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El informe que revela acoso laboral y sexual en la Corte Constitucional

El alto tribunal no es ajeno a las barreras sexistas y a la violencia ejercida contra las mujeres. Por ejemplo, diez personas denuncian haber experimentado tocamientos de sus compañeros y jefes. Así lo revela una investigación interna que ordenó la propia Corte para ponerle freno a estas conductas.

01 de agosto de 2020 - 03:40 p. m.
El estudio incluyó entrevistas a magistrados titulares y auxiliares, así como a funcionarios de todas las dependencias.
El estudio incluyó entrevistas a magistrados titulares y auxiliares, así como a funcionarios de todas las dependencias.

Un informe de la Agencia para el Desarrollo de Estados Unidos (USAID) revela un panorama preocupante de acoso laboral y sexual al interior de la Corte Constitucional. El estudio fue ordenado por la expresidenta de la corporación, la magistrada Gloria Stella Ortiz, que, según fuentes consiguió recursos de cooperación internacional para establecer una hoja de ruta a eliminar estos comportamientos. El documento de 50 páginas publicado por Semana, contiene testimonios y cifras demuestran una profunda discriminación. Estos comportamientos, sin embargo, no son únicamente de funcionarios hombres, pues según varios entrevistados, en los despachos de las magistradas mujeres “les dan más duro a las mujeres”.

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Para la elaboración del informe, titulado “Las capas del Techo de Cristal: equidad de género en la Corte Constitucional”, dos reconocidas investigadoras en temas de equidad de género, Claudia Gómez López y Mariana Tafur Rueda les practicaron encuestas a los 244 funcionarios de la corporación y entrevistaron a profundidad a 14 personas de todas las áreas del alto tribunal: presidencia, secretaría general, magistrados titulares y auxiliares, funcionarios de servicios generales y otros cargos del despacho. El 60% de las entrevistadas fueron mujeres, predominantemente entre los 25 y 34 años. Cinco funcionarias denunciaron haberse sentido presionadas para aceptar citas o encuentros informales por fuera de las jornadas laborales porque las invitaban hombres de cargos más altos.

La mayoría de las mujeres que trabajan en altos cargos de la Corte son jefas de hogar o “madres cabeza de familia”. Al finalizar el día, han trabajado un promedio de 16 horas entre sus labores en el alto tribunal y las que luego ejercen en labores de cuidado del hogar. Sin embargo, aseguran que eso poco vale en la corporación que debe ser garante de los derechos de las poblaciones vulnerables: “los jefes son más duros con las mujeres, especialmente, con las mujeres que están embarazadas o que tienen hijos, les exigen lo mismo o más y no tienen consideración respecto al tiempo que requieren para atender sus asuntos familiares”, dijo una mujer entrevistada para el informe. El documento fue socializado a los magistrados en abril por separado, ante lo cual algunos solicitaron en sendas cartas que fuera publicado y que fuera ampliado.

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Acoso laboral

Las investigadoras explican una a una, las tantas formas de acoso laboral y cómo se manifiestan en la Corte. La más preocupante, quizás, es que ha habido casos en los que la persecución de los jefes compromete la salud de los funcionarios: “tal es el caso de una funcionaria que tuvo una crisis nerviosa y estuvo hospitalizada porque su salud mental se afectó considerablemente”, asegura el informe. Asimismo, a los funcionarios les asignan funciones ajenas a su cargo. Esto “lo manifiestan las personas que trabajan en la Secretaría General, 16,7% —que preside la secretaria de la Corte, Martha Victoria Sáchica—, y el 18,2% de las mujeres del área de Presidencia —que está a cargo del presidente de la corporación, elegido anualmente entre los magistrados titulares—”.

“En términos de intrusividad, es decir, de actos de persecución laboral y discriminación, se encontró que el 4% de las personas ha sido objeto de burla por parte de los demás gracias a su aspecto. Así mismo, el 6% de las y los colaboradores de la Corte manifiestan que a menudo su vida privada ha sido objeto de burla. También se identificó que el 4% de las personas que trabajan en la Corte ha sido blanco de expresiones humillantes”, agrega el informe. Todo esto llevó a las investigadoras a concluir que “el acoso laboral está presente en todas las áreas de trabajo y se expresa diferente entre hombres y mujeres ya que operan los estereotipos de género en la asignación de tareas”.

Acoso sexual

Un total de 32 personas reportaron haber escuchado chistes peyorativos y sexistas, estos a su vez, suelen venir de los jefes hombres. “Están socialmente aceptados los chistes con connotaciones sexuales y son celebrados por los jefes. A las secretarias sí se les puede decir mi amor, mi vida, mi reina. He visto mucha violencia verbal, mayoritariamente dirigida a mujeres”, señaló una de las personas entrevistadas. Pero las formas del acoso también se extienden a invitaciones a citas y encuentros informales, que las mujeres se sienten en la obligación de aceptar porque vienen de hombres en cargos más altos. Este comportamiento lo reportaron cinco mujeres.

