sexta División del Ejército aseguró que los crímenes habrían sido cometidos por hombres del frente 48 de las disidencias, marcando territorio a una posible expansión del frente Primero de Gentil Duarte. Informes de Inteligencia Militar han señalado que, desde la salida de este frente del Acuerdo de Paz, en julio de 2016, la disidencia del 48 se ha rehusado a unirse a esa estructura armada.

Vichada y Guainía

En la confluencia de estos dos departamentos la presencia de las facciones disidentes de los frentes 16 de las Farc y Acacio Medina se encuentran hacia la zona fronteriza con Venezuela, especialmente el suroriente de Cumaribo y las poblaciones Barrancominas, Inírida, Cacahual y San Fernando. En esta zona, donde también hacen presencia grupos sucesores del paramilitarismo y del Eln, la Gobernación podría quedar en manos de quien reciba la bendición de los grupos subversivos. Un funcionario de la Alcaldía de Puerto Inírida señaló que el ajedrez político quedó así tras la muerte del candidato del Centro Democrático, Andrés Rodas, tras caer en el río Guaviare, al naufragar la embarcación en la que se movilizaba.

“Con o sin disidencias, aquí el tema electoral ha sido muy complicado históricamente. En este momento ambos grupos guerrilleros son los que mandan la parada. Ahora que no hay un candidato lo suficientemente fuerte, nadie se le mide a retar públicamente a estos bandidos. Mucho menos con los rumores que uno escucha por ahí y ve en los medios de comunicación de que Iván Márquez, Jesús Santrich y otros guerrilleros están por aquí. También se dice que alias Jhon 40 anda por la zona desde hace rato sacando provecho de la minería ilegal y el narcotráfico. No sería extraño que se juntaran para delinquir”, puntualizó un funcionario de una dependencia relacionada con temas de seguridad de Puerto Inírida.

Por José David Escobar Moreno / @joseDEM18/ jescobar@elespectador.com

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