Otra de las graves formas de acoso sexual son los tocamientos, caricias o roces, que generan incomodidad. Dos hombres y ocho mujeres que trabajan en la Corte reportaron haber experimentado este tipo de acoso y, aunque en la mayoría de caso vino de colegas de su mismo rango, el 25% de los casos fueron hombres en cargos altos los acosadores. Asimismo “doce personas dicen haber recibido propuestas directas sobre tener relaciones sexuales en el marco de las relaciones laborales”, según el informe, tres son hombres y nueve son mujeres. Una mujer que trabaja en el área de Presidencia también aseguró que un hombre intentó tener relaciones sexuales con ella a pesar de que ella dijo que no.

Una de las personas dijo que “hay historias de judicantes que han sido pareja de funcionarios de la Corte, de despachos, y aunque las relaciones parecían consentidas, son relaciones desiguales de poder”. Otro testimonio asegura que, “en la fiesta de final de año de la Corte, hombres de mayor rango se involucran con mujeres de cargos de menor responsabilidad o, con las judicantes”. En algunos casos, cuando el acoso es descubierto, se sanciona socialmente es a la persona que sería víctima, como en un caso que encontraron las investigadoras en el cual, se despidió a una mujer de menor rango por haberse besado con uno de los jefes hombres.

Conclusiones

A modo de conclusión, el documento reseña que son más las mujeres que se desempeñan como Magistradas auxiliares y profesionales especializadas grado 33 en la Corte y reportan más ascensos que los hombres. No obstante, esos ascensos vienen con un “alto costo” pues tener mayores responsabilidades y casi renunciar a tener una familia. Si no, implica asumir dobles jornadas (con las tareas del hogar) a costa de su salud y estabilidad emocional o de tener tiempo para estudiar, o asumir tareas que no le corresponden. Estas situaciones se agravan ante la inexistencia de políticas de equidad de género y para la sanción de los agresores.

“Es necesario establecer y difundir procedimientos claros para sancionar a los agresores, evitar la revictimización de quienes denuncian y evitar por esta vía que se validen las prácticas de acoso”, precisa el documento. Entre los hallazgos importantes está que en la Corte hay distintas formas de discriminación que tiene varios componentes como la clase social, la región y la identidad étnica. Y uno claro: las tareas que se le asignan a las mujeres y la creencia que tener una familia viene acompañada de supuestos problemas.

“El acoso sexual afecta diferencialmente a las mujeres. Ejemplo de esto es el lenguaje que se usa cuando sus compañeros y superiores se dirigen o se refieren a ellas, las propuestas con contenido sexual y tocamientos y, en particular, la carga desproporcionada de las consecuencias del acoso, que se manifiesta en estigmatización y hasta en el despido”, agrega el reporte.

Las encuestas y las entrevistas dejaron en claro que las mujeres son más conscientes de que tienen más barreras para ascender y que, en general, existe la sensación de molestia en el ambiente laboral. El informe dice esas molestias son más notorias en la Presidencia y la Secretaría General, aunque allí también se percibe más compromiso con los principios de la Corte. Pero en los despachos, hay menos quejas al respecto.

Las recomendaciones

Ante este preocupante panorama, el informe recomienda diseñar e implementar un sistema de medición del clima laboral en la Corte, que sea periódico, que incluya acoso laboral y sexual y los estereotipos de género y naturalización de las violencias de género. Además, pide diseñar un plan que permita flexibilizar los horarios laborales, que tenga en cuenta a quiénes son jefes o jefas de hogar; así como una estrategia de comunicaciones que promueva las relaciones equitativas en la Corte Constitucional.

A largo plazo, el informe asegura que es necesario ajustar la contratación de quiénes ejercer las labores de servicios generales y del equipo de judicantes; y crear un sistema de carrera que permita el crecimiento dentro del alto tribunal. Además, se necesita una política de inclusión que busque eliminar las diferentes expresiones de discriminación por cuestiones de género, identidad étnica, clase social y lugar de origen a corto y a largo plazo creando un sistema de movilidad en la Corte a través de la meritocracia.

Además, solicita el informe crear una política de “cero tolerancia a las violencias de género que promueva la equidad y establezca mecanismos claros para la atención y sanción a cualquier tipo de violencia al interior de la Corporación”. A esto se suma crear labores de cuidado para mujeres gestantes y lactantes, como la flexibilidad laboral, crear una sala de lactancia y hacer descripciones de cada uno de los cargos en la Corte que permita revisar las funciones que se asignan a mujeres y hombres.

“Crear una comisión de cuidado laboral y personal de los y las judicantes e incluir una inducción en la que se les capacite sobre equidad de género y relaciones desiguales de poder. Es de vital importancia que se incluyan acciones que desestimulen el lenguaje sexista, la asignación de tareas que refuerzan los estereotipos de género y la naturalización de las violencias contra las mujeres”, agrega el documento.

Por último, el informe recomienda crear un código de ética contra el acoso laboral y sexual y fortalecer el Comité de Convivencia Laboral y diseñar y divulgar rutas de denuncia y atención de casos de acoso laboral y sexual. “El Comité será responsable de crear un mecanismo participativo para la construcción de la ruta de reporte y atención a casos de acoso laboral y sexual. Una vez construida la ruta, el Comité debe procurar su difusión e implementación a través de una estrategia interna de comunicación”.

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